lunes 23 de marzo de 2015, 14:26h
Empecemos por el principio.
El cepo cambiario, es decir el conjunto de restricciones que
hoy se verifican en el mercado de cambios en nuestro país, no es un obstáculo
natural, una montaña, una muralla, un edificio que debe ser volado, etc. Es,
simplemente eso, un conjunto de regulaciones
del Banco Central, para la compra venta de dólares.
De manera que "levantarlo" es simplemente reemplazar o dejar
sin efecto dichas restricciones. Y eso,
efectivamente, se puede hacer en horas.
La Argentina desde el 91 hasta el 2011, veinte años, tuvo en
un mercado cambiario "libre" en el sentido de que sólo existían algunas
regulaciones menores para comprar y vender dólares, vinculadas más con aspectos
impositivos y de registro, que económicos.
En ese período de veinte años tuvimos crecimiento, crisis,
estancamiento, inflación, deflación, alto desempleo, bajo desempleo, etc., de
manera que imputarle al mercado "libre"
, sin otras consideraciones, males o bienes, resulta absurdo. Las regulaciones
cambiarias forman parte de la política económica, no son la política económica.
Aclaradas estas perogrulladas van algunas más.
Hoy la Argentina tiene restricciones al movimiento de
dólares, tanto para operaciones comerciales, los exportadores tienen la
obligación de vender sus dólares al Banco Central en ciertos plazos y los
importadores tienen que solicitar
permiso y presentar declaraciones anticipadas de sus necesidades de
importación, y el Banco Central, le vende los dólares correspondientes bajo
ciertas circunstancias.
Y también hay restricciones al movimiento de dólares no
comerciales.
Las empresas no pueden girar libremente y sin permiso fondos
al exterior. Mientras que los particulares tienen limitado su acceso al mercado
de cambios, mediante resoluciones y autorizaciones discrecionales de la AFIP.
Es decir hay "cepo comercial" y hay "cepo financiero".
Es decir que, más allá de lo que popularmente se entiende
por cepo, la imposibilidad de comprar y vender libremente dólares por parte de
los particulares, el cepo es algo mucho más abarcativo.
¿Por qué el gobierno introdujo y profundizó todas estas
restricciones a partir de finales del 2011?. Porque los desastres de política
económica que se acumularon en los años previos, en materia fiscal, de desaliento a la
producción de energía y de exportables en general, en la política monetaria, de
relaciones financieras con el exterior, etc. habían llevado al mercado de
cambios del Banco Central a una situación de pérdida continua de reservas. Era
el cepo o reconocer, en el valor del dólar, el resultado de todos estos
desaguisados.
En otras palabras, así como, para no admitir la inflación,
se destruyó al INDEC, para no reconocer que la política económica instrumentada
obligaba a un tipo de cambio mucho más alto o a quedarse sin reservas, se
destruyó el mercado de cambios, racionando las reservas, con la esperanza de
que alcancen hasta el fin del mandato, o
se consiguiera nuevo endeudamiento.
Pero la Corte de Estados Unidos limitó la posibilidad del
nuevo endeudamiento, y la caída del precio del petróleo, limitó el ingreso de
capitales vía el endeudamiento de YPF.
Quedó entonces la alternativa de explicitar el precio del
dólar compatible con la economía local y la nueva economía global (el precio
del dólar subiendo en el mundo), o mantener el cepo, y negociar con China y
otros un poco de dólares.
Está claro, a estas alturas, que tanto la eliminación del
cepo, como el reconocimiento del verdadero precio del dólar (cualquiera sea)
quedará para el próximo gobierno.
En ese sentido, no sólo sería deseable eliminar el cepo, si
no que resulta imprescindible para destrabar la economía argentina.
Dicha liberación puede hacerse "de un día para el otro".
Puede hacerse gradualmente.
Puede hacerse de golpe en el "cepo financiero", autorizando
un mercado libre de compra venta de dólares sin intervención y uso de las
reservas del Banco Central, y gradual en el "cepo comercial". Puede hacerse
gradualmente en ambos. O puede hacerse de golpe en ambos.
Todo dependerá de las distorsiones que se sigan acumulando
hasta fin de año y de las medidas que el próximo gobierno instrumente en
materia fiscal, monetaria, de precios y de endeudamiento.
El cepo es parte de un sistema perverso y equivocado
impuesto por este gobierno, su eliminación tendrá que ser parte de otro sistema
virtuoso y acertado.