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Una América latina dividida, una Argentina sn rumbo

Una América latina dividida, una Argentina sn rumbo

Por Néstor Pablo Aleksink
lunes 02 de septiembre de 2013, 11:52h
En el más absoluto de los sigilos, se estaría preparando en la OMC un informe que sería negativo para los intereses económicos de nuestro país.
 
Esto sería en respuesta a los reclamos de más de una treintena de países que elevaron una queja por lo que consideran un "trato discriminatorio" en el comercio, por el modo en que la Argentina está en estos momentos aplicando restricciones a las importaciones. Cabe señalar que el grupo de países que elevaron la queja es aproximadamente un 40% del total representado en el organismo, pero que en su conjunto representan un 70% del comercio mundial, es decir, aquí se considera peso específico por encima de mayorías.
 
El documento plantearía un marco propicio para que los países demandantes tengan el respaldo para poder aplicar medidas de retorsión contra nuestro país, es decir, esto afectaría el normal ingreso de nuestros productos en esos mercados por lo cual se verían reducidas nuestras exportaciones.
 
Para los lectores, estos fenómenos no serían de aplicación inmediata, pero obligarían a las autoridades de nuestro país a un serio replanteo en la política de la administración de las licencias.
 
Es una situación paradójica la que se plantea. El GATT y posteriormente la OMC desde los casi 70 años de su creación, debe administrar el comercio internacional y observar la aplicación de medidas que traben el libre comercio. Este organismo, empero, no reconoce el nacimiento del neoproteccionismo y muchos de los países que hoy reclaman por sentirse discriminados por las restricciones argentinas, vienen aplicando medidas restrictivas al comercio. La gran diferencia reside en el modo y el universo de los productos afectados.
 
Justamente, el neoproteccionismo abarca acciones para generar trabas al comercio por encima de la aplicación de un arancel, y lo podemos definir como "medidas elaboradas por estados y/o particulares con el objeto de entorpecer la libre circulación de bienes y servicios en el comercio internacional, que no están relacionadas con la aplicación de aranceles, y cuyo cumplimiento es de difícil resolución". En los países centrales, este mecanismo se aplica a productos puntuales y a situaciones que afectan a productores internos de esos países, es decir, hacen lo mismo que la Argentina paro de un modo más selectivo y encubierto.
 
Aquí, la situación es diferente. Es notorio que el objetivo primordial en nuestro país es que las cuentas del balance comercial deber ser superavitarias a como dé lugar, y que los caminos para lograrlo son dos: o se incrementan las exportaciones o se reducen las importaciones. Claramente se apuntó a esto último, para afuera se hace bajo el amparo de la ley de emergencia económica, para adentro y para la hinchada se hace para generar un proceso de sustitución de importaciones.
 
Un análisis inteligente coincide en los beneplácitos que tendría un incremento de los actuales niveles de producción nacional en desmedro de productos importados, pero para ello se debería haber identificado cuáles son los sectores económicos donde los productores nacionales son competitivos y a los cuáles se desea proteger de la "invasión" de productos externos, mediante un estudio pormenorizado y exhaustivo de la realidad económica interna de nuestro país.
 
Nada de esto se hizo, por supuesto. Con este argumento falaz, se defiende el sinsentido de la aplicación de medidas restrictivas para todos los productos, no importando su origen, valor o si es un insumo básico que en la Argentina no se encuentra ni se produce, (ni se va a encontrar por los siglos de los siglos) o si es un bien de capital que ningún productor local siquiera sueña en producir alguna vez y que generaría un incremento de la producción en su fábrica.
 
La falta de transparencia de este régimen es lo que aparece como el punto concéntrico de todo reclamo interno y externo. Lo es desde sus orígenes: el estado no admite y menos en épocas electorales, que todo esto tiene cobijo en la ley 26.279 que prorroga la emergencia económica local hasta el 31/12/2013.
 
Días pasados la Presidente de los argentinos mencionó que no se debe insultar la inteligencia de nuestro pueblo, y hoy el papel que se le hace jugar a Moreno es ése, más por amenazas y cooptación de aplaudidores en el entorno, que por decisión y efecto de una política bien diseñada y que dé resultados positivos para el país.
 
Esto es lo que se nota desde el exterior. Los proveedores externos se han cansado de la soberbia argentina y es por ello que las presentaciones mencionadas líneas arriba puedan tener un efecto real en sanciones económicas para nuestro país. El simulacro de la amenaza y el patoterismo no pueden funcionar fronteras afuera.
 
Con la emergencia económica como sustento, el argumento de las denuncias  por la aplicación de licencias ante la OMC carecía de sustento, pero como el organismo internacional prevé que ante la aplicación de estas medidas, el régimen debe ser transparente en la información para los usuarios y con motivos válidos para su aplicación, y es allí donde la autoridad de aplicación local hace agua. Claramente, el estado puede aplicar medidas de protección si entiende que un sector productivo se siente "amenazado" e incluso existen mecanismos regulados a tal efecto, pero no puede hacer este uso extensivo al total del universo arancelario y menos si esto pasa por el antojo de determinados funcionarios.
 
