El desalojo de la Penitenciaría General de Venezuela, si bien cerró el capítulo de violencia que se prolongó por más de dos meses, agrava la crisis de hacinamiento registrada en el resto de los centros de reclusión del país, según el análisis de Carlos Nieto Palma, director de la ONG Una Ventana a la Libertad, quien explicó que los 5.000 presos que convivían en ese penal fueron distribuidos en las cárceles de Tocuyito, Tocorón, El Dorado, Fénix, David Viloria y Rodeo II, penales que registran un porcentaje de sobrepoblación que oscila entre 250% y 918%.
Según Nieto Palma la infraestructura carcelaria de esos centros, que datan más de 30 años, tienen problemas de filtraciones, cañerías obstruidas y la mayoría de los presos, que no tienen privilegios como los pranes, conviven en espacios mínimos y poco ventilados. En algunos casos habilitan pequeños toldos con trozos de tela. Con esos nuevos ingresos la situación se complica. Por ejemplo, este fin de semana llegaron a la cárcel de Tocuyito siete autobuses con presos provenientes de la PGV.
“Calculamos que llegaron cerca de 400 personas, entre ellas mi sobrino Juan Montes, quien se ubicó en un cuarto de 3x2 metros. Solo hay una cama y ese pequeño espacio lo comparte con otros 2 presos. No ha podido sacar su ropa del bolso que trajo porque no tiene dónde guardarla. El domingo, cuando lo visité, le di un tobo para que doblara los pantalones y lo colocó en un rincón. Allí guindó una hamaca para dormir más cómodo”, relató Tibisay González, tía de uno de los reclusos trasladados.
Este panorama contradice lo establecido en las Reglas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos que fue presentada por el director del Observatorio Venezolano de Prisiones, Humberto Prado en varias regiones del país y que establecen que las cárceles deben prever celdas individuales con una medida mínima de 4x4 metros cuadrados, además de estar dotadas de cama, lavamanos pocetas y una adecuada ventilación.
Paralización de construcción de nuevas estructuras. Otro factor que contribuye a agravar las condiciones de hacinamiento, según Prado, es que de las 24 cárceles que habían sido proyectadas en los estados Miranda, Zulia, Monagas, Aragua, Carabobo y Anzoátegui para descongestionarlas, solo 2 fueron edificadas. Una de ellas es el Centro de Procesados Judiciales 36 de Julio que fue habilitada en unos galpones expropiados de una empresa de alimentos y aún no ha sido culminada.
A lo de la paralización de la construcción de nuevas infraestructuras, se le suma el cierre de 6 centros de reclusión que han causado la migración de más de 15.000 reclusos. Según Nieto solo este año han sido desalojadas 2 cárceles, entre ellas la de San Antonio, a consecuencia de los hechos violentos por el asesinato del pran, apodado el Conejo. Ahora le tocó el turno a la PGV, el principal centro de reclusión para albergar a los penados.
El Dato
Así se ve reflejada la sobrepoblación en las cárceles donde fueron llevados los presos de la PGV, según el OVP: la cárcel de El Dorado reporta 280% de hacinamiento, mientras que el Internado Judicial de Carabobo (Tocuyito), 132%. En Tocorón, 918%.
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