lunes 30 de diciembre de 2013, 08:55h
Va quedando claro, que el "nuevo -viejo" equipo económico no
piensa instrumentar cambios de fondo en la política económica. O, en todo caso,
su intención se concentra en poder suavizar el "ajuste", tan temido y
vapuleado desde el relato.
La prioridad se ha puesto en sostener las reservas del Banco
Central en el corto plazo, con diversas variantes de endeudamiento y aportes
(Letras del Banco Central atadas a la devaluación del dólar oficial. Préstamos
conseguidos por YPF. Aporte de Chevrón, etc.). Profundización de restricciones
a las transacciones en dólares ( Aumento del del precio del dólar turista,
limitaciones a las compras con tarjetas). Y
reducción deimportaciones (metas trimestrales, para la industria
automotriz y de electrónica).
Para el equipo económico, entonces, el problema de la caída
de reservas del Banco Central, está
"encapsulado" en el mercado de dólares y no tiene relación con desequilibrios
macroeconómicos de fondo.
Por su parte, el problema inflacionario (que no existe según
los datos oficiales) pero que hay que combatir, fue encarado, como en el
pasado, con un acuerdo de precios para un conjunto limitado de productos, con
revisión trimestral. En este caso, entonces, la"variación de precios" es
consecuencia de aumentos "descontrolados", por parte de los
empresarios, que ahora, voluntariamente, y después de un tiempo prudencial para
que acomoden sus precios, están dispuestos a fijarlos por un tiempo.
A la falta de dólares, entonces, restricciones, aportes y endeudamiento.
A la inflación, acuerdo parcial de precios.
Por otro lado, no existen problemas fiscales, dado que el
déficit fiscal que presentan las cuentas de la Nación, se compensa con los
"superávits cuasifiscales" del Banco Central y del Fondo de Garantía de
Sustentabilidad del ANSES.
Tampoco existen problemas estructurales en materia de
energía, inversión en infraestructura, transporte, etc. dado que todo es
producto de un exceso de demanda coyuntural. Y el resto son "exageraciones"
mediáticas.
Mientras tanto, y como si fuera también un "problema
separado", el Banco Central intenta acelerar la devaluación nominal del peso,
por encima de la inflación y ajustar muy levemente la tasa de interés, mientras
promete (vaya a saber para qué) "emitir un poco menos" el próximo año. Es decir
promete tener menos "superávit cuasifiscal", contradiciendo los discursos matutinos
del Jefe de Gabinete.
Y, a su vez, el ANSES, para tratar de mantener la brecha
entre el valor del dólar oficial y el blue, en torno al 50%, está reduciendo su
tenencia de títulos dolarizados, y recibiendo a cambio pesos, que deposita a
tasas negativas. Es decir, también reduce el"superávit cuasifiscal", del Fondo
de Garantía de Sustentabilidad, contradiciendo los discursos matutinos del Jefe
de Gabinete.
Esta peculiar interpretación del funcionamiento de la
economía, de compartimientos estancos, y no relacionados entre sí, llama mucho
la atención, y resulta paradójico que la supuesta "unificación del mando" en la
figura del Ministro de Economía, no se traduzca en una visión integral e
interrelacionada de la política económica.
Pero yendo a la realidad. Perdida el ancla del tipo de
cambio nominal (cuya devaluación se acelera) y de las tarifas públicas, que
empiezan a moverse. Y sin metas de inflación explícitas, debido a una política
monetaria a merced del gasto público, el
"ajuste" de la economía, sólo puede venir por el lado del salario real o
de la actividad económica.
En otras palabras, habiendo renunciado a un cambio integral
de la política fiscal, monetaria y cambiaria, consistentes entre sí, la única
alternativa "calmadora" de la macroeconomía, es que la aceleración de la
devaluación nominal y el cambio de precios relativos que se intenta a favor de
los precios de algunos servicios públicos y bienes, sea"aceptado" por los
sindicalistas, que tendrán que negociar
y sus afiliados aceptar, un ajuste de salarios nominales por debajo de
la inflación esperada. O, alternativamente, que la falta de acuerdo salarial o
de la disciplina de precios prolongue el estancamiento o lleve a una mayor
caída de la actividad.
En síntesis, un dificultoso intento de ajuste "heterodoxo" basado en la
caída del salario real y el control de algunos precios que, si fracasa,
derivará en una mayor caída de la
actividad económica.
De cualquier manera, la "culpa" será de los otros.