María Isabel "Chicha" Chorobick de Mariani subió a
la red social Facebook más imágenes familiares para que su nieta Clara Anahí, a
quien busca hace 38 años, reconozca similitudes fisonómicas y para que sepa que
la sigue buscando.
"Querida Clara
Anahí, es posible que la familia en la que te criaste te haya dicho muchas
veces que sos `una chica abandonada`. Qué ironía esta, porque sos todo lo
contrario a una chica abandonada", le explica "
Chicha" en su Facebook.
Le cuenta a su nieta que "
tuviste una mamá que te
protegió con su vida hasta el último segundo aquel 24 de noviembre de 1976. Tu
papá, sabiendo que lo perseguían, eligió quedarse en La Plata buscándote hasta
que lo asesinaron el 1 de agosto de 1977".
En las ses fotos que acompañan este mensaje se ve a la beba
Clara Anahí en brazos de sus dos padres, de sus abuelos y bisabuelos; y también
hay una foto de su DNI.
La Abuela de Plaza de Mayo le dice a su nieta que
"desde aquel día" la buscan, en alusión al día que los represores se
la llevaron; y le reafirma que seguirá buscándola hasta que se puedan
"fundir en un abrazo" como lo hacían
"antes de que te sacaran de
tu casa".
"
Si tenes una pequeña duda de tu identidad, permítete
hacerlo y acércate a tu verdadera familia, a tu abuela, a tus tíos, a tus
primos que desde hace 38 años te buscan sin descanso... porque te aman, porque te
extrañan, porque necesitan encontrarte, conocerte, por eso necesitan que
vuelvas!!, le escribe Chicha" con emoción.
El 24 de noviembre de 1976 fuerzas militares y policiales
atacaron la vivienda de
Diana Teruggi y Daniel Mariani, ubicada en las calles
30 entre 55 y 56 de La Plata.
En el lugar fueron asesinados Diana Teruggi y cuatro
compañeros de militancia:
Juan Carlos Peiris, Daniel Mendiburu Elicabe, Roberto
Porfirio y Alberto Bossio.
Diana fue acribillada por la espalda y cayó cubriendo con su
cuerpo a su pequeña hija Clara Anahí, que fue secuestrada por los represores y
hasta el momento no pudo ser recuperada.
Daniel Mariani no estaba en la
propiedad al momento del ataque, pero fue asesinado en agosto de 1977.
En la casa, declarada
Sitio de Memoria del Terrorismo de Estado, funcionaba una imprenta que
publicaba la revista "Evita Montonera", donde se denunciaron por
primera vez las desapariciones de personas, los "vuelos de la muerte"
y la existencia de centros clandestinos de detención.
La propiedad exhibe hoy en su frente varios orificios de
bala que impactaron durante el ataque de las fuerzas conjuntas de la dictadura
y un enorme boquete provocado por un proyectil de tanqueta que atravesó esa
pared y otra del interior, revelando la saña empleada por los represores