Malvinas, un mandato histórico y constitucional
miércoles 02 de abril de 2014, 12:14h
L a crisis en el este de Europa, a raíz de la anexión de
Crimea a la Federación Rusa, además de la preocupación que produce todo
conflicto que pueda poner en riesgo la paz y la seguridad internacionales , puede
generar condiciones favorables para la política exterior argentina en pos de
reinstalar en el escenario mundial la cuestión de las islas Malvinas .
El avance extraordinario que significó la aprobación de la
resolución 2065 en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1965 no pudo
profundizarse por el golpe militar de 1966, aunque se conoció, hace poco, que
en sus últimos meses de vida el presidente Juan Domingo Perón recibió una
propuesta del gobierno británico para compartir la soberanía de las islas.
La última dictadura militar intentó utilizar el conflicto
para perpetuarse en el poder, pero se perdió la guerra y colapsó la dictadura.
El gobierno del Raúl Alfonsín, al ordenar el enjuiciamiento
de las Juntas de Comandantes, concitó la atención y el respeto de la comunidad
internacional y obtuvo el respaldo de las democracias del mundo. En ese
contexto de recuperación del prestigio internacional de la Argentina, se
decidió regresar a la Asamblea General de las Naciones Unidas y fue así como se
obtuvo, año tras año, un respaldo casi unánime de la comunidad internacional
para que se cumpliese con el mandato de la resolución 2065/65, que dejaba
totalmente aislado al Reino Unido.
El gobierno que lo sucedió decidió retirar el tema de la
Asamblea, y desde aquel entonces los gobiernos se han limitado a llevar el tema
al Comité de Descolonización, donde seguimos recibiendo el respaldo de la
comunidad internacional pero con muy escasos efectos, lo que le facilita al
gobierno británico continuar con su negativa a dialogar sobre la disputa de
soberanía, mientras ocupa y explota las islas y el mar adyacente.
El punto central de los debates es, cuando se trata el tema
en los foros internacionales, si debe aplicarse el principio de la integridad
territorial o si es pertinente atender al principio de la autodeterminación de
los pueblos.
La Argentina siempre ha sostenido que las islas Malvinas le
pertenecen por derecho y por historia, y denuncia que el Reino Unido usurpó el
dominio de las islas mediante un hecho de fuerza y, por lo tanto, el principio
invocado es el respetar la integridad del territorio nacional.
El Reino Unido, a pesar de su pasado colonial y de que el
principio de la autodeterminación fue la bandera que levantaron todos los
pueblos de las naciones colonizadas contra el dominio inglés, invoca ese mismo
principio en defensa de su interés en conservar las islas Malvinas bajo su
tutela.
La crisis de Crimea pone en el centro de la atención mundial
la discusión sobre qué principio debe prevalecer en este conflicto y demuestra,
de modo incontrastable, que la disputa de soberanía no es una cuestión
abstracta, como sostienen los británicos cuando se les reclama una negociación.
La historia de Crimea es parte de la historia del imperio
ruso, y en ese territorio Rusia luchó contra Inglaterra, Francia y el imperio
turco. Crimea formó parte de la República Soviética Rusa mientras existió la
Unión Soviética, y durante esa Unión de Repúblicas Soviéticas se produjo la
cesión de Moscú a Kiev.
Como puede verse, las circunstancias históricas y políticas
que anteceden a la actual crisis de Crimea no pueden asimilarse con la posesión
histórica de la Argentina de las islas Malvinas y la usurpación por la fuerza
que realizó Inglaterra.
Nuestro país, actualmente miembro del Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas, debería coordinar con las demás naciones
latinoamericanas una posición común que favorezca la paz y la seguridad
internacionales.
Del mismo modo, estoy convencido de que la Argentina tiene
que aprovechar esta discusión, sobre la prevalencia de un principio u otro,
para reinstalar en el más alto nivel internacional -la Asamblea General de las
Naciones Unidas- nuestro reclamo de que se cumpla con la resolución 2065 y que
ambos gobiernos, el argentino y el británico, comiencen a negociar la disputa
de soberanía y el futuro de las islas Malvinas.
Es necesario que cumplamos con el mandato histórico y
constitucional de hacer todos los esfuerzos políticos y pacíficos para
recuperar las islas Malvinas.
Ernesto Sanz
Senador Nacional y titular de la UCR