La lucha contra la impunidad: discurso vs. realidad
viernes 06 de febrero de 2015, 18:27h
La lucha contra la impunidad, otra expresión vaciada de
contenido en la última década y de la que también busca apropiarse el
oficialismo, en el afán de lograr con su invocación, lo que deliberadamente no
busca alcanzar con acciones concretas y efectivas.
Lamentablemente, nuestra provincia, debilitada en su
autonomía por la irresponsable inercia de un gobierno anquilosado, se
constituye en el eco lastimoso de las prácticas políticas que tanto mal le están
haciendo a la Nación.
El caso Nisman, y la pesada y toxica nube de impunidad que
lo rodea, fue ninguneado por el gobierno nacional en su discurso, buscando
poner foco en un montón de detalles secundarios, y perdiendo de vista lo que
desde el principio debió ser su objetivo y responsabilidad principal, encontrar
la verdad.
De igual manera el gobierno provincial reprodujo la posición
oficial, circunstancia que no sorprende, atento a que en ese espacio político,
no solo el disenso, sino hasta la creatividad parecen haber sido sepultadas
hace tiempo.
En la Nación, el gobierno promueve y cobija a los violentos
útiles que se transforman en el brazo ejecutor de las acciones impopulares pero
a su criterio necesarias para disciplinar las voces que desentonen o a quienes
piensan diferente. D´elía, Esteche, Larroque, por citar algunos.
En Jujuy, el gobernador cubre a sectores como el que lidera
Milagro Sala y les garantiza impunidad, avalando o legitimando no solo las
acciones violentas, sino también y lo que es peor, la dependencia y el
sometimiento de los más vulnerables. Frente a múltiples denuncias,
procesamientos y elevaciones a juicios de Milagro Sala y miembros de su
organización, por casos como la muerte de "Pato" Condorí, los hechos
de Mariano Moreno y el ataque a la sede de Ciencias Económicas, entre otros, el
Gobierno Provincial ha mantenido una actitud de protección hacia Sala,
alimentando sus prácticas violentas.
Sala es una aliada política de D´elía, Esteche y Larroque quienes han estado en
Jujuy acompañándola en actos políticos y solidarizándose con ella. Todos
comparten el mismo ADN que los convierte en socios y aliados estratégicos.
Son justamente estos grupos los que, de manera genuflexa e
incondicional, han desnaturalizado sus luchas sociales, desprotegiendo a sus
supuestos seguidores y transformándose solo en aduladores del gobierno y
prestos a mostrar su adhesión operando en contra de los adversarios.
En ese contexto, ejecutan campañas difamatorias contra los
espacios políticos de la oposición, pretendiendo de esta manera, con la
violencia y la mentira, lograr lo que de otra manera no pueden.
Se van a ir. El oficialismo está en dolorosa retirada y en
Jujuy Fellner no quiere ser el "mariscal de la derrota", de la segura derrota
que lo aguarda y por eso intenta correrse de una eventual candidatura. Mientras
tanto, y perdido por perdido, malgasta su tiempo en poner la cara como
presidente del Consejo Nacional del PJ, en una actitud de notoria incomodidad
pero de extrema necesidad, funcionalidad y sometimiento a su jefa política y en
atacar de manera infundada a otros partidos políticos.
Que patético y vergonzoso legado nos deja la "década
ganada". Tanto a nivel nacional como provincial, la institucionalidad, los
derechos y libertades, la igualdad ante la ley,
los valores republicanos y la misma democracia, han recibido heridas
letales, que llevará tiempo curar.
Los niveles de corrupción, las grandes dudas que todos
compartimos sobre temas dolorosos, entre ellos el caso AMIA y todo lo que hay a
su alrededor, la falta de verdad, la falta de justicia y la absoluta falta de
transparencia en la gestión, son algunos de los grandes desafíos que el próximo
gobierno deberá asumir, y para lo cual necesitará refundar las bases de un
compromiso verdaderamente democrático con los valores de la República, con la
verdad y la justicia.
La impunidad, la violencia y la injusticia, la muerte dudosa
de un fiscal de la Nación que investiga al gobierno, el temor y la sensación de
desamparo e inseguridad que invadió a toda la ciudadanía, nos han hecho
llegar a un punto en el que con
intensidad lacerante vibramos con una convicción compartida: tenemos que
cambiar esta realidad y hacia ese cambio nos encaminamos con firme determinación.
Mario Fiad
Diputado Nacional por Jujuy de la Unión Cívica Radical