jueves 30 de octubre de 2014, 19:12h
Esta frase, "los ricos nos roban", forma parte del
conjunto heterogéneo de ideas que Pablo Iglesias, el líder ya indiscutido de
'Podemos', desgrana en su último libro, 'Disputar la democracia'. Y tomo esta
frase como ejemplo de lo que me parece, en síntesis, el pensamiento 'paulino',
ya que no puedo hablar, por el momento, de una ideología de partido, quizá ni
siquiera de grupo. Quiero decir, y de partida lo digo, que 'Podemos' es una
síntesis, un conjunto de frases, muy en la línea de aquellas que nos
entusiasmaron, "seamos realistas, pidamos lo imposible", cuando
aquella revolución de mayo del 68 en la Sorbonne, frases que nos cautivaron, desde la
distancia, a quienes llegábamos a la roma Universidad española de la época.
Pero claro: han pasado algo más de cuarenta años desde
entonces. La revolución --del 68-- francesa fue un acicate, un revulsivo, un
motivo de reflexión. Pero no una propuesta de gobierno, ni de poder (como
mucho, de contrapoder). Algo semejante a lo que, imagino, va a significar
'Podemos'. No acabo de verles en La
Moncloa -ni siquiera estéticamente--, pero sí les veo
encauzando, enorme servicio a la sociedad española, el descontento generalizado
con la clase política, a la que ellos, con mayor o menor razón, llaman 'casta':
yo´, tras cuarenta años de mirón, viendo cómo se comportan, no me atrevo a tanto, aunque...
Me cuesta, por lo demás, entender el fulgurante éxito de
'Podemos' en las encuestas: gentes a las que clasificaría en la derecha pura y
dura me dicen, en esas cenas desinhibidas en las todo puede decirse, que
votarán a la formación de Pablo Iglesias, sabiendo ellos que yo sé que ellos
saben que yo sé que jamás lo harán. Que no se fíe Pablo Iglesias del CIS, que
tanto nos ha mentido, voluntaria o involuntariamente: ellos, los afectos a
Podemos, no van a gobernar jamás, a menos que depuren mucho su mensaje, lo que
es tarea creo que imposible. Pero influirán no poco para que otros afinen lo
que dicen, corrijan sus omisiones, sus olvidos, superen sus corruptelas, nos
hagan participar algo más en la cosa pública.
Lo voy a decir en corto y por derecho: que Mariano Rajoy
pida 'disculpas' por los excesos de gentes del PP a la hora de trincar es,
probablemente, mucho más mérito de Podemos, Ganemos y demás posibles opciones
de bastón de mando en alcaldías remotas, que de la oposición 'oficial' y
oficializada, es decir, del PSOE e, incluso, de Izquierda Unida. Yo, que
probablemente jamás me sienta inclinado a votar a Podemos, les reconozco, al
menos, este enorme mérito. Con lo cual habrán cumplido su papel. Lo demás, Dios
nos coja confesados, no serán sino ansias de poltrona, de coche oficial
preferiblemente con chófer, de despacho con ventanas a la calle y planta con
derecho a que la secretaria la riegue cada día. Y eso sí que no: pues ¿no
queremos que PP y PSOE renuncien a esas sinecuras? ¿Se las vamos a dar a los 'nuevos',
que llegan sin siquiera haber acumulado trienios de lucha, simplemente porque
nos digan lo que a algunos les parece obvio, aunque sin matizarlo ni acotarlo,
como eso de que 'los ricos nos roban'? Menuda simpleza. Y eso es lo malo: que
estamos instalados en lo simple, que tantas veces tiene apariencia de ser la
única verdad y que algunas veces lleva aparejado algo de verdad.