El discurso de la presidenta
Por
Federico Sturzenegger
lunes 02 de marzo de 2015, 20:32h
Hoy estuve en el Congreso escuchando el discurso de la
Presidente. Salí contento: no trajo ningún proyecto alocado para destruir a la
justicia, maniatar a la prensa o condicionar al Congreso. Por el contrario. Se
mostraba enojada con estos otros poderes, una señal que queda algo de República
en nuestro país.
El discurso debe haber sido de sus peores. No tenía visión
estratégica. Solo atinó a recitar, en orden, lo que le habían pasado sus
ministros, y a defenderse de Nisman. Fue todo lo que hizo. No logró sintetizar
que país quiere o buscó defender. Ni siquiera pudo hacer un balance de lo que
cambió en sus 7 años de gobierno. No lo hizo porque no puede. Casi todo lo
bueno del Kirchnerismo terminó con Nestor. Si hubiera querido hacer ese
balance, tendría que haber mostrado como la inflación creció, la pobreza dejó
de caer y la producción se estancó. Tendría que haber explicado que toda
nuestra institucionalidad se resintió ante el embate del "vamos por todo".
El legado de ella no resiste un discurso, ni siquiera de ella.
Al final aceptó que el Kirchnerismo no seguirá gobernando,
marcó la cancha sobre lo que le parece no puede arriesgarse en un nuevo
gobierno, dijo que volverá a la Cámara y que le gustan los ingenieros.
Que haya distorsionado todos los números económicos, en este
marco, termina siendo irrelevante. Los bonos están caros (sí, porque los
inversores se dan cuenta que se están yendo); las necesidades de financiamiento
futuros son menores, sí, porque no tiene en cuenta que mucho de esta deuda se
irá refinanciando (por ejemplo el Boden 2015 que vence en unos meses en su
gestión). El dólar está planchado. sí, pero por la política monetaria ortodoxa
que el gobierno viene aplicando desde Fábrega (y no por los controles); pero el
poder adquisitivo de la gente bajó el año pasado (no subió). Sra., el
patrimonio neto de Aerolíneas mejoró porque los contribuyentes le aportaron más
que las millonarias pérdidas que tiene la aerolínea, y la economía se contrajo en
2014 (no se crea el cuento del INDEC). Es cierto que en la década se crearon
millones de puestos de trabajo pero no durante el gobierno suyo, sino en el de
Néstor que hacía todo lo contrario en economía a lo que hace ud,; y el Procrear
está bueno pero ayuda a los segmentos medios y medios altos (no como el Primera
Casa de Mauricio Macri, que ayuda a los segmentos más vulnerables). Que la
participación de la industria viene cayendo en el PBI, no subiendo, y que la
producción está estancada hace cuatro años (igual, hay que decirlo, esto ocurre
en todo el mundo, porque lo que más crecen son los servicios). Que precios
cuidados, si ha tenido un éxito es en lograrnos la tercera inflación más alta
del mundo. Que Ahora 12 no es un éxito cuando hace unos años, cuando la
inflación era mas baja, teníamos 50 cuotas. Que la frase "son chinos pero
no tontos" no está buena, es discriminatoria. Y debo reconocer que me dio
un escalofrío ver al oficialismo aplaudir a rabiar la adjudicación directa de
obra pública a los chinos, como si tenían que demostrar que no tenían cargo de
conciencia. Y faltó que le explicaran que lo que le costaron los 750 MW de
Atucha II, habrían alcanzado para hacer 3500 MW de centrales térmicas. Por eso
es tan importante que nos diga por cuanto firmó con los chinos para hacer una
nueva central.
La omisión a la inseguridad, a la inflación, a la tragedia
de Once, a los líos en la central de inteligencia, la agresión a un Nisman que
había cambiado de opinión (¿será que tuvo nueva información?) son puntos que
quedaron en el tintero. Quizás solo algunos detalles que prefirió evitar.
Pero si lo que su gobierno nos depara para este año es esto
que vimos hoy, puedo dormir algo más tranquilo. No pudo dejarnos con una idea
claro del legado de su presidencia, pero al menos la República está a salvo y
hasta quizás vengan los ingenieros, que tanto le gustan, a cambiar las cosas.
Federico Sturzenegger