Emisión e inflación, dos caras de la misma moneda
martes 11 de febrero de 2014, 13:54h
El BCRA necesita de una nueva Carta Orgánica que vuelva a
consagrar como misión primaria y fundamental la obligación de defender el valor
de la moneda
Hace 36 meses las reservas del Banco Central alcanzaban su
máximo histórico, desde ese día hasta hoy el BCRA perdió la mitad de sus
reservas hasta llegar a u$s 27.850 millones, al ritmo una serie de factores que
se pueden resumir en inflación y financiamiento del gasto del Gobierno.
Advertimos en el año 2102 que considerar al Banco Central
como un organismo más del Poder Ejecutivo tendría consecuencias nefastas en lo
que hace a la política monetaria y financiera de país, por ello nos oponíamos a
que quedara sujeto a órdenes o instrucciones del Poder Ejecutivo.
La pérdida de independencia del Banco Central trajo
aparejada otra consecuencia aún más grave, ya que dejó de preservar el valor de
la moneda como misión fundamental para transformarse en la 'caja boba' de
financiamiento del gobierno.
El gasto improductivo del Gobierno tiene un costo que lo
paga el pueblo argentino con la billetera del Banco Central, en lugar de cuidar
el bolsillo de los trabajadores argentinos impidiendo que se deprecie la valor
de la moneda.
Durante años el Gobierno en la construcción de su relato, ha
negado la inflación y por ello sus consecuencias nefastas sobre los salarios,
el incremento de la pobreza y la caída inversión. Así fue como destruyó el
INDEC y cambió el directorio del Banco Central convirtiéndolo en una simple
dependencia de la
Presidente de la
Nación.
Esa modificación le permitió al Gobierno duplicar la
capacidad del BCRA de adelantarle recursos al Tesoro nacional y de utilizar
reservas para el pago de deuda, evitando la negociación de la misma a través
del Congreso. La clave estuvo en las amplias facultades otorgadas al directorio
del Banco para establecer el nivel de reservas necesarias para respaldar la
base monetaria y para fijar el nivel de las denominadas reservas de libre
disponibilidad.
Sabemos que en el fenómeno inflacionario confluyen muchos
factores, ya sea que observemos la puja distributiva, el poder de mercado
monopólico u oligopólico de grandes empresas o incluso el impacto del creciente
deterioro fiscal pero hoy resulta innegable que el principal problema causante
de inflación, radica en la dependencia del BCRA respecto del Poder Ejecutivo y
su 'capacidad' de emitir todos los billetes que el financiamiento del déficit
público requiera.
El BCRA necesita de una nueva Carta Orgánica que vuelva a
consagrar como misión primaria y fundamental la obligación de defender el valor
de la moneda, restablezca su autonomía respecto del Poder Ejecutivo y limite la
capacidad de financiar al Tesoro pero también la C.O. debe obligar al
Directorio a fijar la pauta de inflación y a establecer un programa monetario
consistente, con fuertes penalidades en caso de incumplimiento y control
semestral del mismo ante el Congreso de la Nación el cual, sin lugar a dudas, también
debería elevar los estándares de idoneidad y antecedentes a exigir a los
miembros del Directorio del BCRA.
En relación al funcionamiento del sector financiero, urge
reinstalar la autonomía de la Superintendencia de Entidades Financieras con
rendición de cuentas cada seis meses ante el Honorable Congreso de la Nación.
La mejora de calidad institucional requiere a su vez de
información pública confiable y oportuna, tanto del INDEC, como del BCRA, el
que debe coordinar; articular y señales estables y convincentes a quienes toman
decisiones en el proceso de formación de precios, contribuyendo con las
políticas antiinflacionarias del Poder Ejecutivo, pero jamás debe obedecerlo.
El Banco Central debe volver a ser lo que fue, un organismo
con autonomía e independencia del Gobierno de turno, custodio del valor de la
moneda y garante del poder adquisitivo de todos los argentinos.
*Firman también los diputados nacionales por la UCR Mendoza Enrique
Vaquie, Patricia Gimenezy Luis Petri