El socio hondureño de Efraín Campo Flores y Franqui Flores de Freitas, Roberto de Jesús Soto García, preso en una cárcel hondureña, acordó colaborar con el gobierno de Estados Unidos, aseguró una fuente ligada al caso.
Un acuerdo de cooperación le permitirá al acusado lograr una pena menos severa a cambio de suministrar información sobre las organizaciones criminales para las que prestó servicio como receptor de cargamentos de droga en Honduras.
El demandado es uno de los hombres que trabajaba en conjunto con controladores aéreos del aeropuerto internacional de la isla de Roatán y autoridades de la isla para recibir vuelos cargados de droga provenientes de Venezuela y de otros países de América del Sur.
A Soto García lo acusa la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York de conspirar para traficar drogas a Estados Unidos. Su nombre está vinculado con el caso de Campo Flores y Flores de Freitas. Fue capturado por agentes de la Policía Nacional en Flower Bay, en Roatán, el 28 de octubre de 2016 y desde entonces cumple trámites para el proceso de extradición a Estados Unidos.
De acuerdo con la acusación de la corte neoyorquina, Roberto de Jesús Soto García se asoció con los sobrinos Flores con el fin de recibir cientos de kilos de cocaína provenientes de Venezuela para ser trasladados a Estados Unidos vía México. El hombre, de nacionalidad hondureña, se comprometió a recibir el cargamento de cocaína de los Flores en el Aeropuerto Internacional Juan Manuel Gálvez de Roatán, según se escucha en los videos y audios grabados por agentes de la DEA que participaron en la operación que llevó a la captura de Campo Flores y Flores de Freitas.
Soto García usaba sus contactos en el aeropuerto de Roatán, donde tenía asociación con Carlos González, controlador aéreo que está encarcelado en Nueva York, y quien compareció como testigo de la Fiscalía en el juicio de los sobrinos Flores realizado en noviembre de 2016.
El documento del gobierno de Estados Unidos dice que Soto García acordó suministrar información sobre los horarios del aeropuerto, su ayuda para recibir el avión cargado de cocaína que enviarían el 15 de noviembre de 2015 a territorio estadounidense. Asimismo, que debía retirar la droga de la aeronave y colocarla con sus asociados en lanchas que la llevarían a México, pues la acusación señala que era uno de los operadores más importantes de los carteles suramericanos para mover la droga, incluida la de los sobrinos de Cilia Flores, y que se encargaba de la logística, horarios y traslado.
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