Castilla y León despide a sus fallecidos en la tragedia de Santiago

Cientos de personas han despedido conmocionadas este sábado a F.J.G.L, el segoviano de 27 años fallecido en el accidente ferroviario de Santiago de Compostela, a donde acudía a celebrar la festividad del patrón con un compañero de carrera.

El funeral se ha celebrado a partir de las 11.00 horas en la iglesia parroquial de Santo Cristo del Mercado, a cuyas puertas el féretro del joven ha sido recibido con un emocionado aplauso y una bandera de España con un lazo negro en señal de luto. 

Entre los asistentes, que en la jornada lluviosa se resguardaban a ratos bajo sus paraguas, se encontraban el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, en representación de la ciudad, y el delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar. 

Junto a ellos, se han sumado al dolor de familiares, amigos y vecinos sus compañeros y profesores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, donde estudió; del Hospital Clínico Veterinario de este centro, del que era colaborador activo tras ser becario residente durante tres años, y del Hospital Veterinario Los Madrazo, donde ejercía como veterinario de animales pequeños.

Durante la ceremonia, el párroco ha incidido en lo "desconcertante" del fallecimiento de Curro, como así era conocido, en una "tragedia que ha salpicado de sangre a toda España" y ha señalado la dificultad de aunar juventud y muerte, a la vez que ha querido mostrar su solidaridad y condolencias a familiares y amigos.

Tras pedir un minuto de silencio, ha aprovechado para recordar a todos aquellos pasajeros que acompañaban al joven segoviano en el trayecto, las víctimas mortales y aquellos que resultaron heridos. 

Los aplausos se han sucedido a la salida del féretro del templo, cuyas inmediaciones permanecían atestadas de gente, así como han acompañado la marcha de los padres del joven y su hermano. Su madre, rota por el dolor, avanzaba abrazada a la foto de su hijo. 

Amigos y compañeros de la Facultad han coincidido en describir al fallecido como una persona "extraordinaria y brillante" tanto a nivel personal como profesional. Según ha trascendido, dudó hasta el último momento sobre el medio de transporte que prefería tomar para llegar a Galicia. Aunque pensó en desplazarse en avión, finalmente optó por la alta velocidad. Sus restos han sido incinerados en el crematorio Santa Teresa.

Más de un centenar de personas también ha despedido este sábado a Juan Manuel de Diego Bajón, uno de los vallisoletanos fallecidos en el accidente de tren ocurrido el pasado miércoles en Santiago de Compostela.

En acto, marcado por la emoción, el párroco de la iglesia de San Andrés, donde se ha oficiado el funeral, Mariano García Ruano, ha definido la muerte como un "misterio" y un "interrogante" para las personas que la sufren y ha destacado la capacidad de ésta de "remover" el interior de cada uno.

Tras la lectura del 'Libro de la Sabiduría' y durante la homilía, el párroco ha aseverado que en un momento tan especial "no caben" la palabras para explicar el dolor, al tiempo que ha recordado que "Dios creo al hombre para la inmortalidad, a su imagen" por lo que "ningún hombre carece de sentido".

"La muerte de una persona joven nos parece una injusticia, y lo es", ha concluido García Ruano en el funeral por Juan Manuel de Diego, de 54 años y profesor de cocina en el IES Jorge Santallana de Ávila, en el que decenas de personas han acompañado y arropado a la familia

A la despedida de De Diego se sumará, a las 20.00 horas de este sábado, la de Manuel Sierra Morán, de 40 años y profesor del Instituto Cervantes de Budapest, que se celebrará en el nuevo tanatorio El Salvador.