La Asamblea del año XIII y los trabajadores golondrinas
lunes 04 de febrero de 2013, 12:29h
El trabajador golondrina representa el trabajo no
registrado, la economía que oculta y margina a los más pobres. Representa el desarraigo y la ausencia del
padre trabajador y, a veces, a toda la familia que emigra para someterse a la
explotación miserable.
El trabajador golondrina no tiene casa. Ni donde lo esperan
para explotarlo, ni en su pueblo de origen. El trabajador golondrina no tiene
trabajo, ni salario ni registro.
Me cuesta aceptar que dirigentes políticos del siglo 21 no
cuestionen la necesidad de transformar radicalmente esta realidad del obrero
agrícola trashumante, al cual los patrones y los cómodos ganadores de la renta
agraria lo toman "como un mal necesario", al que se le paga en negro, en
especies, se lo somete a la indignidad de albergues similares a corrales de
animales y le asignan trabajos de esclavos, sin cobertura médica, ni muchos
menos seguros de trabajo.
Pretender entender que a esos trabajadores "les gusta"
trabajar así, o que eligen esas tareas es cuanto menos despreciar la condición
humana.
La ampliación de la cobertura de la Asignación Universal por
Hijo, el cual alcanza a más de 3 millones y medio de chicos y jóvenes de toda
la Argentina, es un logro de la democracia que implementó nuestro gobierno y
beneficia a millones de familias argentinas, en particular madres solas y jefes
de hogar desocupados.
¿Que piden estos dirigentes? ¿Que eliminemos este derecho
para habilitar la proliferación de "obreros golondrinas" que puedan someterse a
la indignidad de trabajar en condiciones idénticas a las del siglo 18 y 19?
¿Pueden los intereses de sectores acomodados llevar su pretensión al nivel de
desconocer la urgencia de darles presencia estatal a las familias argentinas
excluidas de todo sistema de protección social?
No es casual que sean los mismos que reclaman eliminar la
protección mínima que el Estado les da a
los pobres, pidan "flexibilizar" el trabajo para permitir que, personas dignas,
las más humildes de nuestra patria y países hermanos vecinos, sean vejadas sin
condiciones dignas ni salario.
Los mismos piden, a su vez, la modificación del tipo de cambio,
un "dólar competitivo", nuevo nombre que otorgan a la devaluación del peso, que
les permitirá exportar y cobrar en dólares la producción obtenida por mano de
obra golondrina.
Para esto sancionamos en el congreso el 21 de Diciembre del
2011 la Ley 26.727 donde aprobamos el nuevo Régimen de Trabajo Agrario. Esta
ley de la Nación propicia el trabajo decente, otorga derechos al trabajador
rural cualquiera sea su condición, permanente o no. La ley prohíbe el trabajo
infantil y lleva la edad mínima a 16 años para quienes desempeñan tareas
agrarias en relación de dependencia, con iguales derechos que los adultos.
Esta ley fue votada afirmativamente por los legisladores que
ahora parecen desconocer.
Tecnología apropiada para la cosecha
Proponemos avanzar en tecnificar la cosecha, incorporar
gradualmente maquinaría con tecnología apropiada que modifica la matriz de
costos para incrementar la rentabilidad de lo producido.
Pero el acceso a la maquinaria de cosecha mecánica debe
darse con asistencia del estado, como ya lo ha hecho el gobierno provincial
adquiriendo cosechadoras de olivos - que además son funcionales para la cosecha
de nuez - y otorgando turnos a pequeños productores.
Trabajamos en líneas de crédito específicas con el Banco
Nación para la adquisición de estas cosechadoras, y para los casos de
productores que no califiquen avanzar en la incorporación de máquinas adecuadas
desde el estado nacional y provincial.
En noviembre visitamos en Venado Tuerto una fábrica nacional
de cosechadoras de olivos y vid que pronto presentarán al gobernador diseños de
bajo costo y alta prestación que se
adaptan a nuestros cultivos, tanto los tradicionales como los más actualizados.
Fortalecer las economías regionales , industrializando la
ruralidad, agregando valor en origen y tecnificando el agro, dignificar el
trabajo agrario y la eliminación del trabajo infantil y esclavo son principios
claves e irrenunciables de nuestro gobierno.
Por eso celebramos el bicentenario de la Asamblea del Año
XIII, que abolió la esclavitud en Argentina y eliminó los títulos de nobleza y
el fin de los mayorazgos. A ver si algunos se enteran lo que eso significa.
Javier TineoDiputado Nacional por La Rioja del Frente Nacional por la Victoria