Un desacato polémico
Para el gobierno la decisión del juez Griesa es "violatoria del derecho internacional"
lunes 29 de septiembre de 2014, 23:49h
El Ministerio de Relaciones Exteriores advirtió sobre la
postura del juez neoyorquino de declarar a Argentina en desacato y volvió a
solicitar al gobierno de Estados Unidos que acepte la jurisdicción del Tribunal
Internacional de La Haya para dirimir esta controversia.
El Ministerio de Relaciones Exteriores advirtió que la
decisión del juez neoyorquino Thomas Griesa de declarar a la Argentina en
desacato "es violatoria del derecho internacional", y volvió a
solicitar al gobierno de Estados Unidos que acepte la jurisdicción del Tribunal
Internacional de La Haya para dirimir esta controversia.
A través de un comunicado de prensa, la Cancillería señaló
que la decisión del juez Griesa de declarar en desacato a la Argentina "es
violatoria del derecho internacional, de la Carta de las Naciones Unidas y de
la Carta de la Organización de los Estados Americanos".
En ese sentido, el escrito destacó que tal como establecen esos
documentos el gobierno estadounidense es el "único responsable por las
acciones de cualquiera de sus órganos", en relación a la reciente decisión
tomada por el magistrado en el litigio que Argentina enfrenta con fondos
buitre.
"Todos estos instrumentos establecen que los Estados
Unidos de América como Estado es el único responsable por las acciones de
cualquiera de sus órganos, como la reciente decisión de su Poder
Judicial", sostuvo la cartera que conduce Héctor Timerman.
El comunicado de la Cancillería se dio a conocer poco
después de que el juez Griesa entendió que Argentina "tomó y está
tomando" pasos, "en un intento por evadir partes críticas" del
fallo del 23 de febrero de 2012 en el que ordenó al país a no efectuar pagos a
los bonistas reestructurados si no abonaba también a los fondos buitre una suma
cercana a 1.300 millones de dólares.
Griesa se refirió, de esta forma, a la recientemente
sancionada Ley de Pago Soberano, que modifica la sede de pago de los
compromisos a los bonistas que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010, entre
otras cuestiones, con lo cual desplazó al agente fiduciario Bank of New York
Mellon (BoNY), entre otras medidas.
El Palacio San Martín subrayó que la decisión del juez
Griesa "no tiene ningún efecto práctico salvo proveer de nuevos elementos
que sirvan a la difamante campaña política y mediática llevada adelante por los
fondos buitre contra la Argentina".
El comunicado también ratificó la decisión del Gobierno
argentino de "seguir ejerciendo la defensa de la soberanía nacional y de
solicitar al gobierno de los Estados Unidos de América que acepte la
jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia para dirimir esta
controversia entre ambos países".
Por la mañana, horas antes de la audiencia en el despacho de
Griesa, el canciller Timerman dijo en conferencia de prensa que según las
convenciones internacionales "en ningún caso" puede darse curso a "las medidas
de apremio solicitadas por los buitres, sostener lo contrario atentaría contra
las formas más básicas de convivencia internacional".
En esa línea de argumentación, el Gobierno argentino
presentó hoy notas al gobierno de los Estados Unidos y al juez de la causa, en
rechazo al pedido de los fondos buitre para que se declare al país en desacato
por no cumplir con la sentencia del magistrado norteamericano que obliga al
pago de 1.330 millones de dólares.
En la presentación ante el Juzgado de Griesa, titulada
"Memorándum de la República Argentina en oposición a la solicitud de las
demandantes de declarar a la Argentina en desacato civil e imponer
sanciones", el país afirmó que "la solicitud de las demandantes es
legalmente inadmisible, inaplicable y de imposible cumplimiento" y que
"debe rechazarse".
En el texto, se argumentó que "el desacato civil es una
herramienta diseñada para forzar a una parte a 'depurar' la conducta violatoria
de una orden emanada de un tribunal; no es y no puede ser -como las demandantes
pretenden aplicarlo aquí- un castigo por una conducta pasada".
"La orden propuesta no resolverá el estancamiento
actual que enfrentan tanto las partes como el Tribunal como consecuencia de las
medidas cautelares pari passu (que son de imposible cumplimiento) sino que más
bien agravará la situación. Sin dudas será utilizado por las demandantes
solamente para elevar aún más su retórica negativa de ataques públicos hacia la
República. Este no es un uso adecuado de la facultad que tiene el Tribunal para
declarar el desacato", aseguró la presentación.
La nota de 17 páginas con la firma del estudio Cleary
Gottlieb Steen & Hamilton LLP, indicó además que "el derecho y la
práctica internacionales no contemplan dictar órdenes contra Estados
Extranjeros" y que la Foreign Sovereign Immunities Act (FSIA)
"prohíbe la declaración de sanciones de desacato contra Estados
Extranjeros".
En tanto, en la nota al secretario de Estado norteamericano
John Kerry, la embajadora argentina en los Estados Unidos, Cecilia Nahón,
recordó cómo llevó adelante la Argentina la reestructuración de la deuda y
enumeró las decisiones tomadas hasta el momento por la justicia estadounidense
que son "contrarias al apoyo que ha brindado la comunidad internacional a
la posición argentina y el mismo Poder Ejecutivo de los Estados Unidos a través
de las presentaciones como Amicus Curiae ante sus propios tribunales".
"En el marco del acoso judicial desmedido del que mi
país es víctima a través de una orden judicial de cumplimiento imposible, ahora
se suma un nuevo y mayor disparate jurídico por parte de los demandantes,
quienes el 24 de septiembre pasado solicitaron que se declare en desacato a la
República Argentina y se apliquen sanciones en virtud del alegado
incumplimiento de las órdenes judiciales", indicó Nahón.
Una declaración de desacato implicaría "una escalada sin
precedentes y aún muy superior, inclusive, a la decisión de retener o impedir
el cobro de los bonistas reestructurados. No se trata solamente de la
afectación de derechos de terceras personas, sino de vulnerar aún más la
soberanía de la República Argentina", continuó previo a la declaración
judicial de Griesa.
Al respecto también advirtió que "cualquier decisión
que adopten los tribunales de los Estados Unidos de América que pueda frustrar
dicha reestructuración de deuda soberana o cuestionar la actuación de los
órganos políticos de la República Argentina, no sólo estaría fuera del alcance
de su jurisdicción, sino que constituiría además una ilegítima injerencia en
los asuntos internos del Estados argentino, que comprometería la
responsabilidad internacional de los Estados Unidos".