lunes 19 de diciembre de 2011, 23:30h
En el marco del debate acerca de la situación del
sindicalismo argentino, se escuchó decir a un dirigente sindical de la
generación intermedia, que el problema principal por el que atraviesa el
movimiento obrero argentino, es el problema de la "Identidad". Menudo problema...
¿Qué nos habrá querido decir?, ¿qué componentes encierra el
tema de la identidad cuando del
movimiento obrero argentino se trata?
La identidad de esta organización fundamental en la vida de
la nación argentina, se construye a lo largo del tiempo y refiere a una
doctrina, una forma de organización, al tipo de relación que establecen los
sindicatos con otros sectores de la sociedad, con los gobiernos y el estado.
Refiere también y fundamentalmente a las formas que toma la lucha social a lo
largo del tiempo. Pero la identidad se moldea finalmente con la mirada puesta
en el horizonte, pensando y actuando en función de lo que debe ser.
Subrayar que la conducción actual del sector mayoritario del
movimiento obrero, es de extracción justicialista, no es ninguna novedad. A la
hora de caracterizar con más detenimiento la identidad de la corriente
dominante en la actualidad en el moviendo obrero, podemos decir que por su
visión doctrinaria e ideológica expresada por ejemplo en la conformación de la
CNSP[1] y en sus comportamientos
posteriores, tiene un rasgo de identidad de origen en la corriente
sindicalista, que se desarrolla en nuestro país después de los años ´20, hasta
el surgimiento del peronismo.
En esta corriente se puede observar un sindicalismo
peronista primitivo, que el desarrollo en mayor escala de la industria se
encargará de desparramar a lo largo y ancho del país. Su método de lucha
principal era la huelga reivindicativa, bajo una concepción táctica,
distanciándose de la tendencia anarquista (Revolucionaria) en que propiciaba la
huelga revolucionaria y ataque frontal contra el capital y el estado.
Se distanciaba también de la corriente socialista
(Reformista-legalista), en la medida en que ésta sostenía una concepción
evolucionista de la historia con una interesante llegada a las capas medias
urbanas. Su acción política era educativa parlamentaria.[2]
La tendencia sindicalista
Desde finales del siglo XIX, hasta la aparición del
peronismo en 1943/46, que ofició de síntesis de las tendencias anteriores, la
corriente sindicalista moldea algunos comportamientos que hoy se dejan
entrever. A demás de postular con gran énfasis la lucha económica
reivindicativa, postula la autonomía de la clase obrera de la acción de los
partidos políticos, tomando distancia de los intelectuales y de los políticos
profesionales. Aquella corriente, se distancia del anarquismo y del socialismo
en cuanto a la dependencia del dogma político que guía las acciones de las
organizaciones obreras.
Esta postura en relación a una doctrina política, se
modifica con el desarrollo del movimiento nacional justicialista y el
consecuente proceso de elaboración de la doctrina nacional justicialista que
compromete el accionar de las organizaciones sindicales, impronta que se
mantiene hasta nuestros días.
Aquella corriente sindicalista toma y verbaliza la cuestión
de la lucha de clases, cosa que la tendencia dominante hoy día no lo hace, pero
el comportamiento concreto en las acciones de protesta y en los argumentos de
las reivindicaciones, lleva a poner sobre la mesa las consideraciones para el
debate acerca de la "cuestión social" y la "cuestión nacional".
Una vez transcurrido el tiempo electoral, el movimiento
obrero vuelve sobre sus pasos, para delimitar nuevamente el marco de su
territorialidad, de su identidad. En aquellos años previos a la aparición del
peronismo, las peticiones de las organizaciones sindicales se circunscribían a:
Una jornada de trabajo de 8hs; por la abolición del trabajo a destajo; por el
descanso dominical; por la protección a través de subsidios al trabajo para
ancianos e inválidos; etc.
Hoy las reivindicaciones vuelven sobre el salario directo y
el salario diferido: Por el reparto de las utilidades de las empresas, por el
mínimo no imponible para el impuesto a los ingresos; por una mayor cobertura
del aporte por hijos y por el reparto de los fondos especiales de las obras
sociales.
Algunos autores consideran que desde los años ´60, las
corrientes sindicales existentes más allá de su ideología y de sus
agrupamientos institucionales, se pueden dividir en tres corrientes: Corriente
negociadora; Corriente confrontacionista y la Corriente combativa. No está tan
lejos los años ´60 con la experiencia de la CGT de los argentinos combativa (Ongaro)
y la CGT de Azopardo negociadora (Vandor), o las más recientes diferenciaciones
al interior del Movimiento Obrero en la década del ´90, con una CGT oficialista
y otra CGT que Lucha, más el nacimiento del CTA y su lógica de movilización con
otros sectores sociales.
La aparición del peronismo en la década del ´40, completa la
síntesis que se estaba desarrollando entre las diferentes tendencias sindicales
de entonces. La corriente sindicalista, recibe e incorpora una doctrina
política original, una visión del mundo y hacia el mundo muy particular, que se
sintetizará años después.
¿Qué sucede en la actualidad?
Que en estos 30 años de gobiernos militares y liberales, se
diluyó una parte de esa fuerte identidad, que se expresa en un distanciamiento
relativo entre la doctrina política, los comportamientos políticos y la lucha
económica del movimiento obrero. Por otro lado, existe una revitalización de la
estrategia regional de desarrollo expresada en la UNASUR que habrá que
contemplar, así como también, el nacimiento de nuevas fracciones sociales que
sin ser obreros en sentido pleno, son asalariados profesionales que de alguna
manera complejizarán el entramado de las organizaciones sindicales. Están
también los movimientos sociales de organización barrial. Habrá que mezclar y
dar de nuevo.
Hoy por hoy, la lucha principal es contra el orden
financiero global especulativo, por lo tanto el Movimiento Obrero y el Gobierno
tendrán que seguir caminando juntos en la misma dirección, para garantizar el
éxito del proyecto nacional.
Carlos "Chino" Fernández. IAJ-CGT
[1] Corriente Nacional del Sindicalismo Peronista, Mar del Plata,
19 de septiembre de 2009
[2] Hugo del Campo: Sindicalismo y Peronismo/ Los comienzos
de un vínculo perdurable, CLACSO (5), Bs.
As., 1983