Blanqueo del fracaso y la injusticia
jueves 09 de mayo de 2013, 20:06h
El gobierno nacional anunció, por intermedio de las cinco
máximas figuras del área económica, la puesta en marcha de un programa de
blanqueo de capitales cuya amplitud y generosidad está fuera de discusión: para
participar de ese programa, ni siquiera hace falta estar inscripto en la AFIP. Basta con
anotarse en el momento en que la persona física o jurídica de que se trate se
acoja al beneficio.
¿Qué significa en concreto este blanqueo?.
En primer lugar, es una confesión de la inexistencia de una
política económica, de un programa de mediano y largo plazo. También, de la
improvisación en el manejo de la política cambiaria y por último, de las
pérdidas de divisas y de la existencia de un proceso inflacionario que el
gobierno intenta ocultar con datos falsos, que es el motivo de fondo de la
corrida sobre el dólar. Es decir: es la confesión de un fracaso.
En segundo lugar, constituye una manifiesta contradicción:
hasta ahora, el gobierno imponía el cepo cambiario impidiendo, o por lo menos,
dificultando la compra de divisas en un intento manifiesto de pesificar la
economía. Ahora, la decisión consiste en legitimar los dólares provenientes de
la evasión impositiva, de la coima y del lavado del dinero que viene del
narcotráfico.
Además, el blanqueo es un fuerte impulso a favor del
privilegio y la desigualdad. Los grandes evasores, los que instalaron fortunas
en el exterior a partir de los recursos sustraídos de manera ilegal a la
economía argentina, ahora reciben el beneficio de este blanqueo que constituye
un nuevo privilegio a favor de los que más tienen y una profundización de la
desigualdad que padecen los que viven de su trabajo y pagan impuestos. Este
blanqueo es exactamente lo opuesto a una política nacional y popular: beneficia
a los que apostaron al dólar y condena a los que creyeron en la economía
argentina.
Es cierto que la norma anunciada el martes prohíbe que
participen los funcionarios públicos, los quebrados y los sometidos a proceso.
Pero todos sabemos que los hoy gobernantes cultivan el concepto de "capitalista
amigo" y esos socios del poder serán los primeros en beneficiarse de este
privilegio.
Juan Manuel Casella
Secretario General de la UCR,