lunes 02 de septiembre de 2013, 11:49h
Es un
buen ejercicio el de comparar opciones. En este caso, imaginar qué se podría
hacer con 4000 millones de dólares en cuatro años.
Primera opción: viviendas. Se podrían construir casi medio millón de
viviendas populares. Un dato, si tenemos en cuenta que el déficit habitacional,
especialmente entre los compatriotas de menores recursos alcanza a 3.000.000 de
unidades.
Pero
imaginemos que no nos atrae la vocación de la arquitectura. ¿Transportes,
quizás? La electrificación y
soterramiento del Sarmiento, anunciada formalmente por Néstor Kirchner en el
2006, por Cristina Fernández de Kirchner en enero del 2007, por la misma
Cristina Fernández de Kirchner en diciembre de 2008 y actualmente paralizadas,
costaría a precios de hoy, $ 11.000 millones, o sea aproximadamente Dos mil
millones de dólares al precio oficial.
¿No
nos gusta dedicarlos al transporte? Una buena opción podría ser las rutas.
Aumentar en un 50 % la red de autopistas existentes costaría menos que esa
cifra.
¿Por
qué insistimos en los 4000 millones de dólares?
Es lo
que el Estado Nacional -o sea, cada argentino a través de sus impuestos y de la
inflación- le ha entregado al kirchnerismo para solventar el déficit de
Aerolíneas Argentinas.
¿Interés nacional? Difícilmente pueda sostenerse el argumento, si
notamos que los precios de los pasajes a los lugares más lejanos y pobres del
país tienen una dimensión tal que terminan subsidiando las rutas a Miami o
Nueva York.
¿Vinculación del territorio? Endeble razón, si pensamos que con la
décima parte de ese importe podrían subsidiarse líneas de empresas regionales
que asegurarían una mejor prestación del vínculo territorial que Aerolíneas.
¿Soberanía? Tal vez sea bueno recordar que países económicamente más
poderosos, desarrollados y prósperos que el nuestro no tienen línea de bandera
y son líderes en sus regiones. Tal el caso de Alemania, de Estados Unidos, de
Brasil.
¿Viviendas populares? ¿Infraestructura vial, energía, puertos,
comunicaciones? ¿Defensa nacional? ¿Educación, salud? Nada de eso. Cuatro mil
millones de dólares en cuatro años dilapidados para el alegre jolgorio de una
estudiantina irresponsable, corrupción, subsidios a los ricos que viajan en
avión y sueldos orgiásticos que ya amenaza nada menos que a la relación con nuestros
vecinos más importantes.
Volver
a encarrilar la política al marco de la racionalidad nacional no será sencillo.
Pero cada día que pase sin enfocar el problema, más se profundizará el dislate.
Ricardo Lafferriere