NASA trabaja en un avión comercial que superará la velocidad del sonido

La NASA se ha convertido en la última compañía en intentar que los aviones supersónicos vayan comiéndole terreno a los convencionales en las flotas de las aerolíneas de todo el mundo. El Concorde, orgullo de Air France, logró adelantar a los estadounidenses en esta misión, pero la última vez que alcanzó ese hito fue hace 12 años.

Ahora la NASA se ha propuesto tomar el relevo y revolucionar las aerolíneas comerciales. Eso sí, aunque lleva trabajando en la creación de un avión de estas características desde el siglo pasado, llevar sus avances a la práctica y que los pasajeros lleguen a sus destinos en un tiempo que ahora nos parece inverosímil, es una realidad que aún no se encuentra precisamente a la vuelta de la esquina.

Los primeros intentos por parte de la agencia espacial empezaron en 1946, dos décadas antes de que el Concorde hiciera acto de presencia, pero fue en 2006 cuando el proyecto cobró fuerza y empezó a trabajar codo con codo con compañías con experiencia en en la materia como Boeing.

La NASA ha informado de que destinará unos 5,4 millones de euros a esta iniciativa y que la mayor parte (más de 2 millones) se emplearán en investigar la manera de hacer compatible un cielo plagado de aviones ultra rápidos con la protección del medio ambiente y de la ciudadanía.