Mangeri cada día más complicado
Procesan al portero con el agravante de tirar a la joven viva a la basura
miércoles 03 de julio de 2013, 21:17h
El portero Jorge Mangeri fue procesado por el juez Javier
Feliciano Ríos con prisión preventiva por el crimen de la adolescente Ángeles
Rawson, hallada asesinada en un predio de la Ceamse.
La medida fue dictada por el juez de instrucción porteño
Javier Feliciano Ríos, quien además trabó un embargo de un millón de pesos
sobre los bienes del imputado ante posibles juicios civiles de la familia de la
víctima.
Mangeri fue hallado responsable de "homicidio agravado
por alevosía", presuntamente cometido en el edificio de Ravignani 2360 del
barrio porteño de Palermo, y el magistrado consideró que debe continuar en
prisión porque hay peligro de fuga.
A la hora de describir cómo fue el crimen, Ríos sostuvo que
el portero "dio muerte mediante un procedimiento particularmente insidioso
a la persona a la que conocía desde tiempo antes, con la que vivía en el mismo
edificio, y a cuya familia conocía porque trabajaba en el mismo lugar".
"Se deshizo del cuerpo de la damnificada de una manera
funesta, en tanto y en cuanto logró introducirlo en el circuito de recolección
y procesamiento de residuos de la ciudad de Buenos Aires", remarcó en el
fallo, respecto a que el cuerpo fue hallado en una planta de la CEAMSE
destinada al depósito de basura.
Si bien fue el motivo por el que inicialmente quedó
detenido, el juez no mencionó en el procesamiento la autoincriminación que la
fiscal porteña María Paula Asaro manifestó que el imputado hizo durante una
entrevista privada en la que le dijo: "Soy el responsable de lo de Ravignani
2360...fui yo".
En cambio, valoró como prueba fundamental contra de Mangeri
que su ADN fue hallado debajo de las uñas de tres dedos de la víctima y destacó
que la posibilidad de que sea de otra persona es de 1 (una) en
1.690.000.000.000.000 (mil seiscientos noventa billones).
Subrayó que el hecho de que el ADN estuviera en los dedos
índice, mayor y anular de la chica permite concluir que una de sus últimas
acciones en vida "fue la de defenderse contrayendo su mano y dedos con el
fin de arañar a su agresor".
Aclaró que si bien en los exámenes se menciona la existencia
de marcadores que podrían corresponder a un tercero o ser producto de una
contaminación de la muestra, el ADN que corresponde a Mangeri fue debidamente
hallado en el cuerpo de la víctima.
Tuvo en cuenta como pruebas la diferencia entre las
contexturas físicas de la víctima y el portero, el dominio que éste tenía del
edificio, que estaba a cargo de la recolección de la basura y el testimonio
acerca de que el día de la desaparición de Angeles les pidió a vecinos que
sacaran las bolsas antes del horario habitual.
Angeles fue vista por última vez el 10 de junio cuando
regresaba de una clase de gimnasia rumbo a su domicilio, tal como lo captó una
cámara de seguridad, pero para el juez está probado que nunca entró a su
departamento, según los testimonios de la empleada doméstica y uno de sus
hermanos.
Para Ríos, el portero la mató entre las 9.50 y las 22.08
después de haberla interceptado en el primer horario en el interior del
edificio de la calle Ravignani y cuando ella intentó defenderse, quedaron
rastros genéticos del encargado debajo de sus uñas.
Según el juez, Mangeri ató de pies, manos y muslos a la
chica, le colocó una bolsa plástica de nylon verde en la cabeza con la
inscripción "Día%" así como una soga con varios nudos alrededor del cuello y en
ese estado la puso en una bolsa de consorcio negra para luego introducirla en
el circuito de recolección de basura.
El magistrado no pudo precisar el lugar exacto dónde el
portero interceptó a la chica, cómo transportó su cuerpo ni dónde lo arrojó, ya
que aún esos datos son un enigma en la causa y falta el resultado de peritajes.
Sin embargo, remarcó que las maquinarias de la CEAMSE le
causaron lesiones cuando aún estaba viva, ya que le aplastaron el tórax, el
cuello y la cabeza, antes de ser encontrada por un empleado en una cinta
transportadora de la planta de la localidad bonaerense de José León Suárez.
En este punto, se tuvo en cuenta el "estado de
indefensión" de la chica, que estaba atada dentro de una bolsa, lo que
llevó al juez a agravar el homicidio por alevosía.
Ríos descartó la versión de un conflicto o discusión entre
la damnificada y su familia -sugerida por una testigo y negada por todos los
vecinos- así como que haya sido víctima de alguna agresión en la calle porque
esto hubiera sido visto por alguien.
Entonces, según el fallo, esta situación "coloca en un
lugar protagónico al portero, quien se encontraba en funciones en ese
horario" y conocía a la víctima desde su infancia, lo que le daba "un
rol superior al del mero encargado del edificio".
Además, no se pudo acreditar que Mangeri estuviera en ese
horario en otro lugar, como intentó demostrar su defensa.