Crecimiento con inclusión en la producción audiovisual
sábado 12 de octubre de 2013, 19:28h
Las últimas semanas han sido históricas para el cine
nacional. Películas argentinas han liderado la venta de entradas durante varias
semanas consecutivas, y cuatro de las cinco más vistas en todas las salas del
país son producciones locales.
Esta es una muestra de la vitalidad que hoy tiene nuestra
producción audiovisual y de la capacidad de la industria para producir
contenidos originales de calidad que compiten con productos internacionales.
Ese récord de taquilla de nuestras películas es posible gracias al talento del sector
y también a un Estado que promueve la producción, la distribución y la difusión
de cada lanzamiento.
En 5 años el fomento para la producción audiovisual asignado
a través del INCAA pasó de 300 producciones por año a 2.000, multiplicando la
exhibición de contenidos nacionales, dado que todas las producciones con
fomento del Estado se terminan y se estrenan. Es evidente que con más
producción la industria crece, se consolida y aumenta la probabilidad de tener
éxitos de taquilla. Pero más importante aun, ese crecimiento es federal e
inclusivo. Hay más producciones y espacios de difusión en todas las provincias
argentinas, y nuevas empresas productoras de distintas extracciones
socioculturales se incorporan a la industria gracias a concursos, licitaciones
y programas como 'Argentina se expresa', impulsado en conjunto con el
Ministerio de Desarrollo Social.
Esto impone un paradigma distinto para el desarrollo de
nuestra industria, que compite con la oferta internacional, y también responde
a la diversidad cultural de nuestra Patria. ¿Acaso esperamos que las audiencias
de todo el país consuman los productos extranjeros o en el mejor de los casos
los realizados exclusivamente en Buenos Aires? Por eso es vital que en una
provincia como Tucumán, por citar un ejemplo, pueda verse una película
integralmente realizada en esa provincia; con equipo técnico, locaciones y
actores tucumanos contando una historia propia.
El éxito de taquilla del cine nacional muestra una tendencia
clara; en el último año las películas argentinas crecieron de 20% al 30% en la
participación sobre la venta total de entradas. Las implicancias son muchas y
contundentes. Por un lado se consolida nuestra industria audiovisual
competitiva y exportadora, y por otro se refuerza nuestra soberanía cultural.
La producción cultural de un pueblo cumple un rol irremplazable en términos
identitarios, y por eso resulta fundamental seguir impulsando políticas
publicas que la respalden. No se trata sólo del fomento a la producción, sino
también de la proliferación de nuevos espacios de exhibición.
Es evidente que la distribución y exhibición son vitales
para lograr un éxito de taquilla, y en esto también hay que destacar la gestión
del Gobierno nacional. Además de la cuota de pantalla que establece un cupo
mínimo de exhibición para nuestro cine en todas las salas comerciales, hoy
tenemos 67 nuevos Espacios INCAA donde se multiplica el encuentro entre
realizadores y audiencias de todo tipo, al igual que en los 96 festivales de
cine que celebramos cada año a lo largo y ancho del país. Pero los Espacios
INCAA exceden su valor como sala de proyección, porque en muchos casos implican
la recuperación de íconos culturales al servicio de la ciudadanía, como con el
recientemente inaugurado Gaumont en plena Ciudad de Buenos Aires, donde hay
entradas desde $8 para que cada vez sean más los que puedan asistir.
En un sentido más general, el crecimiento en la venta de
entradas de cine es posible en el marco de un país que duplicó su PBI en 10
años y que mantuvo la inclusión como condición necesaria para el crecimiento
económico. Con políticas orientadas a preservar y aumentar los puestos de
trabajo, incluso en el marco de una profunda crisis económica internacional,
iniciativas para disminuir el empleo informal, programas como la asignación
universal y el aumento semestral de las jubilaciones, garantizamos que los
sectores más postergados de nuestra sociedad mejoren su calidad de vida y
tengan más acceso a la información y el entretenimiento.
Por eso la Televisión Digital Abierta, las computadoras del
plan Conectar Igualdad, los nuevos canales como INCAATV o Paka-Paka y la plena
aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual son
fundamentales. La pluralidad de voces en los medios de comunicación es instrumental
en la restitución de derechos (todos pueden expresarse), contribuyen a nuestra
democracia (todos son escuchados) y expresan madurez cívica (todos son
respetados).
Así como no hay crecimiento posible para la industria sin un
proyecto de país que la respalde y un mercado doméstico que la incube, es
evidente que el futuro está estrechamente ligado al desarrollo de nuevas
tecnologías. En este sentido, la gestión del Gobierno nacional con la creación
del Ministerio de Ciencia y Tecnología y la repatriación de científicos es
ejemplar. La industria audiovisual, muy sensible a los cambios de paradigma
tecnológico, encuentra un futuro más promisorio aun gracias al convenio entre
INCAA y AR-SAT que hace posible la digitalización de salas en todo el país. Esto
es mucho más que contar con un proyector digital en los cines. La
digitalización de salas, que ya incluye 70 de un total de 150, permite que las
películas sean trasmitidas por satélite desde una planta de alta tecnología en
Benavidez directamente a los cines.
Al romper con el sistema tradicional de distribución
cinematográfica, que obligaba a realizar copias y llevarlas hasta cada cine,
las salas pueden programar con mayor libertad y menor costo. Esto es posible
gracias al uso de satélites de telecomunicaciones como el ARSAT-1, de
producción nacional argentina. Somos el séptimo país en el mundo y el único en
Latinoamérica con un satélite de estas características; hecho que nos coloca en
un grupo que incluye a Estados Unidos, Rusia y Alemania. Las pruebas realizadas
en el Centro de Ensayos inaugurado la semana pasada por la Presidenta
demuestran los avances concretos hacia la puesta en orbita programada para el
año que viene. Con esta tecnología nuestras películas podrán ser trasmitidas
directamente a todo el cono sur, y con el ARSAT-2 proyectado para 2015
llegaremos a cubrir toda la región.
En este contexto, estaremos desembarcando a partir del 5 de
octubre como País de Honor en MipCom, la feria de contenidos audiovisuales más
importante del mundo. Llevamos 3.000 horas de contenidos originales de
televisión para vender al mundo los productos de cientos de empresas
argentinas. Eso es ofrecer lo mejor de nosotros como pueblo y apostar a la
exportación con valor agregado. Es el resultado de una industria con talento y
trayectoria que apuesta a seguir crecimiento junto con un proyecto nacional que
la potencia. Esto es mucho más importante que un récord de taquilla porque
nuestra identidad nacional y soberanía cultural también se definen según
nuestras posibilidades de sostener una producción audiovisual tan propia y
diversa como nuestra Patria.
Liliana Mazure,
Titular del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de la
Argentina