La Deuda Externa y los "engaña pichanga"
Por
Adolfo Pérez Esquivel
viernes 29 de agosto de 2014, 10:02h
Cuando era niño armaba una pelota de trapo con papel de
diario y medias viejas, y la envolvía con piolines para que resista las
patadas. También nos divertíamos con otros juegos, entre los que estaba uno al
que llamábamos el "engaña pichanga". Cuando alguien contaba algo y dudábamos, o
descubríamos que nos mentían, le decíamos que era un engaña pichanga (porque
nos querían "meter el perro"). Y cuando descubríamos la mentira recibíamos un
caramelo y cuando no, debíamos pagar una prenda.
El problema de la deuda externa, es un juego similar al que
juegan señores de afuera y de adentro, llamados "buitres" y donde el
árbitro trata de hacer jaque mate al país, mientras a los pueblos nos ubican de
espectadores.
El juego del "engaña pichanga" no es nuevo en el mundo de
las finanzas y la especulación. Se trata de mover las piezas y hacer creer a
los países empobrecidos que son deudores de los países ricos y que los pueblos
deben pagar la deuda externa y eterna bajo pena de default, embargos y toda la
batería de sanciones.
Nuestro gobierno se encuentra acorralado en el juego del
engaña pichanga. Al darse cuenta que ningún juez de los EEUU emitiría un fallo
judicial a favor de la Argentina, abre el paraguas y dice que hay que "honrar
la deuda soberana".
Perdonen mi ignorancia pero, a qué se refieren cuando
afirman que hay que honrar la "deuda soberana": ¿Por qué el país, tiene que pagar lo legítimo y lo ilegítimo sin
investigar una deuda inmoral, injusta, manchada con la sangre del pueblo? ¿Por
qué pagar una deuda que ya se pagó tantas veces? ¿Qué han hecho los gobiernos
democráticos para no ceder la soberanía nacional a tribunales extranjeros y
evitar este engaño?
Hace más de 30 años que organizaciones y personalidades,
venimos proponiendo una auditoria sobre la deuda y es necesario referirnos a
Alejandro Olmos, quien inició el juicio sobre la deuda externa y después de 18
años, el Juez Ballestero, envía su resolución al Congreso Nacional para que
investiguen el daño hecho al país. Sin embargo, desde hace 14 años este fallo
duerme el sueño de las complicidades, y se encuentra cajoneado en el Congreso.
La tragedia es que los gobiernos de los países endeudados,
se han transformado en fieles creyentes del Dios Molok, a quien le rinden culto
en sus templos haciendo el ritual del pago de la deuda eterna, con el objetivo
de ser algún día merecedores del paraíso fiscal, y poder recibir nuevos
créditos, para pagar los intereses de la deuda externa y asegurarse que se
incremente para volver a pagarla, y recibir las indulgencias del capitalismo que reclama más y más
sacrificios.
En su angustia existencial, y como fieles creyentes, los
gobernantes, ministros, políticos, y empresarios, ruegan, patalean, se rasgan
las vestiduras y hacen discursos anunciando que el país está dispuesto a pagar
la "deuda soberana" con el hambre del pueblo. Las consecuencias son el hambre,
la mortalidad infantil, la inflación que devora todo a su paso provocando mayor
pobreza, la falta de recursos para la salud, la educación y el aumento de la
violencia social y estructural, agudizando la desigualdad.
El pueblo sabe que el paraíso prometido no existe, salvo
para los ricos. Nos vendieron el engaña pichanga, como lo hizo el Club de
París, cuyo deporte favorito es jugar al
saqueo de los países empobrecido.
Mientras el gobierno está dispuesto a negociar lo
inaceptable, hay quienes desde la oposición política y económica, piensan que
hay que pagar todo, sin discutir nada. Son los sumisos peones del juego del
engaña pichanga, que esperan que el Juez Griesa y los buitres le den el jaque
mate al país. No hay que olvidar lo ocurrido con la Fragata Libertad en Ghana,
que casi la envían a pique con el embargo, una metáfora nada lejana de la
realidad nacional.
Por eso debemos asumir los desafíos y no aceptar el lugar de
espectadores. Debemos reclamar el pago de la deuda interna.
Los pueblos tienen capacidad de resistencia, de ser
protagonistas y constructores de su propia historia, y de luchar para ser
libres y soberanos. Debemos convocar a todos los sectores sociales del país,
sin discriminación ideológica y política, y conformar foros en todo el país, en
cada comunidad, en los sindicatos, iglesias, en las universidades y movimientos
estudiantiles, organizaciones sociales culturales y políticas, para analizar y
plantear alternativas al laberinto en que se metió el gobierno y no sabe cómo
salir.
Es necesario auditar la deuda externa y convocar una
consulta popular, y el gobierno debe sumarse a esa convocatoria, escuchar otras
voces y analizar posibles alternativas económicas para enfrentar, no sólo a los
buitres de afuera, sino también a los de adentro. Porque la única deuda
soberana a pagar es con el Pueblo Argentino.
Marechal decía: "del laberinto se sale por arriba", hay que
optar en bien de todos y saber que lo que sembramos recogemos. El pueblo no
puede dejarse someter por los engaña pichanga.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz