Vera y Bergel cumplieron su promesa
Diputados de la Ciudad denunciaron al ENRE a Edenor y a Edesur por sabotaje
viernes 03 de enero de 2014, 01:41h
Tal como lo venían anunciando, los diputados de la Ciudad de
Buenos Aires, Pablo Bergel y Gustavo Vera, integrantes del bloque Verde/Alameda,
presentaron en los tribunales de Comodoro Py una denuncia penal por sabotaje,
contra el Ente Regulador de la Energía Eléctrica (ENRE), las empresas Edenor y
Edesur, y funcionarios nacionales y de la ciudad responsables de la conducción
y control, el suministro y la distribución de la energía eléctrica a todos los
vecinos y barrios de la C.A.B.A.
"Pensamos que hay un problema de desinversión y corrupción
por un lado y de especulación y generación de pánico por el otro para imponerle
un tarifazo a la población. Queremos que la justicia intervenga urgentemente y
le expliquen al pueblo las verdaderas razones de estos cortes sistemáticos y
masivos que están provocando angustia en miles de familias y que los
responsables de esta situación tanto funcionarios como empresarios respondan
penalmente ante la justicia" manifestó el diputado Vera.
Por su parte el diputado Bergel afirmó que "Venimos siendo
objetos de la aplicación de la Doctrina del Shock, que tan bien describiera
Naomi Klein, por parte de gobiernos, lumpenempresarios locales y grandes
transnacionales. Soja en el campo; cemento en la ciudad, negocios
inmobiliarios y extractivismo urbano y rural: eso es lo que está detrás de
las inundaciones, los desastres ferroviarios, la inseguridad cotidiana y
mafiosa, y ahora este shock eléctrico, un verdadero Electroshock en las
cabezas, los cuerpos y la voluntad de los ciudadanos; en los derechos humanos y
en la integridad de la democracia".
Denuncia presentada:
Señor Juez:
Gustavo
Javier Vera y Pablo Bergel, legisladores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
con domicilio legal en la calle Perú 130 de esta Ciudad, con el patrocinio
letrado del Dr. Mario Fernando Ganora (T° 36 F° 227 CACF), constituyendo
domicilio procesal en Avda. Callao 178 Piso 5° también de esta Ciudad, se
presentan y respetuosamente dicen:
I) Objeto
Que por el presente vienen a formular denuncia por el delito
de sabotaje, previsto y reprimido en el art. 7 de la ley 13.985, a los fines de
que se investigue la posible responsabilidad de los directivos del Ente
Nacional Regulador de la Energía Eléctrica y de los directivos de las
distribuidoras del fluido eléctrico
Edenor y Edesur respecto de los cortes de energía que determinaron la situación
de emergencia que padece la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde el mes de
diciembre del año 2013. Asimismo
solicitamos se investigue la posible participación de los funcionarios de la
Jefatura de Gabinete de Ministros y del Ministerio de Planificación Federal,
Inversión y Servicios en el referido delito o la posible comisión por parte de
estos funcionarios del tipo culposo previsto en el art. 10 de la ley 13.985 en
virtud del posible incumplimiento de los deberes a su cargo.
II) Hechos
Constituyen hechos notorios los cortes de energía eléctrica
que desde el mes de diciembre de 2013 provocaron una situación de verdadera
emergencia que obligó a movilizar la defensa civil de la Ciudad para asistir a
los vecinos. A consecuencia de esos prolongados cortes las casas de
departamentos se convirtieron en trampas para sus habitantes por la falta de
los servicios de agua corriente, de ascensores y de medios de conservación de
sus alimentos en condiciones climáticas terribles con temperaturas lindantes a
los 40° C. Miles de personas adultas mayores, enfermos y niños, debieron a
asistidos por el SAME, los bomberos y los agentes de la Defensa Civil y
rescatados de los edificios en los que peligraba su vida a raíz de las
condiciones generadas por los apagones. La Ciudad se vio conmovida por
protestas colectivas, piquetes, cortes de ruta y de calles, hechos de violencia
que causaron la muerte de personas registradas en la crónica periodística. El
comercio y la industria se vieron perturbados. Fue particularmente penosa la
situación de los comerciantes de artículos perecederos que vieron como su
mercadería se arruinaba por la interrupción de la cadena de frio en tiempos en
que por las Fiestas de fin de año tienen su pico máximo de ventas. Un clima de
temor, violencia y desazón se generó a partir de la falta de este esencial
suministro que además estuvo potenciado por la cercanía de los episodios de
saqueo que conmovieron el país durante el mes de diciembre. El clima de
opresión que se vive en una ciudad oscurecida y con sus calles desiertas como
si se viviera en tiempos de guerra ha caracterizado este fin de año.
