Aniversario del socialismo argentino: El mismo compromiso, 118 años después
lunes 30 de junio de 2014, 23:35h
El socialismo argentino cumple 118 años, cifra que evoca el
congreso reunido el 28 y 29 de junio de 1896 en el local de los emigrados
alemanes que, junto a los exiliados franceses de la Comuna de 1871 son los
primeros marxistas que arriban a nuestras costas. Ensayo inicial de
organización política de los trabajadores, avanzado para la época, el episodio
fue ignorado por la prensa de entonces que no le dio entidad al naciente
Partido Socialista Obrero Argentino.
No obstante, el experimento estaba destinado a perdurar. No
porque expresara el ánimo revoltoso de un políglota grupo de artesanos de ideas
estrafalarias, como pensaba la oligarquía gobernante, sino porque en Argentina
se abrían paso las condiciones propias de toda sociedad capitalista.En ese
contexto el socialista emergió como un partido moderno e internacionalista, que
encontraba su razón de ser en el antagonismo universal entre la burguesía y el
proletariado.
Constituido rápidamente en partido nacional en el sentido
más acabado del término, porque no se limitó a recitar un catecismo inmune a
toda consideración de tiempo y lugar sino que diagnosticó la situación
argentina, produjo una práctica política concreta y, con aciertos y errores, se
convirtió en protagonista de la historia nacional.
No se trató de un camino fácil porque, contra lo que algunos
afirman con temeridad, las dificultades para consolidarse como alternativa real
no provinieron de una supuesto distancia con las masas sino de la cerril
resistencia de las clases dominantes para admitir los cambios y con ellos un
sistema político más abierto y relaciones laborales menos arcaicas.
El socialismo tuvo décadas de persistente crecimiento en el
terreno político, gremial, cultural, cooperativo y sus conquistas son hoy parte
del arsenal de derechos ciudadanos. Conmocionado por la irrupción del
peronismo, que ponía en evidencia una nueva correlación social y demandas de
actores que producía otra etapa de la economía, la nueva situación hizo
flaquear el añoso instrumental analítico y las consignas históricas resultaron
insuficientes para abordar el nuevo curso. Así en los ´40 y ´50 sólo una
minoría de los socialistas se insertó en el nuevo dispositivo de poder que
expresaba Perón, su improvisada pero magnética doctrina y su acelerada e
incluyente dinámica organizacional.
Sobrevenida la dictadura del 55, que muchos socialistas
imaginaron como una Revolución Libertadora que venía a restaurar el orden
democrático liberal, el shock estalló cuando quedó claro que lo que prevalecía
era la sed de venganza y le represalia clasista contra los trabajadores. Ahí
estalló un debate y comenzó una diáspora que desperdigó la antigua homogeneidad
partidaria, proceso que perduró por años.
La dictadura cívico-militar intentó implicar a un sector del
socialismo cediendo alguna embajada a uno de sus históricos dirigentes, pero
fueron mucho más numerosos, aunque de ello no se hable, los militantes que
integraron la dramática nómina de desaparecidos, detenidos y exiliados. Para no
hablar de las decenas, quizás centenares, de hijos y nietos de antiguos
socialistas que llenaron las listas del Nunca Más.
Hoy, mientras se malversa el nombre socialista y cierta
dirigencia extraviada goza con las mieles de una exposición mediática prestada
y de los cócteles empresarios, los socialistas que reivindicamos la identidad
histórica no como ademán engañoso sino como compromiso verdadero con aquellos
principios originarios de 1896, venimos a rescatar el enunciado formulado por
Juan B. Justo, que incitaba a esos modestos pioneros del ideal a integrar las
filas de esa legión de luchadores para quienes el socialismo es "la lucha en
defensa y para la elevación del pueblo trabajador".
A ese objetivo seguimos aferrados los socialistas que
integramos el proyecto nacional, popular, democrático y latinoamericano que hoy
defiende los derechos y eleva las condiciones de vida y de trabajo del pueblo
argentino.
Por Oscar R. González
Secretario de Relaciones Parlamentarias de la Nación.
Militante de Socialistas para la Victoria.