Situación desesperante
El desempleo récord modifica hábitos y cambia la vida a millones de españoles
Por
Cecilia Guardati, corresponsal de Telam en España
viernes 26 de octubre de 2012, 23:57h
Para muchos la situación es desesperante. Junto a la falta
de empleo crecen los contratos basura y los despidos a bajo costo. Muchos
inmigrantes eligen retornar a sus países de origen.
La Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre
del año puso blanco sobre negro el drama de casi 6 millones de personas y 1,7
millones de familias en España, desempleadas y sin opciones laborales en un
país entregado al ajuste y a la precariedad.
"¿Necesitan camarera?", pregunta un joven estudiante
española en el céntrico restaurante 213 de Barcelona. Es la cuarta persona que
entra en dos horas.
En la puerta no hay ningún anuncio de ofrecimiento de
trabajo, como no lo hay en casi ningún comercio, ni bar, ni restaurante de la
ciudad condal. Hace unos cinco años, la imagen era radicalmente distinta.
"Antes conseguías trabajo de forma directa en el sector
servicios, había anuncios, pero ahora la situación es desesperante", explica a
Télam Janet Cordini, una mujer boliviana con nacionalidad española en la puerta
de los Servicios Públicos de Empleo (INEM).
Janet lleva 12 años en España y trabajó como empleada
doméstica durante mucho tiempo, pero desde que comenzó la crisis sólo consiguió
trabajo temporal en hoteles con "contratos basura".
Parada el la puerta de una oficina del INEM (los Servicios
Públicos de Empleo Estatal) cuenta que los salarios que se pagan por este tipo
de trabajos son "una miseria" y la reforma laboral aprobada recientemente por
el gobierno de Mariano Rajoy permite al empleador despedir a un "bajo costo".
"Las condiciones de trabajo son duras y los salarios malos,
los españoles no quieren este tipo de puestos y a las extranjeras no nos queda
más opción que aceptar. Pero ya ni siquiera así es sencillo", relata.
La situación de Janet es compleja, ya que su caso entra en
el de 1.737.900 familias que al finalizar septiembre tenían a todos sus
miembros desocupados, de acuerdo con la EPA.
Su marido es "planchador" -especialista en chapa y pintura
para vehículos- y lleva dos años desocupado. "La semana pasada fue a una
entrevista de trabajo y había como 50 personas", dice, lamentándose. Esta mujer
sobrevive con un subsidio de 300 euros, pero no sabe cuánto tiempo más va a
aguantar.
"Hay que pagar el alquiler, las cuentas. Mi marido se quiere
ir pero yo no, no es tan sencillo", dice. Los datos no son nada alentadores, el
incremento del desempleo impactó más en las mujeres en el último trimestre, con
75.500 desempleadas más, en comparación con los 9.500 de los hombres.
La situación de desempleo en España es alarmante si se tiene
en cuenta que la población activa experimentó un descenso en 12.000 personas en
el tercer trimestre, hasta situarse en 23.098.400 personas.
Datos recientes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE)
revelaron que en los primeros nueve meses de 2012 más de 400.000 personas
abandonaron el país por la crisis, la gran mayoría inmigrantes (365.000).
Pero de las que se quedan, una de cada cuatro personas en
edad laboral y que quieren trabajar no encuentran un puesto en España, es decir
el 25,02% de la población activa, 5.778.100 personas.
El dato más preocupante es que lejos de frenar la sangría de
desocupados, las políticas de ajuste neoliberal y la reforma laboral del
gobierno destruyeron empleo en un escenario de recesión, la segunda en tres
años.
En el último trimestre, en un momento en el que el país
atraviesa su segunda recesión en tres años, el número de ocupados descendió en
96.900 personas (-0,56%).
De los empleos destruidos entre julio y septiembre, 49.400
pertenecen al sector público y 47.600 al privado -en todos los sectores salvo
la industria-, una consecuencia directa de las políticas de recortes de gasto
en el Estado con el objetivo de reducir el déficit público del país, y de la
implementación de la reforma laboral que facilita el despido.
"El panorama es muy malo, malísimo, llevo 4 años en España y
sólo trabajé en forma continuada durante un año en la construcción", dice a
Télam Daniel Días, uruguayo de 29 años.
Daniel explica que en el último año hizo trabajos temporales
y que se accidentó, por lo que está tramitando un subsidio de desempleo.
Por ahora, él, su mujer y su hija sobreviven con ayudas
oficiales, una renta básica, pero dice que "no quiere pensar mucho porque ve
todo muy oscuro".
Ferran, español de 58 años, también cree que la situación no
mejorará, pero está más tranquilo porque en unos meses se va jubilar de su
trabajo en la marina mercante.
"Hay cada vez menos trabajo, mi sector está desapareciendo
porque los barcos pueden ser españoles pero ponen cualquier bandera y usan mano
de obra barata, las condiciones son cada vez peores", denuncia.
"Seguirán recortando por todos lados, pero no es casual que
lo único que Rajoy dijo que no iba a tocar son las pensiones", remarca, porque
"hay 6 millones de desocupados, pero ahí hay 9 millones de votos".