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Las cartas del Abuelo Pascasio: Lo que no podés hacer en la Argentina

Las cartas del Abuelo Pascasio: Lo que no podés hacer en la Argentina

Por Manuel Suárez Suárez
viernes 22 de julio de 2016, 10:37h

Muy querida nieta Cristina:

Te escribo para comentarte sobre nuestra gran preocupación por el acelerado declive de la convivencia democrática en nuestra amada segunda patria. Cuando estabas vos en la “Rosada” los ciudadanos se podían manifestar libremente en contra tuya. Muchos te gritaban “yegua” y otros lo escribían en un cartel. No pasaba nada. No iban detenidos. Se expresaban en la vía pública. Otra cosa sería si te atacan con una ametralladora. Ahora el tema cambió. No entendemos la razón de que un señor, ya jubilado, con un cartel en el que refleja las mentiras del entonces candidato don Mauricio sea llevado a la comisaría. ¿Qué carajo está pasando en mi hermosa tierra del sur?

Estuvimos leyendo una nota en la revista “La Garganta Poderosa” que nos despejó un poco el panorama pero seguimos creyendo que rueda mal la bocha si a lo negro le llamamos blanco porque es nuestro color preferido. El artículo de prensa lo escribió Juan Grabois (un buen amigo del Papa Francisco) y se titula “Michetti, la doble cara y la doble vara”. Acá tengo apuntado un cachito: Es llamativo que les exijan un estándar ético más alto a dirigentes sociales que a la vicepresidenta de la Nación. Llamativo y patológico. Pero cuando se institucionaliza y se vuelve natural, atenta contra la democracia. Nuestra experiencia allá abajo nos indica que todos los gobiernos tienden a ocultar los errores y a exaltar los aciertos.

El gobierno fue elegido para proteger a todos los habitantes del país. Cuando se aplica la ley no puede haber carga punitiva contra Milagro Sala y absolución para el empresario trucho de Barrio Norte que tiene negocios en común con don Mauricio. Los coimeros del Poder Injudicial están dándole con un fierro a gente inocente y acariciando a los que evadieron capitales. Leímos en las redes sociales un comentario con el que coincidimos totalmente: En la Argentina de hoy podés fugar una millonada de dólares a una guarida fiscal, sin declarar su origen. Podés devaluar favoreciendo a los de tu clase y acusar al gobierno anterior de todos los males de este mundo. Lo que no podés hacer es portar carteles opositores en un tren o darle la teta al hijo en una plaza pública.

Al triunfo en las urnas de don Mauricio no se lo puede intentar menospreciar diciendo que ganó con el voto de los ignorantes. Los abuelos emigrantes consideramos que fue justo al revés. Un amplio sector de educados miembros de la clase media optó por sacarse de encima a la “yegua pelotuda”. El tal equino les rompía la cabeza con sus largos discursos en cadena informativa. La verdad --hay que reconocerlo-- es que solucionaron el problema. Son unos genios. Eligieron a un gran empresario trucho que es hombre de palabra. Cumplió todas las promesas para con los que lo bancaron. En pocos meses el 1% de la población es más rica y poderosa. Además tiene a su servicio a un gobierno que se inclina en ostentosa reverencia.

Me despido. No quiero retrasarme. Tengo que llegar en hora a una trasmisión especial en directo desde la “Cidade da Cultura” de Santiago de Compostela. Se trata de disfrutar con las fotos realizadas por el gran fotógrafo Xurxo Lobato. Es muy probable que dentro de las 70 obras haya algún familiar nuestro. Sabemos que Xurxo intentó plasmar un “retrato colectivo” de gallegos identificados con nuestro hermoso paraíso atlántico. Recibí el cariño del viejo emigrante que sigue firme en su apoyo a una heroica nieta que empoderó a miles de argentinos que andaban bajoneados con su persistente pesimismo.

Pascasio Fernández Gómez

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