Acción política y generación de empleo
sábado 20 de julio de 2013, 14:18h
Un recorrido por leyes y políticas del Gobierno que, más
allá de tratar temas diversos, siempre tienen como objetivo la generación de
empleo genuino y calificado. La disminución paulatina y sostenida de la tasa de
desempleo local, en medio de una de las más cruentas crisis internacionales, es
una clara muestra de ello.
Este Gobierno tiene en su línea discursiva incorporado que
la mejor política de inclusión social es la generación de empleo.
En este sentido es dable destacar que en muchas de sus
acciones políticas ello está presente.
Si analizamos algunas de las leyes que se han promulgado o
acciones de promoción podremos establecer que, más allá del tema que traten y
que quizá, a priori, no parecieran tener contacto con el mundo del trabajo, en
algún momento el objetivo de ampliar la estructura ocupacional se hace
presente.
Por ejemplo, a la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual -popularmente la Ley de Medios -, si la tratamos superficialmente,
pareciera que "solamente" su objetivo es incidir o promocionar la
democratización de los medios audiovisuales.
Este Gobierno tiene en su línea discursiva incorporado que
la mejor política de inclusión social es la generación de empleo.
En este sentido es dable destacar que en muchas de sus
acciones políticas ello está presente.
Si analizamos algunas de las leyes que se han promulgado o
acciones de promoción podremos establecer que, más allá del tema que traten y
que quizá, a priori, no parecieran tener contacto con el mundo del trabajo, en
algún momento el objetivo de ampliar la estructura ocupacional se hace
presente.
Por ejemplo, a la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual -popularmente la Ley de Medios -, si la tratamos superficialmente,
pareciera que "solamente" su objetivo es incidir o promocionar la
democratización de los medios audiovisuales.
Sin embargo, a poco de andar su construcción jurídica, el
hecho de tender a la desconcentración, de promover la creación de servicios
audiovisuales por empresas sin fines de lucro, por universidades, sindicatos,
cooperativas, por comunidades de pueblos originarios, entre otros, pone de
manifiesto el impacto positivo que ya está teniendo -a pesar de la
incertidumbre fundamental sobre la aplicación del artículo 161 de la ley, mal
llamado de desinversión- en la generación de nuevos puestos de trabajo.
En esa dirección, un sector que se ha dinamizado, en gran
medida, a partir de la sanción de dicha ley es el de las radios, con la
creación positiva de importante cantidad de puestos de trabajo.
En Tierra del Fuego la promoción que se le ha dado a la
industria del software, así como a la manufacturación de productos
tecnológicos, que cada vez responde menos al tradicional "ensamble", para pasar
a ser productos "made in argentina" sustituyendo, progresivamente, las partes a
ensamblar por partes de elaboración argentina.
La industria tecnológica y de manufacturación de
electrodomésticos le ha dado a esa provincia la posibilidad de hacer
desaparecer, prácticamente, el desempleo, así como expandir su demografía.
Los subsidios que otorga el INCAA -tan criticados por ser un
vértice sustancial del "despilfarro" de los recursos del Estado- a la actividad cultural con la proliferación
de obras cinematográficas y televisivas, dan paso a una importante dinamización
en la generación de empleos.
El Programa PRO.CRE.AR -también muy criticado porque se
"financia" con dinero de los "jubilados"- tiene como objetivo la construcción,
refacción, ampliación y terminación de viviendas para familias de bajos o
medios recursos.
Desde su creación, el programa ha otorgado más de 75.000
créditos, lo que implica otra tanta cantidad de iniciación de obras. A esta
altura del partido descubrir qué es lo que significa la industria de la
construcción para la generación de empleo no deja de ser una verdad de
perogrullo. La misma dinamiza varios sectores, no solo logra la multiplicación
de empleo en la actividad propiamente dicha sino, indirectamente, en otros
sectores colaterales de la misma.
El hoy tan "discutido" acuerdo entre YPF y Chevron, con el
cual ésta última realizará una importante inversión para la extracción de
combustible no convencional que, precisamente, por ser más dificultosa su
extracción, no solo necesita una tecnología de avanzada, sino una mayor
cantidad de mano de obra que la extracción de combustible convencional, también
está poniendo el sesgo en la apropiada dirección de la creación de trabajo.
La Presidenta, en la reinauguración del Espacio INCAA,
aludió a hacer cumplir la ley 23.316, reglamentada por este Gobierno veinticinco
años después de su sanción, con el objeto que las series y películas que sean
dobladas al castellano, lo sean en la Argentina, lo que implica una nueva
potencialidad de creación de puestos de trabajo para actores y locutores.
Conforme ello, la intención de la normativa y su aplicación
es "la defensa de nuestra cultura e identidad nacional, circunstancia que
se garantiza a través de la actividad desarrollada por actores y locutores que
posean nuestras características fonéticas", pero no se puede soslayar la
influencia que va a tener en la estructura laboral de un cierto colectivo de
trabajadores con dicha actividad.
Como estos ejemplos podríamos seguir enumerando muchísimos
más, pero este espacio "columnista" no da lugar a ello, pero sí para hacer algunas
conclusiones.
La centralidad del trabajo no solo es una línea discursiva
del gobierno, también es una línea de acción presente en su conducta política.
Las críticas que se les hacen a todas estas medidas desde la
oposición, en su ceguera por dañar al Gobierno, no dan crédito de la
importancia democratizadora e inclusiva que consigo llevan para toda la
sociedad, lo que no deja de ser un comportamiento autodestructivo.
Los índices de desocupación y de generación de empleo
genuino -los que gozan de credibilidad en la sociedad argentina - ponen de
manifiesto que cuando se habla de "viento de cola" es sencillamente impotencia
ideológica contra las políticas activas que se aplican día a día.
Que en un país como la Argentina desde el 2009 -desde antes,
por supuesto, también- a la fecha la tasa desempleo haya ido disminuyendo,
paulatinamente, en medio de una de las peores crisis internacionales que ya
lleva cuatro años, habla a las claras que el "viento de cola" tiene un actor
político -el Gobierno- que lo hace soplar fuertemente en dirección de la
inclusión.