Epidemiólogos reportan incremento de casos de sarna en los últimos meses

Escabiosis, salpullido inglés o, sin tanto rodeo: sarna. Todos estamos expuestos a esta enfermedad infectocontagiosa producida por un ácaro, desagradable animalito aumentado al microscopio, que se alimenta de las escamas que se desprenden de la piel y causa una comezón casi insoportable.

La dermatóloga, Nahir Loyo, explica: “Lo que se recomienda es que si usted tiene una picazón persistente o tiene algunas pepitas, que pican más o menos intenso, y a pesar de que usted haga algunas medidas, lo que se recomienda es ir al dermatólogo para hacer el correcto diagnóstico y el correcto tratamiento”.

Detrás de la piquiña, siempre hay una higiene personal y doméstica deficiente. Los especialistas reportan aumento de casos.

El jefe departamento de Medicina Preventiva y Social de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Alejandro Rísquez, señaló: “Hablo del último año y medio para acá. Han ocurrido en los hospitales, en las consultas, empezamos a ver mayor cantidad de niños, adultos con la enfermedad”.

La escabiosis se contagia fácilmente por contacto directo y más en hogares, donde convive mucha gente. “Una vez que tú identificas los casos, esos casos deben ser tratados: a menor cantidad de gente enferma, menor cantidad de chance de contagiar a los otros”, dijo Rísquez.

Para el paciente, suelen recetarse acaricidas tópicos, cremas o lociones e ingeridos. Como medidas preventivas se debe hervir la ropa y lencería durante 15 minutos, plancharla o colocarla en bolsas plásticas cerradas durante dos semanas para que el parásito muera. El racionamiento de agua no es excusa para descuidar la limpieza.

“No necesitamos bañarnos con muchísimas toneladas de litros de agua, siempre se recomienda tener unas medidas higiénicas básicas. El baño diario es importante (…) Administrar, como bien dicen, la cantidad de jabón y de agua que se tengan. Tampoco tenemos que usar una gran cantidad de jabón”, señaló Loyo.

La sarna es casi tan antigua como la humanidad. Nada tiene que ver con la condición social. Incluso con gusto, pica.