Defensa de la Democratización de la justicia
sábado 13 de abril de 2013, 17:47h
¿Cuál es la justicia cuando cae un pobre
que trabaja y lucha? pregunto a la corte.
Angel Parra (cantautor chileno. Hijo de Violeta Parra)
Cuando un componente de las instituciones en un Estado de
Derecho necesita ser democratizado es porque su estructura responde a un modelo
autocrático.
Democracia implica recuperación del estado para que éste
sirva a las mayorías. Un servicio de justicia que se aísla bajo la prerrogativa
de su "independencia" para evitar rendir cuentas a esas mayorías y operar
servilmente para las minorías del poder económico concentrado debe ser
inmediatamente democratizado.
De lo contrario el Estado se atrofia y el poder popular se
diluye.
La matriz operativa de la administración de justicia
argentina perdió transparencia. Dicho en criollo, se corrompió.
Su andar decadente se demuestra cuando no llega. No aparece,
se esconde. No decide, prorroga. Se autoelige, se autoevalúa, se eterniza, no
tiene plazos. En sus decisiones y en sus decisores. Jueces que perduran hasta
que la muerte los separe del cargo. O el juicio político, especie rara si la
hay.
Disfruta del confort de "no rendir cuentas". No muestra los fallos, no muestra el
patrimonio de sus funcionarios, no muestra a quien designa como empleado.
Los sectores cuya incapacidad histórica para lograr el poder
a partir de elecciones democráticas eligieron la justicia como plataforma de
despegue y aterrizaje de sus intereses, históricamente antidemocráticos.
Para ganar necesitan impugnar cada decisión soberana del
pueblo. Y para eso tienen a la justicia.
Lo demostraron en muchas leyes que sancionó el Congreso
Nacional y en decisiones soberanas del Poder Ejecutivo.
Las corporaciones, como no tienen votos ni mayorías en el
congreso, tienen jueces. Y desde ahí pretenden gobernar. O impedir el
cumplimiento de las decisiones del gobierno legítimamente electo por las
mayorías, tal como lo establece la Constitución.
Los seis proyectos de ley tienen como principios rectores
los de democratizar y transparentar la justicia. Democratizar significa que la
gente llegue a ese poder.
La oligarquía argentina detesta que la gente, el pueblo,
llegue al poder. Y ese es el fondo de su furia opositora. Le invaden uno de sus
bastiones. El único que ante cada golpe de estado dictatorial no se toca.
En un gobierno de facto el ejecutivo se interviene, el
legislativo se disuelve, el judicial se mantiene intacto. Se toca lo menos
posible. Casi nada.
Queremos una justicia que sea autónoma, moderna y
transparente. Para eso hay que democratizarla. De lo contrario, dejarla como
está es abandonar nuestro rol desde el estado de ofrecer una administración
abierta, transparente y eficaz. Y aunque resulte contradictorio, una justicia
democratizada será una justicia equitativa, inclusiva en lo social.
Una justicia que, desde el derecho, también haga una opción
por los pobres.
Queremos una justicia independiente de los gobiernos, del
resto de los poderes y también de las corporaciones mediáticas y económicas ya
que la independencia de la justicia no sólo debemos medirla cuando es
independiente del gobierno sino cuando lo es de los poderosos grupos
económicos.
Para profundizar en el modelo transformador y profundamente
democrático que diseñó Néstor Kirchner, autor y ejecutor de cambios
sustanciales en la justicia y en particular en la Corte Suprema, es que
defendemos estos seis proyectos de ley que democratizarán la justicia, un poder
del estado desprestigiado y ausente entre los argentinos.
Javier Tineo
Diputado Nacional por el Frente Para la Victoria