De la supuesta derechización a los mariscales de la derrota
viernes 18 de abril de 2014, 13:30h
Siempre la historia nos enseña como son los caminos de la
política y la vida de los pueblos, desde los diálogos socráticos relatados por
Platón, exaltando las virtudes morales, que no compartían con los esclavos
hasta los relatos del padre Bartolomé de las Casas, de como había que proteger
a los pueblos originarios, trayendo esclavos del Africa, para el saqueo
americano de la colonización. Todos sabemos como siguió cada historia que
conocemos y como se ocultó la que los vencedores no querían que conociésemos,
aquella que justamente sacaba del bronce y ponía ropaje humano a nuestros
próceres, la historia que cuenta miserias y épicas en un mismo personaje, la
que identifica los invisibilizados, en general los pueblos en sus epopeyas y
entregas que construyeron el presente.
Reflexiono sobre la discusión de J.W.Cooke y el General
Perón, cuando el "gordo" querido compañero, con una lógica impecable
de la coherencia ideológica, enfrenta los contratos a realizar con la petrolera
California que proponía el Líder, desde su puesto de diputado, desde su entrega
militante y plantea la discusión en el ámbito parlamentario, contrato que
finalmente fracasa por otros motivos. Corría el año 1954, se había muerto
Evita, hubo un golpe de estado fallido en el 51, emergencia hídrica y crisis
internacional 52, cuando Perón propone comer "pan de centeno" y la
oligarquía rechaza por ser comida para los chanchos, en el 53 el terrible
atentado del subte en Plaza de Mayo con 7 muertos y 90 heridos en una jornada
de CGT con Perón.
Ese era el marco en el cual se daba la discusión de la
California, que un año después la saldó la Revolución Fusiladora, bombardeando
la plaza, matando 380 personas, mas de 2.000 heridos, fusilando a sus camaradas
en el 56, incorporando al país al FMI, abriendo la economía, bajando derechos
laborales, interviniendo la CGT, clausurando el parlamento, designando nueva
Corte Suprema, derogando la Constitución del 49 eje del constitucionalismo
social del siglo XX, producto del peronismo y ese personaje oculto, pero
trascendente el Dr. Arturo Zampay, persiguiendo artistas populares,
encarcelando a Hugo del Carril entre otros tantos dirigentes y sindicalistas,
atando al país a las necesidades del imperio emergente y su socio, EEUU e
Inglaterra. O sea que un año después de esa discusión Perón marchaba al exilio
y Cooke estaba preso yendo a Usuhaia junto a Cámpora, Jorge Antonio y otros, al
penal que Perón había clausurado por indigno de la condición humana.
Esa historia nos marca cuales son los caminos que transitan
los enemigos de la Nación, aprovechando todas las herramientas que les ofrecen,
las lógicas contradicciones del movimiento nacional, proceso natural en el
conglomerado de un conjunto de voluntades, alimentadas por ideas de liberación,
que difieren por momentos en los vericuetos del camino a recorrer por los
procesos populares, diferentes por supuesto del conjunto de ideas de la
sumisión, que alimentan los conservadores, que aún dentro de los movimientos
nacionales existen y conviven con su contradicción, pero que son funcionales a
los planes de la antipatria, por acción o por omisión. La historia entonces nos
marca los rumbos, aquellos que tienen que tomar quienes gobiernan, no siempre
en un hilo conductor con esa coherencia que demanda la abstracción ideológica,
sino con la lógica del poder, en el campo de batalla, bombardeado y
extorsionado por las políticas que en general, con matriz imperial, desde el
exterior, en movimientos de pinzas entre financieros y mediáticos, intentan
condicionar, esmerilar y destituir los movimientos populares que gobiernan.
Es posible que en determinados momentos del ejercicio del
gobierno, deban tomarse medidas que nunca se pensaron, a demanda de coyunturas
puntuales que determina el marco político, pero si la gestión tiene compromiso
ideológico, las medidas que se toman se acompañan con otras, destinadas a
conseguir lo máximo posible, con el menor costo social que se pueda. Así el
llamado ajuste de una devaluación impuesta por los mecanismos descriptos,
llevaron como contrapartida a liberar las paritarias, al Plan Progresar, a
romper el frente externo complicado destrabando conflictos, pero con políticas
soberanas. Un ajuste que se produjo sin cierre de fábricas, al contrario con
nuevas líneas de crédito para las pequeñas y medianas empresas, con nuevas
medidas de protección de los trabajadores llamados "informales",
verdaderas víctimas de explotadores, apuntalando una YPF recuperada, volcando
recursos a la obra pública en especial las represas del sur, frente al aumento
de la demanda energética del desafío industrialista del país, entre otras
tantas que evitaron la destrucción de empleo y la pérdida del consumo, pilares
de la estrategia peronista desde el estado nacional.
