En Venezuela hay un ganador
sábado 20 de abril de 2013, 13:14h
El rechazo de la oposición venezolana al resultado de las
últimas elecciones presidenciales, que dieron a Nicolás Maduro como flamante
presidente, no es nuevo. Desde 1998, vienen cuestionando sistemáticamente todos
los triunfos eleccionarios de Chávez y su partido.
El desconocimiento del resultado por parte de la oposición
en Venezuela no es en sí mismo un hecho novedoso. En casi todos los procesos
electorales que se realizaron desde el triunfo de Hugo Chávez en 1998
cuestionaron las reglas del juego, el manejo del aparato estatal, el rol de los
medios -supuestamente hegemonizados por el chavismo- y todo cuanto tuvieron a
su alcance.
Después de derrotar a Chávez en 2007 por apenas 1,4 puntos,
una propuesta de reforma constitucional los sectores opositores se auto
convencieron de que sería el comienzo del fin. Se equivocaron. Salvo algún que
otro traspié Chávez los continuó derrotando en presidenciales, municipales y
parlamentarias. En 2012 no solo construyeron un escenario de derrota del
chavismo que luego se demostró falso, sino que instalaron la idea de que los
militares estaban al acecho para evitar un triunfo opositor con los tanques en
las calles. Decían abiertamente que la única respuesta del chavismo frente a la
derrota sería un golpe de Estado. La oposición
nunca aceptó los triunfos de Chávez ni el gran apoyo popular que tenía, como
tampoco reconoce la profunda transformación que llevó a cabo este militar al
que ridiculizaban y comparaban con un simio, aunque ahora Henrique Capriles
diga "extraño a Chávez" como muestra de desprecio hacia Nicolás Maduro
La excelente votación de Capriles lo hace sentirse dueño del
terreno aunque los números del Consejo Nacional Electoral (CNE) digan que
perdió. Por poco, pero perdió. De todas
maneras, la mayoría de los que integran la Mesa de Unidad Democrática nunca
respetó al CNE y si se presentan a las elecciones es porque fracasaron en el
golpe de 2002 y se equivocaron cuando en 2007 decidieron boicotear las
elecciones parlamentarias. El ajustado triunfo de Maduro ahora los envalentona
porque saben que no está "el comandante" para actuar con rapidez y firmeza,
marcar la cancha y unificar a todos los sectores del chavismo detrás de su
figura carismática. Como tantas otras veces denuncian fraude y cuentan con un
aparato mediático que se siente parte de esta cruzada antichavista y amplifica
sus posturas a través de títulos del estilo "Nos robaron las elecciones"
(Últimas Noticias). Capriles no solo dice que Maduro es un "presidente
ilegítimo" sino que también "pidió al pueblo permitirle dirigir la crisis que
vive Venezuela" (El Universal). Así
busca presentarse como el único capaz de liderar al país sin odios ni rencores.
A medida que pasan los días y más gobiernos reconocen el
triunfo del chavismo se debilita la oposición y su intento por quitarle
legitimidad a Nicolás Maduro. Pero si hay tanques en las calles, represión y
muertos podrán denunciar que el chavismo solo se mantiene por la fuerza o que
intenta un autogolpe al estilo de Fujimori. Una situación así les permitiría
presentarse como adalides de la democracia, aunque en sus filas estén muchos de
los que participaron del golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002.
Otra vez pronostican el fin del chavismo; ahora, porque
creen que Maduro es incapaz de liderar este proceso revolucionario. Lo que no
pueden ver, comprender o aceptar es que la sociedad venezolana se ha
transformado profundamente. Porque nunca entendieron lo que significó Hugo
Chávez.