jueves 12 de diciembre de 2013, 23:40h
Una nota publicada en el diario La Nación retoma los dichos
del economist Arturo Porzecanski sobre la posibilidad de que la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner "no termine su mandato". Y reproduce
esa afirmación con un espíritu antidemocrático.
El diario La
Nación se hizo hoy eco de las palabras de un histórico vocero
del establishment, el señor Arturo Porzecanski, economista uruguayo, de vasta
carrera en compañías timadoras y timbeadoras de Wall Street, como la Banca Morgan y el
fondo de inversión ING Barings.
Hace exactamente un año, en momentos de una multitudinaria
marcha de protesta en el centro porteño, que hacía restregar las manos a muchos
a la espera de una caída del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, este
señor, también reproducido por La
Nación, decía que "cualquier país sin la riqueza de la Argentina ya hubiera
quebrado".
Ninguna novedad en su análisis, por cierto, pero bastante
vago. Porque si hay algo que hizo el kirchnerismo fue reconstruir al país desde
sus reales cenizas, producto de la debacle de 2001, a la que se llegó por
seguir los consejo de los Porzecanski y compañía, respecto a endeudarse para
solventar gasto corriente, achicar el Estado, ajustar el gasto público y los
sueldos, y abrir cada vez más las fronteras a los capitales extranjeros.
En marzo de 1998, en una Asamblea Anual del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), ante unos 200 banqueros de todo el mundo,
Porzecanski afirmó que "haría falta que el Gobierno (argentino) emita una señal
al sector privado para enfriar la economía. Esa señal sería la reducción del
gasto público", eslogan muy de moda entre los economistas liberales en aquella
época y que casualmente vuelve a escucharse en boca de los armadores del
pensamiento opositor en los últimos tiempos.
Años más tarde, el mismo timador de Wall Street se encargó
de vaticinar una baja aceptación de los bonistas a la propuesta de canje
argentina, una virtual ruptura con el FMI y, por carácter transitivo, un
enfrentamiento nada grato con los países más poderosos del mundo reunidos en el
G7. Como ya sabemos nada de esto ocurrió.
Por eso este "Carrió" de los ejecutivos de finanzas pro
deuda, pro ajustes y pro mercado, hace rato que viene despachándose sobre el
país con total impunidad y sin que nadie le recuerde sus pronósticos fallidos.
Y La Nación,
en lugar de condenar la barbaridad vertida ayer en Washington, nada menos, por
este adalid del liberalismo económico con más errores que aciertos, de que
"al paso que van las cosas en la Argentina, la presidenta Cristina Kirchner no
termina su mandato", acorde a su matriz antidemocrática que lo llevó a
apoyar golpes de Estado, prefiere reproducirlo como si fuera un verdadero
espíritu de época, como si fuera algo palpable en las calles argentinas,
desconociendo el contundente apoyo que el martes último miles de personas en
Plaza de Mayo, y en los distintos rincones del país, simpatizantes o no del
gobierno de turno, dieron al sistema democrático recuperado hace 30 años, y
adhirieron plenamente a la consigna de Democracia para Siempre.