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España plantea compartir representaciones diplomáticas con los países Iberoamericanos
lunes 14 de enero de 2013, 18:14h
El
ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se mostró abierto a compartir con los países
iberoamericanos oficinas diplomáticas, comerciales o culturales en el
extranjero cuando no se justifique la existencia de una representación propia.
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En un acto en Madrid de presentación del Anuario del
Instituto Cervantes, el ministro defendió esta idea como un medio de conseguir
"ahorros importantes", contar con mayor presencia en el exterior e
impulsar la colaboración de la comunidad iberoamericana.
"Allí donde un país iberoamericano o España considere
que no se justifica la existencia de una representación propia, intentaremos
firmar convenios de colaboración", explicó.
El Gobierno ya ha apostado por esta fórmula de colaboración
con la Unión Europea y, como primer paso, ha cerrado la embajada española en
Yemen, trasladando al personal diplomático español a la delegación comunitaria
en dicho país.
Según García-Margallo España está siendo "pionera"
en ese camino y otros países estudian su iniciativa para seguir su ejemplo.
Como precedente de la colaboración con la comunidad
iberoamericana, destacó el convenio firmado con México, que permitirá a España
disponer de su red consular en Estados Unidos, más numerosa que la española.
El ministro explicó que ese acuerdo llega en un año
"capital" porque se cumple el quinto centenario del descubrimiento de
Florida (EEUU) y del océano Pacífico, y el Gobierno de España quiere aprovechar
la ocasión para intensificar sus relaciones con EEUU, donde cincuenta millones
de personas tienen el español como lengua materna.
El jefe de la diplomacia española vinculó la reorganización
de las representaciones en el extranjero a la ley de acción exterior en la que
trabaja su departamento desde el inicio de la legislatura, hace un año.
Por su parte, el Anuario del Instituto Cervantes se ha
centrado este año en la difusión del español en la región de Asia-Pacífico, una
zona a la que el Gobierno español quiere volcarse y según García-Margallo será
"el nuevo El Dorado del siglo XXI".