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Apuntes pos electorales

Apuntes pos electorales

Por Federico Vázquez
martes 13 de agosto de 2013, 17:31h
Un resumen con los principales hechos e interpretaciones que dejaron las elecciones PASO del domingo 11 de agosto. La merma de votos del Frente para la Victoria y el triunfo de Sergio Massa no necesariamente se explican por la misma causa: la complejidad del voto muestra cierta maduración del electorado al elegir entre cargos legislativos y ejecutivos.
 
1- Dos datos pueden resumir buena parte de lo que ocurrió el domingo. Por un lado, el Frente para la Victoria, única fuerza con alcance nacional, tuvo una merma importante de votos en casi todos los distritos provinciales. Aún comparado con 2009, su performance fue floja, apenas lo acompañó el 25% del electorado. Ni que hablar si la vara es el 54% de octubre de 2011. El segundo dato es la aparición de Sergio Massa liderando la provincia de Buenos Aires con vistas a la elección que en algo más de dos meses definirá la composición de las Cámaras legislativas. Lo demás, por ahora, son interpretaciones.
 
2-En estas horas tan cercanas a la elección, la pregunta debería reposar cerca de las urnas. O sea: por qué la gente votó como votó. Antes que interpretaciones sobre las superestructuras políticas, intenciones futuras de los dirigentes, cómo jugó tal o cual intendente, etc. Y los votantes de lugares tan distintos como Capital Federal, Neuquén o la Provincia de Buenos Aires se inclinaron por darle un empujón a las oposiciones, antes que a los oficialismos. Si la lectura sobre la derrota de un oficialismo, en este caso el del Frente para la Victoria, opaca al resto, es por su característica de ser gobierno nacional. Pero el retroceso de los candidatos oficialistas tuvo un alcance muy relevante, en territorios con estructuras sociales, económicas y políticas bien distintas.
 
3-Se perfilan dos explicaciones para el comportamiento electoral de ayer. Una, más crítica con el gobierno, es que la sociedad "cobró" políticas poco simpáticas tomadas desde el 2011, como la restricción al ahorro de dólares, a lo que se suma la persistencia de la inflación, las falencias mortales en el sistema ferroviario, los cacerolazos, una ralentización del crecimiento económico, entre otras cuestiones que podrían señalarse. La idea, más allá de dónde se apunte, es la de un "malestar" que terminó expresado en votos. Indudablemente, algo de toda esa agenda variada habrá influido, aunque cabe anotar que antes del huracán electoral de octubre del 2011 se podía escribir una lista sino idéntica, similar. La otra explicación pone en la balanza la diferencia de una elección legislativa por sobre una presidencial. Esa diferencia no tiene que ver con pruritos republicanos del análisis político, sino con una práctica concreta de la ciudadanía. Salgamos del debate nacional para poder ver el mecanismo electoral más allá del posicionamiento k o anti k. ¿Cómo se explica la gran elección de Carrió en la Ciudad de Buenos Aires? El 27 de octubre de 2011 logró apenas unos 80 mil votos. El domingo pasado tuvo 326.000, cifra que probablemente aumente cuando en octubre reúna muchos votos de las listas que compitieron dentro de UNEN. ¿La sociedad porteña es esquizofrénica, pasó a sentirse representada por la misma figura a la que hace 24 meses ubicó en un vergonzoso sexto lugar? O, sin tanto desprecio por la voluntad popular, puede pensarse que el electorado elige a personas para determinados cargos, en determinadas circunstancias. Una lección para los hiperpolitizados, de la toldería que se elija: el rumbo del país se define cada cuatro años, no cada dos. Menos aún en cada micro coyuntura climática. En ese "alargue" del ciclo político argentino, en esa "normalización" de las elecciones, puede verse también un triunfo de estos años. La solidez del sistema político y de la gobernabilidad, algo impensable diez años atrás como se encargó de recordar CFK la noche del domingo, constituye una forma de libertad a la hora de concurrir a las urnas.
 
4- Algo más sobre la "libertad". Tan mentados como factores decisivos en el día de la elección, los intendentes y gobernadores no pudieron trasladar los guarismos de 2011 en el 2013. Antes que cualquier teoría de "traición" de los jefes distritales a las listas nacionales, la amplitud geográfica de este desempeño lleva concluir que el "control" territorial sobre los votantes es más que modesto. Más aún cuando el actual gobierno, a través de la instalación de políticas sociales universales como la AUH, eliminó instancias tradicionales de negociación y manipulación política que en otros momentos correspondía a los jefes territoriales. Si a eso se le suma un contexto general de estabilidad económica con creciente inclusión social y laboral, nos encontramos con una sociedad con mayores márgenes de libertad concreta y cotidiana, con menos miedo e incertidumbre. Por ahí puede vislumbrarse cierta distancia entre los actores políticos que ven en cada elección un todo o nada, y los votantes de carne y hueso para los cuales el dramatismo electoral no es tal.
 
5- El que se apura pierde. Los gestos y primeras declaraciones de algunos ganadores de las PASO dejan entrever posibles equivocaciones de cálculo. Massa (alentado por los grandes medios de comunicación como sepulturero del kirchnerismo) habla como candidato presidencial. Pero, aún manteniendo su buena elección en octubre, durante dos años no tendrá más que un puñado de diputados nacionales. Y eso, siempre y cuando sea lo suficientemente hábil para mantener bajo su paraguas a figuras ideológicamente variopintas, sin historial de organicidad partidaria. Pero más importante todavía: que tenga un discurso "ejecutivo" no significa que sus votantes lo hayan elegido bajo esa premisa, ni mucho menos.  En ese sentido, la necesidad de algunos dirigentes (y grupos de poder económico) de pasar rápido a la contabilidad de 2015 los resultados de las PASO de 2013, parece una desesperación por ocultar la pobreza de armados nacionales. Si Macri, gobernando una ciudad con características de estado provincial desde hace años, no logró aún hacer pie en el resto del país, no parece un hecho automático para un intendente. Aún repitiéndose los resultados en octubre, el saldo no va a ser la emergencia de una alternativa opositora nacional, ni siquiera de un liderazgo indiscutido donde todo ese arco de fuerzas se referencie. 
 
6- Si la tarea de la oposición política (y mediática) consiste en no repetir posibles jugadas en falso, dictaminando antes de hora el fin del proceso abierto en el 2003, desde el kichnerismo se deberá mostrar una iniciativa renovada, algo que, por otra parte, está en su ADN. El desafío es seguir siendo el mejor interpretador de su propia obra y  proponer una hoja de ruta a una sociedad que supo transformar profundamente. Si algo es seguro es que la fuerza política y social que surgió en el 2003 como respuesta al desastre del 2001, se consolidó en los años siguientes, superó una crisis en el 2008 que otros tiempos hubiera terminado con un golpe de Estado, absorbió una derrota legislativa en el 2009 profundizando cambios en sentido progresista, enfrentó la muerte repentina de su fundador generando un liderazgo carismático y una militancia política juvenil nutrida y cosechó más de la mitad de los votos en las últimas elecciones presidenciales, no se quedará quieta.  
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