El destrato y las admoniciones anónimas de personeros que dicen representar los intereses de la Secretaría y conminan a la presentación de listas de precios, propuestas de exportaciones para compensar importaciones (así no se incrementan las exportaciones!!!) y demás "opciones" que se le puedan ocurrir al desconocido interlocutor, es "el" argumento por el cual no se aprueban las DJAI's y éste método es contrario a lo exigido por el organismo multilateral y también con cualquier intento lógico de razonamiento comercial. Muchos empresarios optan por el silencio en temor a represalias, y aunque no sea admitido, bajo este nivel de amenaza se "mueve" el comercio exterior argentino.
 
El actual nivel de intercambio que muestra nuestro país es muy pobre comparado con otros países de la región, incluso con economías menos desarrolladas o con potencial de crecimiento menor, indicativo real de que no hicimos la tarea para mostrar al mundo que Argentina es un país confiable como proveedor no sólo de alimentos sino además de MOI y tecnología.
 
Esto para transformar un concepto también "histórico" de nuestro comercio exterior: que el resultado de las exportaciones sea cuantificado por "ventas argentinas" y no por "compras externas", hoy en día, más del 70% de nuestras exportaciones se deben a interés de compra del exterior y no como resultado de esfuerzos empresariales para vender productos más allá de nuestras fronteras. Si se cristalizan las sanciones arriba mencionadas, estos guarismos corren serio peligro.
 
Por lo cual, con seguridad, ya sea por la presión externa o por el propio peso de su incapacidad, el actual régimen de restricciones a las importaciones está llegando al final de sus días. El reconocimiento del error y cambiar el rumbo no es un sacrilegio, sino todo lo contrario. De hecho, Galuccio admitió días pasados que la crisis energética en Argentina existe, y que se deben pensar en soluciones y no barrer la basura debajo de la alfombra. Claramente, estamos es presencia de un funcionario de altura y que no podría mentir para justificar nada como hacen otros.
 
Preocupa la falta de planes e ideas, y también preocupa que detrás de la supuesta "renovación política" acontecida en las últimas elecciones, se encuentren agazapados personeros que fueron menemistas-duhaldistas-kirchneristas y que ahora aparecen como los dueños de las soluciones, y que hasta hace muy poco estaban atornillados a escritorios oficiales y nunca criticaron desde adentro. 
 
En el entorno internacional, el transcurso del tiempo hace que las cosas se vayan poniendo en el lugar que corresponden. Más tarde o más temprano, aquellas mentes que pueden ver más allá del cortoplacismo, ven como sus ideas se van fraguando y confirmando contra la inacción de los otros.
 
Hace un par de años, se vislumbraba en nuestras tierras que una tendencia política podría instalarse con fuerza, al fracasar el proyecto hegemónico de la instauración del ALCA como un proceso mal llamado de integración económica y más orientado a la obediencia política.
 
Debemos en este punto hacer un poco de memoria, y la "euforia" de un congreso efectuado en Mar del Plata hacer ya un par de años que parecía dar a luz un nuevo escenario, respecto de las orientaciones del cono sur en su relación política con la potencia del norte.
 
Más, lejos de plasmarse en una tendencia, y cambio de mando en la potencia hegemónica, los planes de desarmar esa tendencia siguieron su rumbo y hoy están teniendo sus frutos: nuestro sub-continente está prácticamente dividido en dos ejes, y casualidad o causalidad, en el eje del Atlántico (conformado por Mercosur más Bolivia y Venezuela) las dos economías más poderosas están comenzando a sufrir vaivenes en sus aspectos económicos, con una fuerte presión a una devaluación sostenida y procesos inflacionarios.
 
Claro, esto no termina allí, Estados Unidos está aplicando una fuerte presencia política y comercial en Centroamérica que seguramente tendrá sus resultados en el mediano plazo, un espacio para desarrollar políticas comerciales que fue prácticamente desdeñado por Argentina y sus socios. Lo que se dice una planificación sin prisa y sin pausa, y quizás por ello los de este lado del planeta siempre estamos condenados a mirar desde abajo.
 
Y seguramente, en estos días, el Premio Nobel de la Paz que dirige los destinos del país del Norte, comenzará nuevamente a asesinar en nombre de la seguridad mundial manteniendo a Guantánamo a pesar de sus promesas. Sin palabras.
 
Muchos esperan octubre para que sucedan cambios en las políticas de nuestro país. Considero que por los votos "fugados" esos cambios se harán antes, pero ojalá sean para producir el inicio de una política de estado y no más maquillaje para la ocasión.
 
Mg. Néstor Pablo Aleksink
Director Ejecutivo del Programa Argentina Exporta
Especialista en Comercio Exterior y Relaciones Internacionales.
www.argentinaexporta.com / www.aleksink.com.ar
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