En este año 2025 el programa de radio Sempre en Galicia que se lleva emitiendo ininterrumpidamente en Montevideo desde el tres de setiembre de 1950, cumple así 75 años de meritoria sementera de identidad cultural diferenciada. Fue en la capital de mi querida República Oriental del Uruguay, cuando después de el fallecimiento de Castelao en Buenos Aires, sus amigos y compañeros de lucha comienzan a hablar sobre la necesidad de no olvidar su ético legado en la defensa de los valores identificativos de la nación gallega.
Conocí y tuve mucha relación con cuatro de los galleguistas (Jesús Canabal, Pedro Couceiro, Antón Crestar y Manuel Meilán) que estuvieron en el entierro de nuestro egregio rianxeiro. También viajó a la capital argentina el ex diputado y ex presidente de la Diputación Provincial de A Coruña y además pariente de Castelao, Alfredo Somoza Gutiérrez, pero desgraciadamente falleció en 1951. Hubo varias reuniones y propuestas de homenaje a Castelao hasta que deciden la fundación de un programa radial, de periocidad semanal, que solamente utilizará la lengua gallega y que se llamará Sempre en Galicia. El nombre del programa fue motivo de debate ya había quien defendía fuese nombrado exactamente igual que Sempre en Galiza (el muy valioso y formativo ensayo de Castelao) pero se acabó decidiendo, por unanimidad, que era más conveniente el de Sempre en Galicia para no alejar a una colectividad que el franquismo buscaba, desde la embajada, tener de su parte.
Luego de el acuerdo de fundar una audición o programa radial, el encargado de buscar una emisora fue mi inolvidable amigo lucense, Manuel Meilán Martínez, ya que por su trabajo tenía una relación comercial con Radio Carve. Don Manuel era el gerente de la delegación de los laboratorios del doctor Andreu que fabricaban las famosas pastillas en contra de la tos. Quiero agregar que emigrara a Buenos Aires y allí se hizo muy amigo de un emigrante de Os Peares, Rodolfo Prada Chamocín, que era el director de la delegación para Sudamérica de los laboratorios del doctor Andreu. Cuando los laboratorios catalanes hablan de abrir una delegación en Montevideo, Prada le ofrece a Meilán el puesto que acepta muy complacido ya que entonces era aún un joven soltero.
Mi amigo Meilán me contó que en Radio Carve tenía una relación que iba más allá del aspecto comercial ya que la familia propietaria de la radio descendía de un emigrante gallego apellidado Fontaina, es evidente que el apellido fue deturpado ya que el original es Fontaíña. Lo cierto es que Meilán (que pagaba avisos publicitarios de las pastillas del doctor Andreu) pudo obtener un buen precio por el espacio contratado de media hora semanal en la mañana de los domingos. El director de la radio, apellidado De Feo, le pidió que hiciesen un programa que esparciese sentimiento para que pueda mantenerse activo durante muchos años. En el año 1990 conocí al muy cordial Pablo Fontaina Minelli quien agradeció, mediante la entrega a Meilán de una placa de bronce, los 40 años de emisión que hacían del espacio contratado el más antiguo en CX 16 Radio Carve.
Los años fueron pasando pero no hubo celebración que se pueda comparar con la del 40º Aniversario ya que no se volvieron a repetir la serie de exitosas actividades culturales que llenaron Montevideo de aplausos de agradecimiento a Meilán Martínez ( era el único de los fundadores con vida y todavía activo al pie del micrófono) y también a los esforzados herederos que ahora mismo, en cada mañana dominguera, mantienen su firme compromiso de informar en gallego para formar a los nietos que celebrarán el centenario de Sempre en Galicia en el año 2050. Aquel tres de setiembre de 1990 actuó Milladoiro (era su primer viaje a tierras rioplatenses) en el Teatro Solís y fue emocionante ya que los asistentes (más de 1200 personas) sintieron vibrar sus corazones como parte de una hermandad que los unía con la vieja tierra atlántica de Rosalía de Castro. Mis lágrimas me brotaron junto con las de mi admirado Meilán cuando se levanta de su asiento en la platea para saludar y recibe un fuerte y largo aplauso en reconocimiento de su muy valioso labor.
La gran fiesta cultural de 1990 fue posible porque en la Xunta de Galicia encontré sensibilidad para escuchar mi propuesta de homenaje a Sempre en Galicia y por ello es que deseo expresar mi gratitud a Victorino Núñez, Daniel Barata, Paz Lamela y Xabier Senín. Creo que algo empeoró y no quiero ser muy crítico con las autoridades actuales pero la realidad es que no tuvimos más celebraciones y tampoco reconocimientos de carácter oficial (distinciones o premios) salvo las provenientes de entidades privadas. Quizás sea tiempo de considerar que tenemos una deuda con la emigración en Montevideo y se debe de intentar su amortización en un año en el que se cumple el 75º aniversario de la muerte de nuestro inolvidable rianxeiro. Tengo que señalar que el busto en bronce de Castelao, instalado en su villa natal en 1975, fue una donación del Patronato da Cultura Galega de Montevideo (entidad asociativa a la que pertenece Sempre en Galicia) que consiguió honrar a Castelao antes del fallecimiento del dictador Franco.
Creo, sinceramente, que está más que justificado para que desde Galicia se reconozca el aporte de aquellos emigrantes singulares que vivieron lejos de nuestros manantiales pero sin olvidarse nunca de que su corazón quedó en la aldea, junto a la fuente de agua fresca de la que bebían en su infancia. Espero que la capital uruguaya, en el venidero 3 de setiembre, se llene de alegría con la sonrisa de emigrantes y descendientes que recuerdan a los ancestros que construyeron un nido de solidaridad en la muy acogedora tierra del heroico José Artigas, en la orilla del Río de la Plata.
Manuel Suárez Suárez