No hay acuerdo para retirar los símbolos religiosos de los centros

  La presidenta de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Isabel Bazo, sostuvo, que el Gobierno "quiere imponer la laicidad a golpe de decreto" y que la retirada de todos los símbolos de la religión católica de los centros escolares públicos "atentaría contra la libertad de las personas y el sentir de la mayoría".

   En este sentido, Bazo señaló que en Primaria el 80 por ciento de los padres eligieron la asignatura de Religión para sus hijos y afirmó que si el Gobierno legisla "tiene que tenerles en cuenta".

   En la misma línea, el presidente de la Federación Española de Religiosos de Enseñanza (FERE), Manuel de Castro, afirmó que esta medida propuesta por la Fundación Alternativas les "sorprende". Por ello, apuntó que "es inadmisible que se diga que la presencia de imágenes religiosas en la escuela es contraria a los principios constitucionales", ya que, según señaló, "España es un Estado aconfesional y no laico, en el que existe la libertad religiosa, donde se deben respetar las creencias religiosas de los ciudadanos, e incluso mantener relaciones de cooperación con las distintas religiones".

   Para De Castro, cada centro, individualmente, deberá determinar esta cuestión, "y no los gobernantes, que presuponen de forma gratuita que existe algún problema en los centros públicos".

   Por el contrario, el vicepresidente de la Federación de Profesores de Enseñanza Religiosa (FEPER), Luis Guridi, sostuvo que en un Estado aconfesional, se evitarían problemas con la "eliminación de todo tipo de símbolos religiosos", ya que, según explicó, "el Gobierno tiene que atender a las minorías, basándose en el principio de igualdad de las personas".

   Para Guridi, en este "polémico" asunto, "subyace el proselitismo de la religión católica" y añadió que se trata de un contexto público, donde "no se debe imponer a nadie nada".

   Asimismo, el portavoz del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (STE'S), Justo López, consideró que esta propuesta les parece que "se está planteando tarde". Según explicó, este sindicato "siempre ha estado en contra" de que existan símbolos en las aulas de los centros públicos porque "representan a una parte del alumnado y no a la totalidad".

   Asimismo, López manifestó que este tema no sólo concierne a los alumnos y a sus padres, sino que "hay muchos profesores a los que les puede incomodar la presencia de un crucifijo en el aula".