Lo dijo el ministro de Industria
A Brasil no le estaría gustando mucho como se están dando las relaciones comerciales
martes 13 de enero de 2015, 09:53h
Brasil quiere "discutir" las relaciones
comerciales con Argentina, después del notorio descenso de las exportaciones registrado
en 2014, afirmó el nuevo ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior,
Armando Monteiro.
"Nuestro casamiento es indisoluble, pero tenemos que
discutir la relación", dijo Monteiro en declaraciones al diario
"Valor Econômico".
Monteiro no aportó más detalles sobre las pretensiones del
gobierno brasileño, pero, según Valor, sus auxiliares afirmaron que Brasil
pretende evitar que Argentina interponga nuevas "barreras
comerciales" a los productos de su vecino y socio en el Mercosur.
Del mismo modo, el ministro aseguró que va a alentar a los
exportadores de automóviles a que diversifiquen sus mercados, pues ahora están
muy centrados en Argentina.
Las exportaciones de Brasil a Argentina registraron un
descenso del 27,19 % en 2014 y se ubicaron en 14.281 millones de dólares,
mientras que las importaciones fueron de 14.143 millones de dólares, con una
merma del 14,09 %, según estadísticas brasileñas.
Esas cuentas arrojaron un saldo favorable a Brasil de 138,9
millones de dólares, mientras que en 2013 la diferencia era de 3.152 millones,
también positiva para Brasil.
Argentina es el tercer socio comercial de Brasil, por detrás
de China y Estados Unidos, y da cuenta de cerca de un 6 % de las exportaciones
del país, en su mayoría concentradas en automóviles, piezas, otros productos
manufacturados y hierro.
En sentido contrario, las exportaciones de Argentina a su
vecino del norte también están concentradas en el sector automotriz, en el que
ambos países mantienen un acuerdo de intercambios.
En virtud de ese acuerdo sectorial, que estará vigente hasta
el próximo 30 de junio, Brasil puede exportar a su vecino 1,5 dólares por cada
dólar que Argentina venda a Brasil.
Al firmar ese acuerdo el año pasado, ambos países se
comprometieron a iniciar negociaciones para elaborar un nuevo acuerdo que
suceda al actual y que previsiblemente tendrá una vigencia de cinco años.