Dios hablaba en sueco, Adán en danés
sábado 16 de febrero de 2013, 02:52h
Llegando a ser anarquistas, le declaramos la guerra al
amontonamiento de mentiras, astucia, explotación, depravación, vicio.
Piotr Kropotkin
En verdad, querido lector, la historia demencial generó el
título de este artículo. Tratados en latín, libracos de más de quinientas
páginas, reuniones y concilios, discusiones y gestos adustos, discutiendo en
qué idioma hablaba el Creador con el casto Adán. O Adán con Eva. Y así con
todo. No deja de tener gracia, una gracia trágica, pero gracia al fin. Como aquellos grandes intelectuales o poetas
laureados cuando afirmaron que "el universo de Stalin no deja de renacer..."
El libro sobre el elogio a la estupidez aun debe escribirse. Me he preguntado
estos últimos años si un niño que no cree más en los Reyes Magos es un
escéptico. También pongo en el tapete si un científico que analiza ciertos
elementos del espacio o de la botánica ha dejado el mundo de la magia. Vivimos
una sociedad en la cual la ilusión de la mentira es convertida en verdad. En
todos sus aspectos. ¿Cuál era el representante de Dios en la Tierra cuando convivieron
tres Papas al mismo tiempo? Y cada uno de ellos afirmaba ser el Pedro terrenal.
Estamos hablando de 1378-1429. Hablamos de Alejandro V, Clemente VII y Urbano
VI. Recordemos, de paso, que el sucesor de Alejandro V fue Juan XXIII.
Así son las cosas. Lo mismo ocurrió con la Revolución Rusa.
Un hecho fenomenal en la historia de la humanidad en la que una régimen zarista
fue depuesto por una causa noble la que en muy pocos años se convirtió en un
dictadura sangrienta, sin escrúpulos. En nombre, naturalmente, del
proletariado, de la libertad, de la esperanza.
Debemos hablar, entonces, de frivolidad, banalización,
impostura. Y de complacencia y autojustificación. Todo junto y todo mezclado
entre la culpabilidad y la fe, entre el pasado explotador y sin luces en nombre
de un futuro pleno. Podemos seguir con las nuevas revoluciones en las cuales
intelectuales, artistas, filósofos y pensadores hicieron los suyo. Vivimos un
período histórico en nuestro territorio de teorías delirantes, de enajenación
social, de fetichismo sin límites. Rodeados de brutos, de incultura, de
barbarie. La "futilización" en estos suburbios hace de las suyas. Se
mezcla todo y se mezcla mal. El esnobismo, el facilismo, la superficialidad, la
sinrazón, la masificación de lo más burdo, la torpeza mental, el engaño
sistemático, el relato desenfrenado en forma de catarsis. Y más, y más.
Una gran parte de nuestros intelectuales forman parte de
esos sujetos a los cuales Luis Franco
denominaba "los gendarmes de la pluma". En su libro Biografía patria
(1958) hace referencia a la carencia de columna vertebral en la gran mayoría de
ellos durante todas las épocas, y en particular durante el peronismo. Lo que
vivimos en estos días no es muy diferente. El sainete criollo tiene picardía,
descaro, infamia. El amor en estas circunstancias no dura mucho pero deja
dinamitado un territorio, deja escombros, residuos, fracciones. ¿Qué pasó con
los comunistas? nos preguntamos. Recordemos: manifestaciones de trabajadores
alemanes en Postdam en 1953, la revuelta húngara en 1956, la invasión rusa en
1968 contra los checos. Los intelectuales que quedaron presos de ese proceso
infame justificaron todo. Negaron cárceles, campos de concentración, purgas, asesinatos en masa, tortura,
enriquecimiento, corrupción, delación. No saben el significado de la dignidad
ni del recato. Nos preguntamos otra vez qué dirán estos caballeros - los
actuales, digo - en unos meses o en unos años. La experiencia nos confirma que
mentirán. Ya lo hicieron. Una y mil
veces. Máscaras, bombos, himnos, líderes, secuaces, discursos, barras bravas. Y
otra vez la ronda, otra vez el calor oficial, otra vez el populismo, la
demagogia, la lucha por el poder, el engaño, las falsificaciones. Los
argumentos sobran. Se cae, señores, el sistema hace agua.
Michel Onfray escribió: "Al tomarse por lo que no son,
al imaginarse en una configuración diferente de la real, los hombres evitan lo
trágico, es cierto, pero pasan inadvertidos ante sí mismos. No desprecio a los
creyentes, no me parecen ni ridículos ni dignos de lástima, pero me parece
desolador que prefieran las ficciones tranquilizadoras de los niños a las
crueles certidumbres de los adultos. Prefieren la fe que calma a la razón que
intranquiliza, aún al precio de un perpetuo infantilismo mental. Son malabares
metafísicos a un costo monstruoso" Y también: "El poder produce la
división salomónica de la sociedad y del género humano entre aquellos que lo
detentan y aquellos que lo sufren".
Debemos sumarle a lo sugerido los gobiernos populistas,
nacionalistas, demagógicos y una cultura
de ceremonias colectivas proclives a la imbecilidad y lo irracional. Ya estamos
próximos a descubrir lo superlativo del ser humano. Sin olvidarnos, desde
luego, de los procesos del franquismo, del nazismo o del fascismo. Y los
subordinados a ellos que reemplazaron gestos, formas y culturas. La
masificación parece definitivamente instalada en una sociedad plena de
alienación.
Sobre esta maravilla debemos evocar a nuestros patronos: el
Santo FMI, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro. La sociedad queda
armada, el Estado responde, los gobiernos pueden robar sin pudor, las guerras
continuar, la pobreza y el hambre serán motivos de discursos emocionantes. Las
banderas se agitaran en contra de los demonios y en defensa de los lemmings. Y
todo se vuelve absurdamente irrisorio. Insisto, desanimado lector, la
demolición de una cultura es palpable: se consolida la ignorancia con
encarnizamiento en cada objeto, en cada gesto, en cada palabra. Hecha raíces.
Recuerdo a Baudrillard cuando afirmó: "El escándalo, en nuestros días, no
consiste en atentar contra los valores
morales, sino contra el principio de realidad".
Eligio in summum ponteficen. Habrá dos Papas, uno emérito y
otro en ejercicio del cargo. Ha renunciado el Papa Benedicto XVI. Mater Ecclesiac. "La renuncia del Papa
pone de relieve la profunda espiritualidad del Santo Padre y su gran
lucidez", ha dicho el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez
Sistach. El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, ha asegurado "que ha
recibido con "plena comprensión" pero con "dolor en el
corazón" la noticia de la dimisión". Hay cientos de citas y de
artículos. Gregorio XII, papa legítimo, en la línea sucesoria de la obediencia
romana, había renunciado el 4 de julio de 1415. La cristiandad contaba con tres
papas. Evoco, entre otros, a San
Hipólito de Roma y a Félix V. También, naturalmente, a Novaciano.
Poco más es lo que puedo ofrecerle, amable y desdichado
lector. Tal vez debamos releer Aventuras del Barón de Münchausen de Gottfried
August Bürger (1786). Este bellísimo libro - que leí por primera vez a los diez
u once años - es de una admirable imaginación al mismo tiempo que satiriza un
mundo. Más sano, mucho más sano, que nuestra realidad. O lo que se supone que
es la realidad en la
República de Trapalanda. Y recuerde, lúcido leedor: Peor que
robar un banco es fundarlo. Y ahora a caminar y admirar las muchachas soñadas
de la ciudad.
Carlos Penelas
Buenos Aires, febrero de 2013