Basta leer el debate parlamentario de la ley 13.985 para
advertir que el bien jurídico tutelado por el tipo del delito de sabotaje no es
solamente los bienes materiales sino el espíritu público, el estado de unidad
social y de concordia, esenciales para la seguridad de la Nación como se
encargó de puntualizar el entonces diputado John William Cooke. Sin perjuicio
de la identidad partidaria de los redactores de la ley y de los errores en los
que incurrieron, lo cierto es que las correcciones introducidas por las leyes
16.648 y 24198 eliminaron los aspectos más controvertidos de la referida
normativa, la que, por otra parte fue restablecida en dos oportunidades por
gobiernos constitucionales (leyes 20.509 y 23.077).
En este caso concreto corresponde que se investigue si por
los medios de la desinversión y del vaciamiento de las compañías proveedoras de
la electricidad se ha desorganizado el servicio con la finalidad de perturbar
el desarrollo comercial, industrial, económico y social de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires y de los partidos del conurbano porteño.
Una de las características más salientes de los procesos
económicos de los últimos treinta años, es decir durante la vigencia de los
gobiernos constitucionales posteriores a la dictadura militar, han sido las
idas y venidas con la titularidad de las empresas de servicios públicos. La
gran corrupción en la gestión de las empresas de servicios públicos determinó
el colosal derrumbe económico de 1989 que obligó durante la década de los
noventa, en medio del descalabro general a una muy apresurada desregulación y
privatización. Este proceso estuvo signado por una nueva y escandalosa oleada
de corrupción. Sin embargo, la población
debió tragar la píldora bajo la amenaza del caos. En el 2001 estalló por el
aire el modelo menemista y se replanteó un sistema de controles no muy claro ni
muy eficaz pero que hubo que aceptar por la pretendida naturaleza nacional y
popular de las nuevas autoridades y porque no quedaba otro remedio. Hoy
nuevamente vuelven a saltar por los aires las empresas otrora privatizadas y
luego mal reguladas y peor controladas y se busca imponer estatizaciones
ruinosas y carísimas. Ejemplos que están a la vista: aerolíneas argentinas,
YPF, los servicios del ferrocarril, etc. Nuevamente recomienza el ciclo de corrupción (contubernio del sector
privado con los funcionarios públicos), sabotaje (desorganización del servicio
con riesgo para el desarrollo) y extorsión (exigencia de aceptar turbias
soluciones políticas desesperadas para evitar la amenaza de males mayores). De
modo similar y concurrente, se debe señalar la irresponsabilidad cómplice de
autorizar y promover la sobreconstrucción sin la contrapartida de la
actualización de las infraestructuras que deben hacer sustentable la vida
urbana, con la sola vocación de impulsar la maximización de la renta
inmobiliaria.
En el caso de
las compañías Edenor y Edesur cabe señalar que del análisis de los balances de
ambas empresas distribuidoras de energía, surge que presentan dificultades que
hacen prever su disminución de capital y hasta la liquidación misma de las
empresas.
Sin embargo, a pesar que los organismos de control y el Poder
Ejecutivo Nacional, cuyos funcionarios integran los directorios de las
mencionadas compañías, se encuentran en conocimiento de ello, no adoptaron
medidas tendientes a evitar consecuencias mayores, como las que ahora están
padeciendo los usuarios de las empresas de electricidad.
En efecto, las empresas presentan pérdidas acumuladas y
déficit de capital de trabajo.
Sus auditores y comisiones fiscalizadoras señalan que se
prevé que si la situación continuara deteriorándose, estiman flujos de Caja y
resultados operativos negativos y el deterioro de los índices financieros.
También han señalado que
la situación genera incertidumbre respecto de la posibilidad de que las
empresas continúen operando como una empresa en marcha, en términos contables.
Los auditores y síndicos señalan que no se incluyen los
efectos para el caso de no resolverse la situación a favor de la continuidad de
las operaciones de las empresas, en caso que se vieran obligadas a vender sus
activos y/o cancelar sus pasivos, incluyendo las contingencias.
Agregan que de persistir esta situación se encontrarían
comprendidas en la causal de disolución por pérdida del capital social
establecida por el Art. 94, inc. 5° de la Ley de Sociedades Comerciales N°
19.550.
Esta situación que pone al límite la continuidad de un
servicio público esencial no era ignorado por el ENRE que tiene a su cargo en
virtud de los arts. 56 y concordantes de la ley 24065 evitar situaciones como
las que ha padecido la Ciudad autónoma de Buenos Aires.
III) Prueba
Solicito se tengan en cuenta los balances e informes
publicados por las referidas empresas como prueba y la que oportunamente se
aportará al momento de la ratificación de la presente.
Asimismo se requieran los pertinentes informes del Ente
Nacional Regulador de la Electricidad sobre la situación financiera de Edenor y
Edesur y de las medidas adoptadas a su respecto.
IV) Petitorio
Por todo lo expuesto, solicito:
a) Se tenga por
presentada y el domicilio constituido,
b) Se corra la
correspondiente vista al Ministerio Público Fiscal.
Proveer de conformidad. Será Justicia.