A seguir rezando
Los médicos de Renzo aseguran que "su corazón trabaja al cien por ciento"
lunes 10 de junio de 2013, 21:09h
El corazón de Renzo, el niño de dos años que fue
trasplantado hace una semana, comenzó a latir otra vez, y los médicos
aseguraron que "trabaja al cien por ciento", informó Belén, madre del
pequeño.
"Renzo está sedado con asistencia respiratoria, pero
los médicos nos dijeron que el corazón trasplantado comenzó a latir y funciona
al ciento por ciento", aseguró la mujer en la puerta del Hospital de
Pediatría Juan Garrahan, donde atienden al niño.
Renzo había recibido un corazón el 2 de junio pasado luego
de varios meses de espera, pero los médicos informaron que su organismo lo
había rechazado por lo que se manejaba la opción del retransplante.
En una jornada considerada clave para la evolución del
pequeño, la madre destacó que "el corazón late solo" y "atiende
todas las necesidades, los médicos lo adaptaron y estaban encantados porque su
trabajo dio resultado".
Haroldo, padre del niño, aseguró que "Renzo es un león,
no se rinde un segundo y cada día prueba que tiene fuerzas y quiere seguir
viviendo" y manifestó: "ahora espera un largo proceso, aunque nos
puede sorprender y en dos o tres meses tal vez lo tengamos con nosotros de
vuelta".
Belén contó que "esta madrugada lo pude ver y le decía:
`hijo estás respirando bien` y él se movía. Renzo está peleando y no nos
permite estar débiles, sería como fallarle a él".
Haroldo reiteró que el niño "está sedado, paralizado,
pero se mueve cuando le hablamos. Cuando los médicos nos dijeron que había
empezado a latir el nuevo corazón, que mantuviéramos la calma, empecé a pensar
en que por fin podríamos planificar con mi hijo un domingo en familia".
"Lo único que quiero en este momento es que me abrace y
me diga `hola`. Esto es una locura, es una emoción muy grande", sostuvo la
mujer, quien destacó que si todo sigue bien lo sacarían de la lista de
emergencia del INCUCAI.
Los médicos consideraban clave esta jornada porque
planificaban reconectar el aparato para que le dé fuerzas al corazón del niño y
así bombear sangre al cuerpo.
De no resultar este procedimiento los profesionales
consideraban la opción de efectuar un retrasplante, aunque para ello debía
esperar un nuevo donante.