Una vez más Scaloni volvió a ganar en cuanto a la táctica elegida. Sin estar Di María en su plenitud física -ni siquiera entró unos minutos- el entrenador optó por el 4-4-2 tradicianal, con la solvencia del Dibu Martínez en el arco, Molina y Tagliafico en los laterales y la insuperable dupla central con el Cuti Romero y el renovado Otamendi. En el medio, Paredes se paró como un cinco tradicional, De Paul por la derecha, Mac Allister por la izquierda, y Enzo Fernández más suelto. Más adelante esperaba Leo Messi, el crack, con Julián Álvarez esperando su oportunidad para demostrar que está derecho con el gol.
Y lo que venía siendo un trámite cerrado, con mayor dominio de pelota del conjunto europeo, pero sin generar jugadas de riesgo se destrabó con un pelotazo/asistencia de Enzo Fernández a Julián Álvarez, que apareció solo en el área, y ante la salida del arquero llegó a tocar a un costado, pero el croata se lo llevó puesto y el juez italiano sancionó el penal que Messi de gran manera la puso lejos del arquero para abrir el marcador.
Y de ahí en más fue un festival. El segundo gol llegó tras un contrataque que inició Julián Álvarez desde atrás de mitad de cancha, Nahuel Molina arrastró marcas, y la Araña aprovechó para meterse en el área y a lo Kempes en el 78 aprovechó un par de rebotes y la colocó lejos del arquero para el segundo tanto que llevó la tranquilidad suficiente y desmoronó por completo cualquier intento croata por llegar a la igualdad.
Asó las oportunidades fueron apareciendo, el primer tiempo podría haber terminado aún con mayor diferencia, con un total dominio del juego por parte de Argentina ,manejando los tiempos a su antojo, y sumándole que cada vez que la agarraba Messi cualquier cosa podía ocurrir, ya que los defensores croatas, que llegaban caratulados como los mejores del mundial, cayeron a los pies del mejor del mundo.
Y la segunda etapa no iba a ser muy diferente. A pesar de los cambios que realizaron los croatas nada varió. Impasables en el fondo, distribuyendo el juego por todos los sectores, y arriba esperando para sellar la goleada, sin dejar pensar ni un segundo al conjunto europeo.
La única preocupación era la imagen que dejaba Leo que se tocaba la pierna, pero cuando todos pensábamos que lo mejor era que saliera para cuidarlo para la final del domingo, el DIEZ volvió a frotar la lámpara. Agarró la pelota en el sector derecho, se fue llevando al marcador con su maestría habitual, y cuando llegó al área volvió a dejar "dibujado" a su marcador, llegó al fondo y su centro llegó a los pies de Julián Álvarez para poner el tres a cero definitivo.
Para que la fiesta fuera completa Scaloni hizo jugar unos minutos a los integrantes del plantel que aún no habían debutado en el mundial, como Dybala, Correa y Foyth, quienes ingresaron con todo el ímpetu necesario, demostrando, cómo dicen en el plantel que son "26 guerreros" que van en búsqueda de la gloria.
La comunión entre esta selección y la gente es total, la alegría de quienes coparon Qatar, sorprendiendo al mundo, más los festejos en todo el ´país, dejaron en claro dos cosas: por un lado el agradecimiento a estos jugadores por dejar todo en la cancha, y por el otro la plena confianza pensando en el domingo, donde no hay ninguna duda que el honor del fútbol argentino, sea cual sea el resultado, va a quedar bien en alto.
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