El 15 de octubre de 1940, se estrenó en Nueva
York la primera película sonora del famoso actor
británico
Charles
Chaplin, hasta ese momento el único cineasta en Hollywood que seguía realizando
películas
mudas, cuando el sonido tenía ya rato en el cine. El gran dictador (The Great Dictator ) fue su película, no muda, de mayor éxito,
obteniendo el premio a mejor actor del
Círculo de Críticos de
Cine de Nueva York y siendo nominada a cinco premios Oscar ese mismo año de
1940, aunque al final no ganó ninguno. Prohibido en muchos países durante años,
el film que en España, por ejemplo, no pudo ser visto sino hasta el año 1976, a
la muerte de Franco, fue galardonado igualmente en 1961 (Premio Kinema Junpo) y
en 1976 (
Premio Jussi).
La
película es una dura e inteligente sátira contra el
nazismo, el
fascismo, el
antisemitismo
y las dictaduras en general. En ella, Chaplin define a los nazis como
"hombres-máquinas, con cerebros y corazones de máquinas". Allí, Chaplin
interpreta dos papeles, el del dictador Adenoid Hynkel, parodiando a
Adolf
Hitler, y el de un barbero judío, personaje que según los entendidos en esta materia, tiene muchas similitudes
con el famoso y conocido
Charlot.
Este barbero
judío que combatió con el ejército de Tomania (Alemanía) en la primera guerra
mundial vuelve a su casa años después del fin del conflicto. Amnésico a causa
de un accidente de avión, no recuerda nada de su vida pasada, y desconociendo
igualmente la situación política actual del país donde Adenoid Hynkel (Hitler)
un dictador fascista y racista, ha llegado al poder y ha iniciado la
persecución del pueblo judío, a quien considera responsable de la situación de
crisis que vive el país. Hynkel y sus colaboradores pretenden conquistar el
mundo para lo cual han empezado a preparar una ofensiva militar. En el
desarrollo de la trama el barbero es enviado a un
campo de concentración del que logra escapar
después de muchas peripecias, vestido con un uniforme del ejecito de Tomania;
pero debido a su gran parecido con Hynkel, los
guardias fronterizos que lo detienen, lo confunden con él, mientras que Hynkel
es detenido por error, al creer que es el barbero, por sus propias tropas. Así,
el barbero, bajo la identidad de Hynkel, es conducido a la capital de Osterlich
(Austria) para dar un discurso sobre el inicio de la conquista del mundo, la
anulación de la
libertad de expresión y el sometimiento de
los judío
Contrariamente a lo que se esperaba, el barbero pronuncia un
discurso conmovedor, que contradice al de cualquier dictador, en contra de las
políticas antisemitas de Hynkel, declarando que Tomania y Osterlich se
convertirán en naciones libres y democráticas y haciendo un llamado a la humanidad para acabar con las
dictaduras. He aquí un resumen de lo que dijo:
"Lo siento. Pero yo no quiero ser emperador. Ese no
es mi oficio. No quiero gobernar ni conquistar a nadie, sino ayudar a
todos si fuera posible. Judíos o gentiles, blancos o negros. Tenemos que
ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer
felices a los demás, no hacerlos desgraciados. No queremos odiar
ni despreciar a nadie. En este mundo hay sitio para todos.....El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido.
La codicia ha envenenado las almas, ha levantado barreras de odio...Ahora mismo,
mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, a millones de hombres
desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los
hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oírme, les digo: no
desesperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la
amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano...El odio pasará y caerán los dictadores, y
el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así,
mientras el hombre exista, la libertad no perecerá.
Soldados: no os entreguéis a ésos que en realidad os
desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que
hacer, qué decir y qué sentir....Soldados,
no luchéis por la esclavitud, sino por la libertad...En nombre de la democracia, utilicemos ese poder
actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice
a los hombres trabajo y dé a la juventud un futuro y a la vejez
seguridad. Con la promesa de esas cosas, las fieras alcanzaron el
poder, pero mintieron. Nunca han cumplido sus promesas ni nunca las
cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. ..Todos
a luchar para liberar al mundo. Para derribar barreras nacionales, para
eliminar la ambición, el odio y la intolerancia. Luchemos por el mundo de la
razón. Soldados: En nombre de
la democracia, debemos unirnos todos."
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