Así que la supuesta claudicación a "derecha" del
gobierno, se transforma en un slogan de campaña de quienes agazapados en los
rincones del movimiento nacional, pretenden volver a la lógica de los 90,
verdadera verguenza en la historia de nuestro movimiento, del cual aún no hemos
realizado un exaustivo exámen autocrítico, ya que muchos de los que fueron
voceros enérgicos de aquellos años, son estigmatizadores del "bien y del
mal" en la militancia política, hoy. No hay claudicación, si hay una
percepción de la realidad que demanda políticas tendientes a conservar y
apuntalar el camino recorrido en los últimos 11 años, en que hemos recuperado
la memoria y afianzado la identidad, lo que nos volvió a llenar de juventudes
ansiosas de construir un nuevo modelo social solidario dle siglo XXl. Ese
camino es el que nos debería guiar , para no equivocarnos ni ser funcionales a
terceras intenciones, con preguntas sencillas, que marcan cuales son los
límietes de la banquina de la historia.
Por eso no habrá continuidad de las políticas del peronismo,
si el Estado no sigue siendo el ordenador social combatiendo la voracidad del
Mercado, protegiendo los intereses de los sectores mas humildes y desprotegidos
de la sociedad, si no sigue ampliando derechos y volcando su esfuerzo en la
calidad de vida de los millones de argentinos que aún reclaman que este rumbo
los alcance en forma plena, además de los avances producidos estos años de la
década ganada, en este aspecto de jerarquizar el estado rige uno de los límites
mas claros frente al evento electoral. Los que piden "disminuir el
gasto", "eliminar la presión fiscal", "bajar los costos
laborales", "mano dura", "orden y progreso",
"integrarnos al mundo", "ser confiables y previsibles",
"garantías institucionales", "estado mínimo", son entre
otros tantos los eufemismos destinados a enmascarar sus verdaderas intenciones,
de sumisión colonial, del país agroexportador que imaginan reeditar.
Pero tampoco se podrá avanzar si la política no sigue siendo
la herramienta vertebral de la resolución de los conflictos y la amalgama
necesaria para la construcción del nuevo paradigma social del siglo XXl, que ha
podido avanzar sobre la lógica "del fin de las ideologías" del Consenso
de Washington, que ejecutado por el Plan Brady logró quedarse con los activos
de los países de nuestra sudámerica, que hemos recuperado, no sin conflicto,
alguno de ellos, aún abierto en el frente externo y alentado por los buitres de
afuera y de adentro, que vaciaron el esfuerzo de generaciones de argentinos,
que con tanto empeño tratamos hoy de reconstruir, tantos años después del
salvajismo neoliberal.
La política que nos ha llevado a este presente
latinoamericano del UNASUR y la CELAC, verdaderas herramientas que debemos
afianzar en medio de la batalla que el imperio nos plantea desde la Alianza del
Pacífico, desde sus cortes judiciales, desde los organismos internacionales de
crédito FMI y Banco Mundial, desde el CIADI y la OMC, entre otros frentes, que utilizan
los países centrales, para condicionar a los países emergentes.
Perón nos enseñó que la política es la política
internacional, por eso no puede decirse peronista y atacar Venezuela y su
proceso Bolivariano, menos aún combatir a Evo y Correa con el mito
"populista", pergueñado por el imperio para criticar las economías
heterodoxas, que permitieron a nuestros países emanciparse de la tutela
imperial, diversificando mercados exportadores, evitando el endeudamiento
condicionante, recuperando activos físicos y soberanía energética, levantando
leyes laborales de dignificación con paritarias libres y Consejo del Salario
con movilidad jubilatoria, todos instrumentos que no funcionaban desde los 80.
Como vemos tiene motivos el imperio para estar enojado con
nosotros, bienvenido sea, los peronistas sabemos de eso, pero también estamos
entrenados en la defensa de nuestros logros y sabemos encontrar la cara del
enemigo, aún en los pliegues de discursos "conmovedores"
La Patria Grande de Artigas, San Martín y Bolívar está en
marcha 200 años después, en los sueños de Morazan, Martí, Gaitán, Sandino,
Vargas, Guevara, Perón haciendo realidad la presencia protagónica de los
pueblos, verdaderos y únicos escribientes de la historia, esa historia que nos
moviliza y entusiasma, que nos interpela y nos empuja, que crea los sueños y
utopías necesarias a nuestros jóvenes y nos da aliento a los
"otoñales", en ese camino de la política como instrumento, hoy
podemos afrimar que estamos dejando un país mejor que el que imaginamos en
nuestros años jóvenes.
Por eso antes de ser funcionales al enemigo debemos
apuntalar al gobierno, la democracia y la democratización de los poderes del
estado, generando, cuando las condiciones lo permitan, "un nuevo marco
Constitucional del siglo XXl", que termine con los privilegios de una
matriz del siglo XlX, reformada en forma espúrea por la presión neoliberal en
el 94, que ampara a los poderosos y nos pone de rodillas ante el mundo.
JORGE
RACHID
jorgerachid2003@yahoo.com.ar
CABA, 18 de abril de 2014