martes 22 de julio de 2014, 15:44h
La volcánica situación en Ucrania, donde las agencias
internacionales en su habitual visión y compromiso maniqueo, intentan
mostrarnos, "el bien" los ucranianos pro europeos y "el
mal" los prorusos, se desbarranca día a día, por manipulaciones externas a
las propias situaciones locales, en un diagrama de zonas de influencia, control
de los mares y producción de petróleo, en una de las rutas claves del
abastecimiento de Europa.
La ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza, empujada por la
necesidad de reestablecer un nuevo equilibrio en Medio Oriente, ante la
ofensiva de los grupos islámicos escindidos de Al-Quaeda, ante el fracaso de su
intentona golpista en Siria, armados por EEUU y la Unión Europea , que primero
lo lograron el Libia, asesinando a Kadhafy y ahora impera el caos, en medio de
una lucha facciosa, y grupos que intentan establecer un Califato entre el sur
de Siria y el norte de Irak, apoyados ahora por Turquía, Arabia Saudí, Qatar,
Kuwait entre otras monarquías árabes pro occidentales.
Estamos entonces en un punto de inflexión del hegemonismo
pos caída del Muro de Berlín en 1989, de donde emergió EEUU como potencia única
al cual rindieron sus políticas soberanas los poderosos del mundo, desde Europa
a Asia, América Latina y África. Pero de ese unilateralismo, se pasó por
presión de los sectores financieros especuladores globales, que sacó las
economías centrales de sus propios países, a un proceso de acumulación de
riquezas por parte de nuevos actores, que junto a políticas de crecimiento,
producto de acertadas decisiones nacionales, permitió que muchos países del
mundo desarrollasen sus países, al calor de un multipolarismo cada vez más incisivo,
como se expresa hoy en los BRICS, UNASUR, CELAC y otras asociaciones del
sudeste asiático y centroamérica.
Sin embargo es necesario esclarecer, de ser posible, cual es
el cuadro de situación actual que se presenta como dramáticamente prebélico global.
En efecto en las luchas anteriores desarrolladas en el siglo XX e inicio del
actual, las guerras eran localizadas, por disputas en espacios lejanos a los
protagonistas reales, siempre llamadas "guerras de baja intensidad"
porque no generaban alteraciones, excepto económicas, a los países que las
impulsaban, por utilizar en las mismas, confrontaciones tribales de países
hermanos, o limítrofes, o guerras civiles que fragmentaban estados nacionales
permitiendo su dominación económica y el sometimiento de los pueblo. Basta
recordar la ex Yugoslavia, de donde se crearon 6 países, las divisiones
africanas, las guerras étnicas de Africa Central, tusis y hutis, con centenares
de miles de muertos, los golpes de estado en Ucrania, Egipto, Libia entre
otros, todos con olor a petróleo, presentados como "primaveras árabes
democratizadoras; las invasiones a Irak, Afganistán y Somalía que todos
olvidan, hechos motorizados por los intereses imperiales del mal llamado a si
mismo "occidente cristiano".
No es menor un atentado contra el presidente Putín, que
impactó en avión de línea, con sus trágicas secuelas sobre Ucrania, se trató de
un intento de magnicidio que nos hubiese llevado a una situación sin retorno de
confrontación a nivel global, con riesgo cierto de la humanidad como cilco
biológico terminal.
No menos importante es la ofensiva del estado sionista sobre
el pueblo palestino, mas precisamente sobre la Franja de Gaza, lo más parecido
al Ghetto de Varsovia, que lo han creado los mismos que fueron víctimas del
nazismo, ya que impacta en su desarrollo a un nuevo alineamiento y extensión
del campo de batalla, que por ahora no lo es, porque se trata sólo de una
ofensiva militar sobre población civil, que se defiende con hondas, piedras,
morteros de fabricación artesanal de poco alcance, como la Intifada de
adolescentes con piedras contra tanques de última generación. Sin embargo Obama
llama a poner fin a las "hostilidades" en la teoría de los dos
demonios, tan familiar para nosotros desde el mismo terrorismo de estado que
hoy ejerce Israel.
Una zona de paz como América Latina, un grupo de países como
el BRICS, el resto del mundo que quiere vivir en paz, no sólo observa con
preocupación estos hechos, sino que afianza sus mecanismos de creación de
herramientas alternativas al Grupo de los 7 verdadero poder global que durante
décadas ejerció y ejerce una posición dominante en el tablero mundial, pero que
ha sido coaptado por los intereses financieros creados por ellos mismos como
dominación a terceros países, pero que ya ni responden a sus estrategias
geopolíticas como lo ha demostrado el apoyo del FMI a la Argentina en el tema
buitres, que no lo hace por amor sino por espanto, a sus futuras
reestructuraciones ( negocios) de deuda con los países en problemas creados por
ellos como Grecia, Portugal, España, Irlanda, Italia entre los mayores. Por eso
la creación de los Bancos del Sur y del BRICS asociativos, se levantan como
herramientas a futuro de probables o mas que probables conflictos generalizados
en el hemisferio norte, zona de disputa sobre los recursos naturales del
imperio, que no tardarán en llegar a nuestras playas con el mismo apetito
colonial y saqueador.
Estamos entonces en una de las diyuntivas planteadas hace 60
años por el General Perón, sin dudas con visión estratégica cuando rechazó
sumarse al FMI en los 50, cuando plateó la necesaria Tercera Posición, frente
al Tratado de Yalta, que se repartía el mundo y luego apoyó a la conformación
de los países del Tercer Mundo, no es caual que sus últimos libros ( después
del Diccionario Mapuche- Apuntes de Historia Militar- Conducción Política- La
Comunidad Organizada) haya escrito "La fuerza es el derecho de las
bestias", "Los vendepatria", y "La Hora de los
Pueblos", que reafirmó con el Modelo Argentino para un Proyecto nacional
del primero de mayo de 1974, dos meses antes de partir a su Comando Celestial.
En ese documento testamentario nos alerta sobre los recursos naturales, en
especial el agua y los recursos fósiles, que vendrán por ellos por las buenas o
por las malas y que debemos estar preparados, con políticas nacionales
estratégicas, que nos doten de herramientas defensivas, porque somos un pueblo
de paz.