UCR, un partido en marcha
jueves 20 de noviembre de 2014, 18:27h
El
radicalismo sacude la política para afrontar el año electoral. Dilemas y
decisiones. El Frente Unen se mantiene y adapta a los cambios estratégicos. Un
año de Kicillof, otro año de retrocesos.
Para
las elecciones de 2015 falta mucho y falta poco. Nada está dicho y depende de
la estrategia de la oposición. En ese marco, el radicalismo tiene un doble
desafío: construir conjuntamente con sus aliados de UNEN una alternativa de
gobierno para el 2015 y consolidarse como fuerza de oposición con una buena
cantidad de gobernadores, intendentes y legisladores.
La
búsqueda de los caminos para cumplir esos objetivos - solo posibles en un
partido que debate en forma democrática y abierta sus ideas - llevó a la
realización de un encuentro para delinear el rumbo de la UCR. Reunidos en el
norte del conurbano, en San Fernando, la UCR convocó a un amplio abanico de
dirigentes, desde los históricos hasta los nuevos liderazgos emergentes de las
provincias que dan hoy gran sustento a la territorialidad que exhibe. La
amenaza de una ruptura del partido o las disputas personales sólo estuvieron
presentes en la fantasía de algunos observadores.
Luego
del encuentro y en un documento de cinco puntos se coincidió en el rediseño del
funcionamiento de UNEN, para centrarlo en ponderar el poder de decisión según
la representación política y parlamentaria de cada una de sus partes. Así,
tanto la UCR como el Socialismo están llamados a tener un papel preponderante.
Con
este nuevo esquema, ambos partidos tienen la misión de trazar un programa de
gobierno, largamente reclamado. Por otro lado, los acuerdos provinciales y
municipales que los dirigentes radicales ya han concertado o estén por acordar,
serán reconocidos. Para sumar en una nueva mayoría con voluntad de gobernar
deben darse dos condiciones: la coherencia programática, dada por compartir
unos objetivos y un conjunto de gobierno; y, conciliar, en la medida de lo
posible, las diferencias ideológicas que pudieran darse dentro de un esquema de
mayoría ampliada.
Y este
camino que propone la UCR no difiere de otras experiencias regionales como las
de Chile, Brasil y Uruguay, o el caso de Alemania.
Con
este rumbo trazado, el "acuerdo de San Fernando" incluye trabajar sobre una
agenda legislativa común con todo el arco opositor que abarcaría un conjunto de
leyes a modificar o derogar y otras a elaborar, como por ejemplo la Asignación
Universal por Hijo que hoy es una "dádiva" presidencial.
Del
"que se vayan todos" a la suma del poder
Axel
Kicillof jamás soñó que su aborrecida "política burguesa" lo tendría encumbrado
en el poder como lo está hoy. De sus años de antipolítica en la universidad, a
viajar en un vuelo privado de 600.000 dólares para acudir a la cumbre del G 20,
como funcionario del gobierno argentino, hay un trecho increíble. Tan increíble
como el entramado de poder que ha tejido en derredor de la presidente Cristina
Fernández, relegando a Julio de Vido y desbancando al presidente del Banco
Central para poner a uno de los suyos.
Inversamente
proporcional a su poderío burocrático, que se expresa en una verdadera
colonización de lugares estratégicos del Estado nacional y dentro del kirchnerismo,
es el desempeño de la economía bajo su mandato formal como Ministro de esa
cartera. De un año a esta parte, la economía nacional muestra números negativos
allí donde uno quiera posar la mirada. Las reservas del BCRA cayeron de 32.200
millones de dólares a 28.200, con pleno funcionamiento de la restricción
cambiaria y retraso en el pago de importaciones por más de 5000 millones de
dólares; la inflación hace un año era del 27,2 por ciento, hoy ronda el 38 por
ciento, según las provincias y las consultoras independientes; la deuda externa
bruta total, pública y privada creció de 135.040 millones de dólares en el
segundo trimestre de 2013, a 147.854 millones para el mismo período de este
año; el desempleo, medido por el Indec, creció un 0,3 por ciento; y el
Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), también elaborado por el
Indec, fue de 4 por ciento en agosto de 2013, contra un -1,2 por ciento para el
mismo mes de este año.
Lo que
queda claro es que a este Ministro no lo votó nunca nadie y que llegó donde
está por obra y gracia del kirchnerismo.