Libertad de expresión e intimidación
sábado 10 de agosto de 2013, 16:03h
La libertad de expresión es un derecho consagrado no sólo
por nuestra Constitución, sino que forma parte de los derechos individuales
introducidos a partir de la Revolución Francesa y consagrados por la Humanidad.
El derecho a la información, que lo completa y lo amplía, es
hoy un Derecho Humano básico, reconocido por los tratados internacionales de
los que Argentina es parte. Ambos son derechos inalienables que hacen a la
condición humana y sin los cuales no podríamos concebir la democracia.
Sin embargo, el CEO del principal multimedios de Argentina,
el Grupo Clarín, que controla el 60% de las audiencias, de la facturación del
mercado y que, además, posee el matutino más vendido, una agencia de noticias y
la empresa que fabrica papel, insumo básico de los diarios, inició un juicio
por daños y perjuicios a Víctor Hugo Morales por supuestas calumnias e
injurias. Es decir, por opinar, por ejercer su Derecho Humano a expresar su
opinión.
Claramente, esta actitud se convierte en un hecho
intimidatorio para todo aquel que quiera opinar con libertad sobre los que
manejan los medios y el manejo que ellos hacen sobre la política, la economía,
la vida cultural del país.
Que Goliat se meta con David utilizando el dinero como
moneda de cambio en la información no sólo degrada el ejercicio de la profesión
sino que condiciona en el futuro cualquier investigación que legítimamente se
quiera hacer sobre cuestiones de interés público. ¿Qué pensarán los periodistas
del medio? ¿De qué lado del Derecho están? Como las capas de la cebolla, el
poder va dejando sus fachadas y mostrando su verdadero rostro.
Por Gustavo López
Subsecretario general de la Presidencia de la Nación,
vicepresidente Concentración Forja