Club de París: Periodismo ficción
martes 28 de enero de 2014, 11:25h
El Ministro de Economía viajó a Francia con una propuesta
para regularizar la deuda que el país tiene con el Club de París. La vocera de
la entidad, en consonancia con los dichos del Ministro argentino, dijo que el
organismo "estudiará la propuesta". Sin embargo, una insólita cantidad de
noticias y columnas periodísticas hablan de papelón internacional y fracaso de
la gestión.
La Argentina dio un paso de relevante importancia en la
tarea de renegociar la deuda por U$S 9.000 millones que mantiene con el Club de
París, con la presentación que el ministro de Economía, Axel Kicillof, hizo
ante ese organismo, de la propuesta para la regularización del pasivo que el
país mantiene con ese foro de acreedores.
La iniciativa fue recibida y analizada por los 19 países
integrantes del Club, a través de sus representantes, y a partir de ahora
comenzará un camino -que no será corto- de conversaciones y negociaciones sobre
la presentación realizada por Argentina.
La deuda con el Club de París entró en cesación de pagos en
diciembre de 2001, al igual que todo el pasivo público del país. El origen de
esta deuda se remonta a la dictadura militar de 1955 que derrocó al general
Juan Domingo Perón, que ese mismo año contrajo un préstamo de 700 millones de
dólares con un grupo de bancos europeos para financiar las compras de productos
importados de ese continente.
Ante la imposibilidad de la dictadura encabezada por Pedro
Eugenio Aramburu de cumplir con el pago de esa deuda, la Comunidad Económica
Europea conformó un grupo de funcionarios para gestionar el cobro de la misma.
Las oficinas donde funcionaba esta agencia de cobradores estaban en París, de
ahí el nombre con que este grupo se hizo conocido. Durante décadas, el Club se dedicó solo a
renegociar deudas contraídas con países europeos, pero a partir de los '80
comenzó a emitir préstamos al estilo Fondo Monetario Internacional.
Desde entonces, la dictadura cívico militar entre 1976 y
1983, pero también los sucesivos gobiernos democráticos de Raúl Alfonsín,
Carlos Menem y Fernando de la Rúa, tomaron deuda con este organismo, que al
momento en que se entró en default sumaba 6.500 millones de dólares, pero que
actualizada rondaría los 9.000 millones.
La propuesta que Argentina llevó a París básicamente plantea
que el plan de pagos que se acuerde no amenace la sustentabilidad de la deuda,
es decir, que no impida que Argentina siga mejorando la relación que tiene
entre su Producto Interno Bruto (PIB) y su pasivo externo.
El planteo está en línea con el programa de desendeudamiento
llevado adelante desde el gobierno de Néstor Kirchner y continuado por la
presidenta Cristina Fernández, que hizo que Argentina se convirtiera en el país
que más redujo su endeudamiento público externo en la última década, en
comparación con los vecinos de la región e incluso con economías desarrolladas
como Estados Unidos, Japón y Alemania.
Otra cuestión que debe incluir la negociación, de acuerdo a
la presentación que hizo Kicillof, es que el plan económico que aplica
actualmente el país no está en discusión, ni se aceptarán condicionamientos
para su desarrollo.
En consonancia con esto, el tercer punto incluido en la
propuesta a tener en cuenta a la hora de acordar el plan de pagos, es que el
mismo no sea a expensas del crecimiento económico que viene ostentando el país,
ni de la inclusión social que ha permitido el mismo.
Estas condiciones no son ni más ni menos que las mismas que
Kirchner planteó ante el FMI cuando se inició la primera renegociación de la
deuda pública en default en 2004, y que se coronó con el histórico canje en
2005, con la quita más importante que se haya conocido, de más de 65%.
El propio Kicillof había anticipado antes de la reunión en
que se trataría el caso argentino, que "estas negociaciones pueden llevar
meses". Y tras la asamblea del organismo, la secretaria del Club de París,
Clotilde L`Angevin, se encargó de precisar que el organismo "estudiará la
propuesta".
También remarcó que "es muy temprano para tener una
respuesta o una reacción en torno a la propuesta porque la iniciativa fue
trasmitida recientemente".
Esto fue lo que transmitieron no sólo medios argentinos,
sino internacionales, como Reuters y Bloomberg.
Sin embargo, algunos "cazabobos" se ocuparon rápidamente de
lanzar a través de sus páginas que según el Club de París "no empezaron las
negociaciones con Argentina" y hablaron de fracaso rotundo y hasta de papelón
internacional, siendo que lo que la vocera de Club de París había dicho en nada
se diferenciaban de lo que había dicho el ministro Kicillof.
Nada de esto, claro está, detuvo al editorialista de Clarín
Alcadio Oña, que con ímpetu se apuró a calificar como "un costoso paso en falso
de Kicillof", a la presentación que la Argentina hizo, y que el Club de París
aceptó, trató y dijo que va a estudiar.
El ministro dijo una cosa, la vocera de Club de París dijo
lo mismo, sin embargo una catarata de noticias y columnas de opinión dicen que
sucedió lo que no sucedió. Pequeñas delicias del periodismo ficción.