Hay que ser agradecido con quien lo merece y aplaudir el esfuerzo de Pablo de Ribadeo (Pablo Rodríguez Fernández) ya que su fuerza emotiva hizo posible la edición de El Viejo Pancho [Vida y obra] en homenaje al centenario de la muerte del gran creador literario (dramaturgo, poeta, periodista) José Alonso-Trelles Jarén. La gentileza de Pablo me acercó a mi casa un volumen de 742 páginas que venía acompañado de una hermosa medalla conmemorativa de cerámica.
Quiero recomendar la lectura de este libro que será obra de referencia obligada para quien quiera acercarse a la vida y a la obra de este singular emigrante de Ribadeo (Lugo) en las tierras rioplatenses de la República Argentina, donde primero llegó; y luego en mi siempre recordada República Oriental del Uruguay que fue el lugar en el que ancló hasta su muerte en 1924.
Lo más significativo del exitoso labor editorial de Pablo (heredero del espíritu cultural identitario que latía en el “Estanco de Vivín”) es que no recibió ayuda ninguna desde el municipio (Concello de Ribadeo) o de la Xunta de Galicia. Supongo que cuando vean este libro y después del verano, espero que se pongan enn contacto con Pablo para ofrecerle la organización de una serie de actividades en la capital uruguaya y también en Tala, pueblo perteneciente al limítrofe departamento de Canelones.
Estuve leyendo unas pocas de las muchas colaboraciones y artículos y reproducciones facsimilares que Pablo incluye (con muy buen criterio) en su magnífico trabajo de coordinación editorial. Creo que puedo aconsejar a los lectores que no están familiarizados con la literatura gauchesca o nativista para que antes de comenzar la lectura de cualquiera de los artículos, centren su atención en el “Diccionario Gauchesco” de la página 727 y luego vayan a la página 55 para leer lo que escribe el nieto uruguayo de Ribadeo, mi viejo amigo Carlos Zubillaga Barrera.
A continuación voy a reproducir unos breves textos, todos ellos de autores uruguayos, que nos informan sobre la vida y la obra de un emigrante que supo contar cuantos alrededor de un fogón y con un mate en la mano, sin olvidar que sus raíces estaban en una lareira en la orilla del Eo.
La significación de Alonso-Trelles en la literatura uruguaya estuvo dada por su aporte poético en el género gauchesco, al que renovó, prolongando su vigencia. La emergencia de El Viejo Pancho tuvo lugar en 1899, es decir casi dos décadas después del afincamiento del inmigrante gallego en Tala. Su producción fue apareciendo en El Fogón (revista fundada por Alcides de María y Orosmán Moratorio), en periódicos y revistas capitalinos y del Interior, y ---en su última etapa--- en la publicación campera El Terruño, pero principalmente fue reproducida de manera oral en todos los rincones del país, hasta la aparición de Paja Brava en 1916. Carlos Zubillaga Barrera
Se puede asegurar que Trelles responde a tres “nacionalidades” de pueblo: por nacimiento y ascendencia materna, de Ribadeo (Galicia); por educación y vida juvenil, de Navia (Asturias); por adaptación y tránsito a la inmortalidad, del Tala (Canelones, Uruguay). Juan Carlos Sabat Pebet
La manera gauchesca-nativista del Viejo Pancho, no procede sino en parte de l apoesía popluar criolla, tal como la de los clásicos del género; viene, también, de fuente culta y literaria, ya que es evidente la influencia ejercida sobre la manera de 2Paja Brava” de otros escritores no-nativos. Dos poetas regionalistas españoles han influido especialmente sobre el Viejo Pancho: Gabriel Galán Y Vicente Medina. Alberto Zum Felde
“El Viejo Pancho” sabe evocar con maestría las épocas pretéritas en que el gaucho era libre sobre la tierra libre: la existencia pintoresca y errante, el hartazgo fácil, la lujuriosa expansión de las pasiones, la vida heroica y la epopeya, y se duele al ver la descendencia miserable y baja de aquellos centauros de “vincha y lazo”. César Mayo Gutiérrez
Con las simples palabras cotidianas del gaucho ---pero encendidas ahora por el destello cálido y vivo de su corazón---, fue trasponiendo poco a poco “El Viejo Pancho” los umbrales del siempre esquivo y difícil reino de la poesía. Traía en sus alforjas líricas solamente un tema: el amoroso. Mejor dicho una sola faceta de ese tema: la traición, que sin duda le era también la más propicia a sus naturaleza galaica, proclive como tal a la nostalgia, a la saudosa evocación del bien perdido, sobre todo tratándose de un bien afectivo, de un bien del alma. Serafín J. García
Manuel Suárez Suárez