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El lenguaje del tango rioplatense.

El lenguaje del tango rioplatense.

Por Manuel Suárez Suárez
miércoles 08 de mayo de 2024, 18:10h

Para el investigador argentino Arturo Mascia en el lenguaje del tango tenemos trees formas de manifestación: a) el lunfardo; b) el gauchesco; c) el depurado de expresiones vulgares. Este autor hace hincapié en la importante influencia del romanticismo y del modernismo enn las letras del tango ya que los versos de los payadores eran hijos del romanticismo que era una corriente literaria repleta de idealismo, sentimentalismo y pasión. Pero aclara que los poetas de los años veinte del siglo pasado eran también los herederos del modernismo que predicaba una revalorización de la estrofa y el verso.

Para el uruguayo Daniel Vidart (a quien conocí en Montevideo en el Patronato da Cultura Galega) el lenguaje utilizado en las letras de tango se divide en cuatro grupos: lengua popular, campesina, lunfarda y culta. Nos dice que no se debe de confundir a la lengua popular con el lunfardo que lo que empezó a hablar a finales del siglo XIX en los arrabales de las dos ciudades-puerto del Río de la Plata, no es lunfardo. Es cierto que la lengua popular recoge muchas de las expresiones del lunfardo, de la jerga lunfa, pero el lunfardo es diferente, es una lengua especial, es un argot de ladrones (lunfardo=ladrón).

El lenguaje popular rioplatense recoge expresiones de varios ámbitos, sea del rural o campesino o del mundo de la emigración, es decir, de las voces que bajan de los barcos. En este sentido es que el reconocido investigador José Gobello (a quien conocí por medio del inolvidable doctor Antonio Pérez Prado) indica que el lunfardo era el idioma del delito, una lengua ingenuamente esotérica, pero el lenguaje porteño es otra cosa ya que estamos hablando de alrededor de mil palabras que forman un vocabulario cosmopolita que debe la mitad de sus vocablos al generoso préstamo de varias lenguas y dialectos extranjeros. Para Gobello estamos delante de idioma cargado de metáforas en el que las voces presidiarias se codean con otras de cuna honrada. El escritor argentino Tulio Carella expresa que el pueblo inventa vocablos que son recogidos por los letristas y saineteros para sus obras. Letristas y saineteros estimulados que inventan, a su turno, nuevas alocuciones.

La lengua popular de Buenos Aires y Montevideo es una síntesis de elementos lingüísticos que conviven en el mundo urbano y suburbano. Desde Italia llegó la más numerosa contribución a partir de 1850 que es cuando el número de itálicos supera ampliamente al de hispánicos. No debemos de olvidar que la primitiva lengua de los suburbios tenía mucho de rural y muy poco de cosmopolita ya que aún no había tenido lugar el desembarco masivo de emigrantes europeos. Despúes de la salida del tango de aquel estrecho círculo de las academias y de los peringundines, rápidamente se convierte en motivo de expresión popular en la vida social rioplatense. Es en este momento cuando surgen una serie de letristas que se proponen una seria dignificación del tango (Le Pera; Manzi, Cátulo Castillo, Homero Expósito).

MILONGA LUNFARDA

En este hermoso país

que es mi tierra, la Argentina

la mujer es una mina

y el fuelle es un bandoneón.

El vigilante, un botón;

la policía, la cana;

El que roba es el que afana,

el chorro un vulgar ladrón,

al zonzo llaman chabón

y al vivo le baten rana.

La guita o el vento es

el dinero que circula,

un cuento es meter la mula,

y al vesre por al revés.

Si pelechaste, tenés

y en la rama si estás seco.

Si andás bien, andás derecho;

tirao, el que nada tiene.

Chapar es, si te conviene,

agarrar lo que está hecho.

El cotorro es el lugar

donde se hace el amor.

El pashá es un gran señor

que sus mangos acamala.

La vecina es la fulana,

el tordo es algún doctor;

el estaño, un mostrador

donde un curda se emborracha,

y si es que hacés pata ancha

te la vas de sobrador.

El que trabaja, labura,

quien no hace nada es un fiaca,

la pinta es la que destaca

los rasgos de tu apostura.

Mala racha es mishiadura,

que hace la vida fulera.

La cama es una catrera

y apoliyar es dormirse.

Rajar o piantarse es irse,

y esto lo manya cualquiera.

Y que te van a contar;

ya está todo relojeado.

Aquello visto, es jumado;

lo sabe toda la tierra.

Si hasta la Real Academia

que de parla sabe mucho,

le va a pedir a Pichuco

y a Grela con su guitarra

que a esta milonga lunfarda

me la musiquen de grupo.

[Mario Cícere]

MANUEL SUÁREZ SUÁREZ

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