Las cartas del Abuelo Pascasio: Nuestros herederos son argentinos.
miércoles 28 de enero de 2015, 10:16h
Muy querida nieta Cristina:
Antes
de nada te quiero hacer llegar el apoyo unánime de la Agrupación Celestial
"Cristina da Fonsagrada" delante del sucio ataque del "Clan del Clarinete". El
merengue opositor anda enloquecido. Les sube mucho la temperatura al ver que
las encuestas internas de intención de voto para las próximas elecciones
presidenciales los deja nuevamente en fuera de juego. A los abuelos nos
entristece que los opositores no tengan la valentía de defender su programa de
gobierno. No es bueno el instalarse en la crítica constante sin presentar
alternativas a los ciudadanos. Fuiste muy valiente al suprimir la Secretaría de
Inteligencia. Era un organismo que olía a podrido. Allí, en vez de contar con
unos funcionarios cumplidores de los preceptos constitucionales, tenías un
turbio quilombo formado por funcionarios coimeros, desleales y nabos. La nueva
Agencia Federal de Inteligencia nos trae un cambio muy positivo con relación a
las siempre criticadas "escuchas telefónicas" que ahora dependerán del
Ministerio Público Fiscal. Estás actuando con responsabilidad para poner a
nuestra querida segunda patria en un lugar de privilegio entre las naciones que
respetan los derechos civiles y sociales de sus ciudadanos.
Hay que
ser muy cerrado o flor de pelotudo para creer que la Administración Fernández
no hizo nada bien. En cualquier país normal se informaría de que los nuevos
trenes a Mar del Plata son un servicio que beneficia a los ciudadanos. Bien,
supongamos que la oposición tiene una propuesta diferente, entonces lo lógico
es que la haga pública analizando los pro y los contra. Nos parece que las
urnas se llenan con certezas. La oposición se alimenta con insultos que cada
vez son menos efectivos. Sigue habiendo quien prefiere putear sin razonar pero
muchos, por suerte, andan en otra onda. Son los que van el fin de semana hasta
San Clemente del Tuyú para saborear un cacho de la disputada empanada de
merluza de la alegre y cordial doña Lola de Cumeiro.
Vamos
al tema que motiva mi carta y pasamos a lo que para nosotros es un duro golpe
al sudor emigrante. Estoy obligado a volver a insistir para intentar que no
desvanezca el gran esfuerzo colectivo de los
gallegos. Te acordarás que te agradecimos tu ayuda para que nuestro
enfermo Centro Gallego de Buenos Aires pudiese seguir tomando las aspirinas que
necesita. Efectivamente con el tratamiento recetado por el INAES nuestra
histórica mutualista va tirando. Se agradece que no se hayan bajado las
persianas pero lo de ir tirando no es la solución. Los abuelos somos
conscientes de que sin la guita de los fondos públicos no hay manera de cerrar
las cuentas. Entonces, el futuro lo vemos oscuro y lleno de ruido ensordecedor
de los bombos que protestan por los pasillos del hospital. Le estuvimos buscando
la vuelta y la encontramos. Nos parece que tenemos bien justificado el pedido
que te voy a hacer en esta carta. Te pedimos el inicio de un proceso de
estatización de los servicios médico-hospitalarios que hoy presta el Centro
Gallego de Buenos Aires. Hacemos constar que nos referimos solamente a la
medicina. El apartado cultural debe quedar al margen y se regirá de acuerdo a
la normativa vigente para asociaciones o fundaciones culturales de carácter
privado.
Te
preguntarás si los viejos gallegos andamos boleados. Te aseguro que estamos en
pleno uso de nuestras facultades mentales y sentimentales. Nuestro razonamiento
es el siguiente: a) nos rompimos el lomo para que los socios tuviesen una buena
asistencia médica por una cuota mensual; b) nos esforzamos para que nuestros
descendientes tuviesen una mutualista propia; c) pusimos los ladrillos para
dejarle algo en herencia cuando nos
llegase la despedida. Creo, Cristina, que entendiste el mensaje. El Centro
Gallego de Buenos Aires es propiedad de los argentinos. Nosotros lo hicimos
realidad para ellos. Es el legado más honrado que se le puede dejar a los
hijos, sobrinos y nietos. Lo más correcto es que pase a manos del país que nos
acogió y nos proporcionó la oportunidad de crecer en feliz armonía entre la
vieja Galicia y la nueva Argentina.
Me
despido. Tenés que viajar a China y te estoy entreteniendo con pequeñas cosas.
Me conocés y sabés que el abuelo se siente muy animado cuando su nieta actúa
con la firme convicción de corregir los malos pensamientos de los que quieren
volver a hundir a la gran República Argentina. Un abrazo cariñoso desde mi
frondoso bosque fonsagradina de robles centenarios.
PASCASIO
FERNÁNDEZ GÓMEZ