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El mes de marzo en Buenos Aires

El mes de marzo en Buenos Aires

Por Manuel Suárez Suárez
miércoles 06 de marzo de 2019, 00:32h

Doña Macrigaita no se mueve de debajo de la parra. El calor está bien para los jóvenes pero los mayores necesitan de una buena sombra que los proteja. Atrás quedaron aquellos años de mirarse en el espejo para ver si la piel agarraba color. Ahora tiene verdaderas preocupaciones. Al final de sus días, va tirando, con una pequeña jubilación. Menos mal que no paga alquiler al quedarse con la casa que levantaron los viejos luchadores gallegos. Votó con ilusión a Macri para acabar con la fiesta de los grasa peronista. No entiende que los palos se los den a ella que siempre laburó. No se queja en público pero está abatida. El tema está claro: no le queda un mango después de pagar las tarifas. Se está salvando de caer en una depresión gracias al mate diario con la medicinal yerba “Abuelita” que elaboran nuestros vecinos uruguayos.

Hace más de 60 años que en viaje de novios visitó el casino “Parque Hotel” en Montevideo. Allí jugó por primera y única vez. Jugó una ficha y ganó. Nunca más entró en un casino y nunca hizo una quiniela ya que la timba es un vicio que destruye a las familias. Acaba de tener noticias de la capital uruguaya por una prima que es hincha del carnaval uruguayo. Es una admiradora especial del desfile de las “Llamadas” con los tamboriles candomberos. Le contó que está todo muy arregladito y con menos inseguridad callejera que en la CABA. Al cambio actual, con el dólar a 40 pesos, está caro ir a Montevideo pero morfarse un increíble “chivito” en “18” no tiene precio. Se respira futuro del otro lado del charco. Hace años que tienen controlada a la inflación y con un consumo estable se evitan sobresaltos en la actividad económica.

Hay algo que le comentó la prima que dejó a doña Macrigaita bastante desconcertada. No sabe que pensar porque el asunto es complicado. Le dijo que la mutualista “Casa de Galicia”, entidad semejante al Centro Gallego de Buenos Aires, está en fuerte expansión. ¿Qué me estás contando? Es igual que acá, pagás una cuota mensual y tenés derecho a asistencia médica y actividades culturales para elegir. Mientras en la orilla montevideana pasan de los 50.000 socios en la esquina de Belgrano y Pasco, si mal no recuerda, no se llega a los 5.000 asociados. En la última asamblea se aprobó por unanimidad el proyecto de nueva obra en la sede central que significa una remodelación total en un solar de 4.500 m² con frente a dos calles del centro de la capital uruguaya. El nuevo edificio tendrá 7 pisos por la calle Colonia y 11 pisos por la avenida 18 de Julio. En el subsuelo y bajo de la calle Colonia se instalará la Sección de Emergencias con quirófano.

La prima le dio más detalles sobre una inversión que pondrá a Casa de Galicia al frente de las mutualistas uruguayas pero lo que verdaderamente le importa es saber la razón del éxito montevideano. Quizás haya que mirar hacia donde se empuja. Es evidente que los gallegos montevideanos empujan para arriba y los porteños para abajo. Dice doña Macrigaita que “es triste ver al Centro Gallego hundido pero la esperanza es lo último que se pierde”. Está esperando poder hablar con la ministra Stanley (hace más de dos años que con un grupo de socias macristas firmaron una carta pidiendo ser recibidas) para hacerle ver que los fondos que transfiere el INAES van destinados al pago del equipo interventor que Moyanito dirige con mano firme. Se necesitan más pesos para que el personal deje la dieta obligada al cobrar unas chauchitas por semana.

Al final va a resultar que tienen razón los que no votaron a Macri y va a ser cierto que estamos peor. No quiero creer nada de lo que dicen los peronchos pero cada mes que pasa puedo comprar menos comida. Algo está pasando. No hablo del costo de la ropa y tampoco del calzado. A mis años me arreglo con lo que tengo en el ropero de años atrás. También le dirá a la ministra Stanley que los jubilados están en la lona. Se deberían de establecer unos descuentos especiales en el agua, gas y luz para aquellos que ingresan menos de 20 mil pesos mensuales. Las hijas de gallegos no lloriquean. Se considera con fuerzas suficientes para no marchar al spiedo hasta dentro de unos años.

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