La década ganada de las llamadas perdidas
jueves 15 de mayo de 2014, 09:16h
El anuncio del 4G es una buena noticia que llega muy tarde
Si el anuncio de licitación de 4G hubiese sido hace tres
años, nuestro país habría estado en ritmo con lo que sucedía en América Latina.
Si hubiésemos querido estar en la punta en telecomunicaciones, como antes del
kirchnerismo, el anuncio tendría que haber sido hace cinco años. Hoy somos
furgón de cola.
Comunicaciones inaudibles, ruidos extraños, llamadas que se
cortan sin explicación, zonas sin señal en pleno centro, mensajes de texto que
llegan nunca, o llegan mal, o llegan tarde. Pobrísima cobertura de redes de
internet móvil. ¿Quién no sufre alguna de estas situaciones a diario?
Entre 2001 y 2012 la cantidad de aparatos celulares en
servicio aumento de seis a cincuenta y ocho millones de teléfonos, pero las
inversiones en infraestructura no acompañaron ese crecimiento. Lógicamente, a
mayor demanda con infraestructura constante, hay un inevitable deterioro del
servicio e inconvenientes propios de un sistema que no está preparado para
soportar la exigencia.
En estos años además de la cantidad de teléfonos, hubo otros
aumentos: un crecimiento exponencial de quejas por parte de los usuarios.
Solemos chocar contra estructuras oligopólicas que ponen en evidencia que el
Estado no cuenta con regulaciones para evitar abusos. El gobierno se niega
sistemáticamente a avanzar en regulaciones transparentes, estrictas y eficaces.
Se deterioran las comunicaciones y no se defiende a los usuarios.
Según OpenSignal, empresa que confecciona mapas de cobertura
de redes móviles en todo el mundo, en enero de 2013 en Buenos Aires y los
veinticuatro partidos del conurbano, cada antena abasteció a más del doble de
celulares que en el Gran San Pablo, más del cuádruple que en Santiago de Chile
y casi doce veces más que en Londres.
El anuncio del 4G es una buena noticia que llega muy tarde.
Es notable que Argentina tenga una enorme cantidad de frecuencias vacantes sin
licitar y sin uso, frecuencias que de estar en servicio descomprimirían
considerablemente la situación actual. Tenemos infraestructura desperdiciada
por desidia política.
Frente a esta situación propongo una urgente introducción
para impulsar la innovación tecnológica. Además de habilitar nuevas frecuencias
bajo condiciones estrictas de calidad, desarrollo e inversión en 4G, y que
garantice el ingreso de nuevos prestadores, debemos ir planificando el 5G para
el año 2020, porque es cuarenta veces más rápido que el 4G.
En estos momentos, en el mundo, se despliega una nueva forma
de empresas, servicios, trabajos, oportunidades y conocimiento a partir de la
conjunción de telefonía móvil e Internet. Es imperdonable que nuestro país
desaproveche esta oportunidad histórica (porque tiene el talento humano y la
potencialidad tecnológica) por culpa de la negligencia y la falta de visión de
futuro de este gobierno.
En el siglo XXI no hay progreso posible con malos servicios
de comunicación y accesibles de telefonía celular e Internet. Esta gran deuda
histórica que deja este gobierno va a ser saldada cuando desde el 2015
impulsemos políticas que pongan en el centro de la escena la conjunción de
crecimiento, desarrollo, progreso y bienestar.