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El 'baile' (¿político?) de las embajadas

El 'baile' (¿político?) de las embajadas

Por Fernando Jáuregui
domingo 12 de febrero de 2012, 12:02h
El Consejo de Ministros acordó pedir el 'placet' `para una treintena de nuevos embajadores. Entre los que serán relevados figuran algunos, como los que se encontraban en Argentina o Brasil, netamente vinculados al Gobierno socialista. Y, entre los que entran, todos ellos diplomáticos de carrera con excepción del de Londres Federico Trillo, se encuentran algunos también notoriamente vinculados al Partido Popular, señaladamente Ramón Gil-Casares, nuevo embajador en Washington y que tuvo un papel destacado en La Moncloa en tiempos de Aznar.



Otro nuevo embajador patentemente vinculado al PP es Gustavo de Arístegui, nombrado representante en Nueva Delhi, lo que indica la voluntad del Gobierno de Rajoy de potenciar la presencia española en la emergente India. Destacan los ceses del embajador 'político' Rafael Estrella, que permaneció los últimos cuatro años al frente de la legación diplomática en Argentina, y de Carlos Alonso Zaldívar, que se encontraba en Brasil, otro país al que el Ejecutivo concede enorme importancia de futuro. Román Oyarzun, un veterano diplomático, irá a Buenos Aires, y Manuel de la Cámara a Brasilia. Roberto Varela irá a Montevideo, el también veterano Antonio Pérez Hernández a Caracas (país en el que el Ministerio español de Exteriores espera "cambios" inminentes) y Víctor Fagilde a Quito. Como se ve, se dan numerosos relevos en las legaciones iberoamericanas, porque también en Lisboa entra un nuevo embajador con varias misiones a su espalda, Eduardo Junco.

Otros relevos afectan a Atenas (Alfonso Lucini), Moscú (José Ignacio Carvajal), Berlín (Pablo García Berdoy), Vaticano (donde María Jesús Figa, que no llevaba ni un año en el puesto, será sustituida por Eduardo Gutiérrez Sanz de Buruaga), Beirut (Milagros Hernando), Tel Aviv (Fernando Carderera), Kinshasa (Antonio Fernández Mazarambroz, con una larga trayectoria profesional en los cinco continentes), Abu Dhabi (José Eugenio Salarich). De momento, al frente de 'grandes embajadas' permanecen, sin renovar, París (Caqrlos Bastarreche), Rabat (Alberto Navarro) o Pekín (Alberto Bregolat), aunque fuentes diplomáticas consideran 'cercanos' los relevos en Francia, Marruecos, China y otros países significativos, como Japón.

El nuevo ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, que no es diplomático, anunció que no habría nombramientos de 'embajadores políticos', ajenos a la carrera. Federico Trillo, inicialmente designado desde La Moncloa para la embajada de Washington y finalmente embajador en Londres, ha sido la excepción. Pero lo cierto es que en los pasillos de Exteriores se comenta, y no poco, la 'sintonía' de muchos de los nuevos embajadores (que, en realidad, excepto el de Berlín, que tras pasar por una embajada y una dirección general, se encontraba en la empresa privada, tienen tras de sí una larga trayectoria profesional) con el PP. Lo mismo, aunque naturalmente en sentido contrario, ocurría en tiempos del Gobierno socialista, donde, por otro lado, proliferaron los embajadores 'políticos'.



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